“The right man, in the right place, at the right time” (el hombre correcto, en el lugar correcto, en el momento correcto), decía el mail de felicitaciones que envió el embajador Pablo Cabrera al recién nombrado secretario de estado del Vaticano Pietro Parolin. 

Cabrera, actual director de la Academia Diplomática, tiene un antiguo vínculo con el obispo italiano. Ambos trabajaron juntos en el Vaticano, el primero como embajador de Chile durante cuatro años, y el segundo como subsecretario para relaciones entre los estados. Allí les tocó coordinar las dos visitas de la ex presidenta Michelle Bachelet a la Santa Sede y Parolin solía almorzar en la casa de Cabrera. “Es un sacerdote ecuánime, muy capaz y joven dentro del Vaticano (tiene 58 años)”, señala el diplomático chileno.

Parolin cumplió tareas complejas durante el papado de Benedicto XVI, como  los contactos con Estados Unidos y la recomposición de las relaciones con Vietnam. Luego fue delegado como nuncio apostólico en Venezuela. El Papa Francisco lo designó como segundo hombre del Vaticano en reemplazo de Tarcisio Bertone y asumirá sus funciones a partir del 15 de octubre. Destacado por su conocimiento de la curia, Parolin declaró, tras ser nombrado,  que en la Iglesia “había un clima más bien pesado, como un desaliento. Ahora parece que se han abierto un poco las ventanas y se tratará de capitalizar este patrimonio de expectativas que hay”.