Por quepasa_admin Octubre 31, 2013

El complejo momento financiero por el que atraviesa el multimillonario brasileño Eike Batista sigue teniendo repercusiones en Chile. Si a fines de agosto el empresario anunció la venta de sus  acciones en la firma MMX a la multinacional Cooper Mining, ahora el impacto se nota en sus oficinas. El miércoles 30, Batista -quien se hizo conocido en el país por el proyecto de la central termoeléctrica Castilla- cerró las oficinas que tenía en Nueva Las Condes, en la esquina de Cerro El Plomo con Alonso de Córdova. En ellas operaba MPX, empresa que es controlada, desde este año, por el grupo alemán E.On y de la cual el brasileño es accionista. Esta semana, sus representantes en Chile se hicieron cargo de  poner fin al contrato de arriendo y de vender todo: muebles, computadores e impresoras. Además, en los últimos días fueron despedidas unas 20 personas y ahora sólo un puñado de empleados sigue trabajando en finiquitar las operaciones del empresario en el país. El rechazo, por parte de la Corte Suprema, a la construcción del proyecto energético, en agosto de 2012, fue decisivo para Batista. Tras la negativa, prácticamente todas sus iniciativas en el país volvieron a fojas cero, lo que lo llevó a evaluar su salida. Conocedores de sus operaciones en Chile comentan que su partida era algo previsto y que una de las señales más elocuentes que recibieron  llegó en septiembre. Ese mes la empresa E.On decidió cambiar su nombre en Brasil por el de Eneva. En Chile no se produjo ese cambio de marca, lo que confirmó la sospecha de su inminente salida del país.

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