Por quepasa_admin Febrero 13, 2014

El trámite quedó pendiente. Sobre la mesa de la oficina de Claudia Peirano, en la consultora educacional Grupo Educativo, la esperaba una escritura en que se desligaba de su participación tras ser nombrada subsecretaria de Educación por Michelle Bachelet.

Su socia, Paulina Araneda, había agilizado los trámites para firmar el documento antes de salir de vacaciones. Incluso, habían fijado fecha: el jueves 30 de enero en la tarde. Pero la jornada ministerial en las Termas de Jahuel, primero, y la polémica que terminó con su renuncia el martes siguiente, después, hicieron que la firma no se realizara.

En el entorno de Peirano señalan que ella comunicó el lunes 3 de febrero en la tarde la decisión definitiva a Michelle Bachelet, y que sólo en la mañana del martes le avisó a amigos mediante llamadas y mensajes de texto.

Peirano se acercó a la futura mandataria durante la campaña gracias a su trabajo en la comisión de Educación, y en su entorno dicen que a mediados de enero ambas conversaron en medio del proceso de búsqueda de nuevas autoridades.

Allí, Peirano transparentó a Bachelet su situación personal, advirtiéndole que podían surgir cuestionamientos por su lazo con Walter Oliva, empresario educacional y su ex esposo, quien es vinculado a la futura ministra de la Segpres, Ximena Rincón. Aun con esa información, la futura mandataria decidió nombrarla.

Peirano valoró eso como un gesto de confianza, al igual que la defensa que hizo Bachelet de su designación desde Caburgua. Por eso aceptó la petición de la futura presidenta y su equipo de guardar silencio en los primeros días tras su renuncia al cargo.

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