Durante el lanzamiento del libro póstumo de Edgardo Boeninger, Gobernabilidad: Lecciones de la experiencia en la Biblioteca Nacional, el pasado 29 de abril, donde participaron Patricio Aylwin y Enrique Correa, Alejandro Foxley, Edmundo Pérez Yoma y Sergio Bitar, entre otros miembros de la ex Concertación, hubo un asistente que pasó inadvertido: Andrés Boeninger Sempere.
Boeninger, argentino de 26 años, viajó para asistir al lanzamiento del libro de su abuelo. Cientista político de la Universidad Católica de Argentina y máster en Ciencias Políticas y Administración Pública, hoy es coordinador de la red federal de la Fundación Pensar, un think tank de centroderecha ligado al PRO, el partido de uno de los principales opositores al gobierno de Cristina Kirchner: el alcalde de Buenos Aires y ex candidato presidencial, Mauricio Macri.
En sus días en Santiago, Boeninger sostuvo varios encuentros con think tanks locales: el CEP, Libertad y Desarrollo y la Fundación Jaime Guzmán. También se reunió con Foxley, Correa, Mariana Aylwin y Ángel Flisfisch.
Edgardo Boeninger tuvo dos hijos: Iris, directora comercial dePro Chile en Argentina, y Rolando, el padre de Andrés, quien se fue de niño a vivir a Buenos Aires, cuando Boeninger lo envió a estudiar a una de las mejores escuelas para sordos.
Andrés se crió lejos de la política: su padre es bioquímico y su madre, administradora. A su abuelo lo veía al menos dos veces al año, y pese a que siente admiración por su trabajo, dice que su relación con la política “no fue estimulada por él”.
-¿Cómo llegaste a la política?
-Mi generación está muy marcada por la crisis económica de la época de De la Rúa. Fuimos espectadores pasivos. Desde ese tiempo que empecé a interesarme.
-¿Y eres agnóstico, como tu abuelo?
-No. Ésa es la principal divergencia entre él y yo. En eso soy mucho más de la DC que él: soy católico practicante.