En una columna titulada “El año que dejamos y los retos de 2015”, la presidenta de la Fundación Dialoga, Clarisa Hardy, hace un crudo diagnóstico sobre la falta de preparación que tuvo la Nueva Mayoría para enfrentar la discusión legislativa de las reformas que incluía el programa de Michelle Bachelet, como la tributaria y educacional. La ex ministra señala que a muchos sorprendió “la baja densidad técnica y de lógica política en los diseños de las propuestas que estaban contenidas en el programa, o las poco rigurosas medidas que deberían darle carne a la implementación de las propuestas una vez en el ejercicio de gobierno”. Y concluye que aquello es “lo que explica, no sólo la menor adhesión política de muchos de los partidarios de la Nueva Mayoría, sino sobre todo la pérdida de fuerza social que debería acompañar las reformas programáticas en curso”.
En su texto, publicado en la página web de la fundación -creada por Michelle Bachelet tras dejar La Moneda en marzo de 2010-, Hardy hace un balance político del año pasado señalando que llamó la atención a gran parte de los actores políticos: “Fue sorpresa para muchos de aquellos firmes adherentes de la Nueva Mayoría descubrir que, detrás de los postulados, principios y propuestas generales del programa, no había mayores avances de diseños técnicos, ni políticos (...)”.
La antropóloga argentina nacionalizada chilena advierte que, “más allá de si la Nueva Mayoría es una alianza estratégica de centroizquierda o un arreglo político transitorio (…) de lo que carece es de estrategia política para ganar fuerza social en la ejecución de un programa de esta envergadura (…)”.