En 2006 fue el primero en notar que algo no calzaba. En un sorprendente artículo publicado en Astrophysical Journal, el astrónomo chileno Ricardo Muñoz, especialista en galaxias enanas y materia oscura, advirtió lo que hasta entonces era imposible: que habían estrellas a gran distancia de la Nube Grande de Magallanes, una de las dos galaxias que se pueden ver desde el hemisferio sur, que parecían formar parte de ella.
Tuvieron que pasar nueve años para que la semana pasada, en la reunión anual de la Sociedad Americana de Astronomía en Seattle, le dieran la razón. Los últimos resultados del Survey of the Magellanic Stellar History, un gran proyecto estadounidense que estudia la zona -y del cual Muñoz es el único chileno-, arrojaron que la nube es del doble del tamaño que se pensaba: 110 mil años luz de radio, incluyendo las estrellas que habían sido detectadas por el astrónomo chileno.
El descubrimiento se obtuvo con la Cámara de Energía Oscura (DECam), la cámara digital más grande del mundo, ubicada en el observatorio Cerro Tololo.