La última semana de julio es considerada clave en el aspecto que tendrá definitivamente la iglesia de San Pedro de Atacama. Esto, debido a las voces disidentes que surgieron tras la decisión de recuperar la imagen que lucía en los 70, con la fachada de color tierra, en lugar de la postal con sus paredes pintadas de blanco y que apelan a revertir la medida. Por esa razón se contempla para estos días una serie de conversaciones y de asambleas con los atacameños para abordar la situación.
Quienes critican la determinación aducen que la imagen de la iglesia blanca es una postal emblemática y que podría afectar negativamente al turismo.
Desde la FundaciónAltiplano –la entidad que ha llevado a cabo la restauración del recinto–recalcan que los lugareños han sido parte activa de los trabajos y que ellos definieron por vía de votación democrática que se repintara de café claro el frontis del recinto.
El edificio, que es monumento nacional y sufrió severos daños en su estructura a causa del terremoto de Tocopilla de 2007, se encuentra en la cuenta regresiva, ya que el equipo restaurador pretende entregar las obras finalizadas a más tardar a fines de agosto.