Por QP Agosto 27, 2015

El viernes pasado Carlos Larraín asistió a un almuerzo en el Club Hípico, donde su generación de abogados de la Universidad Católica conmemoraba 50 años de la graduación. “¿Cuándo va a regresar a la política activa?”, “Carlos, echamos de menos tus ácidos comentarios”, fueron algunos de los saludos de los ex compañeros al ex presidente de Renovación Nacional.

Sin embargo, la respuesta fue la misma: “Mi retiro es definitivo, ya no hay vuelta”.

Larraín argumenta a todos que la condena pública a su hijo Martín —quien protagonizó el atropello que terminó con la vida de Hernán Canales la madrugada del 18 de septiembre de 2013 en un camino rural en las cercanías de Curanipe— fue demasiado dura para él, para toda su familia y especialmente para su hijo.
Cercanos al ex senador cuentan que él está dolido con la prensa por la forma en que condenaron previamente a Martín Larraín por ser su hijo. “Lo que más le duele es que él siente que durante sus dos períodos en la presidencia de RN siempre estuvo dispuesto a responder dudas a la prensa, día y noche, y cuando sucedió el accidente nadie lo llamó para conocer su opinión”, señala un dirigente de RN.

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