Por Qué Pasa. Septiembre 17, 2015

En junio, un accionista minoritario decidió querellarse contra 96 directores de las principales empresas del país. ¿La razón? La supuesta apropiación indebida en la que estos ejecutivos habrían incurrido al realizar aportes a campañas políticas sin la autorización de los accionistas. Quien se lanzó contra los miembros de las mesas de Banco de Chile, SQM, Enersis, Endesa, Cencosud, Falabella, AntarChile, LAN, Quiñenco y Empresas Copec fue el abogado Óscar Gajardo Sepúlveda, en compañía de la abogada del caso La Polar, Bárbara Salinas. Si bien el nombre de Gajardo no es reconocido en la actualidad, sí tiene una larga historia. "Toda mi vida he sido un loco. Para mi cumpleaños, mi hija me regaló un Quijote porque dice que me representa", dice.

Gajardo estudió derecho en la Universidad Católica de Valparaíso. Luego se vino a Santiago y montó oficina en la capital y en Villarrica. La política delineó gran parte del ejercicio de su profesión. Cuando fue electo Salvador Allende ingresó al Partido Nacional. Un mes y medio después fue elegido presidente comunal de Ñuñoa, pasando a ser consejero general de la colectividad. En eso estaba cuando ayudó a armar el paro de camioneros de 1972. El líder de la movilización, León Vilarín, era amigo del padre de uno de sus clientes. Lo contrató y trabajaron juntos sólo diez días y renunció por diferencias con otro de sus abogados. Avanzó el paro y Vilarín pidió ayuda al Partido Nacional, y Sergio Onofre Jarpa los volvió a unir. Juntos recorrieron todo Chile.

Si bien apoyó el golpe militar, su cercanía con el régimen duró poco. Fue asesor de la junta militar como especialista en derecho laboral y luego en la comisión legislativa de Gustavo Leigh. "Cuando vi los abusos e inmoralidades que se estaban cometiendo renuncié a la asesoría", cuenta.

En 1978, el abogado defendió a quien fuera el ex comandante en jefe de la Fuerza Aérea, Gustavo Leigh, tras una querella interpuesta por Pinochet. Recuerda que en su alegato señaló abiertamente que su contraparte era "Augusto Pinochet, dictador de este país".

Su disputa con el mandatario continúo. En 1987 impulsó un juicio contra su hijo, Marco Antonio Pinochet. En él defendió a una funcionaria de la embajada de Estados Unidos que le había arrendado su propiedad. "Nadie se atrevió a tomar el juicio; lo tomé y lo gané". Durante los 80, además, fue parte del grupo de los 54 profesionales que firmaron un documento pidiendo la renuncia del mandatario: Adolfo Zaldívar, Mario Papi, Ricardo Solari, Juan Carlos Latorre, entre otros.

Hace 20 años, Gajardo dejó de ejercer. En 1983 había comprado su primera acción y su portafolio bursátil ya se extendía por 10 empresas. Hoy, a sus 73 años, volvió a las pistas, ahora en una lucha contra el mundo empresarial. Ya son 96 los directores querellados y sumaría un puñado adicional, perteneciente a otras empresas, tal como Aguas Andinas, asegura. Es que no parará, dice. Según él, llegará hasta las últimas consecuencias con tal de que se reintegren los dineros.

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