Por Qué Pasa Enero 29, 2016

Su gestión fue clave en la exitosa implementación del GAM en su primera etapa, que en cinco años de funcionamiento se posicionó como el centro cultural más importante del país. Hoy, tras el nombramiento el pasado lunes del arquitecto Felipe Mella como nuevo director ejecutivo del centro, Javier Ibacache, director de Programación y Audiencias, presentó su renuncia. El periodista y crítico teatral fue la mano derecha de la anterior directora ejecutiva, Alejandra Wood, quien renunció en septiembre pasado.

“La siguiente fase de GAM requiere que la dirección ejecutiva se sienta en libertad de tomar decisiones y genere su impronta, ya que un centro cultural no se basa sólo en gestión sino en contenidos”, dice Ibacache a Qué Pasa para explicar su salida. “En mi renuncia también han pesado las nuevas dinámicas que comenzarán a implementarse para la toma de decisiones de programación a sugerencia del directorio. Se instaló la sensación de que existía demasiada autonomía y se espera cambiar la modalidad para que haya más incidencia. Es un requerimiento legítimo del directorio, pero el hecho de que sus miembros sean representantes de otras instituciones culturales y de asociaciones gremiales conduce a que se superpongan intereses, y no es claro que haya conciencia de esto”.

—¿Se perderá la continuidad del proyecto?
—No conozco el proyecto artístico de la nueva dirección ejecutiva. No he tenido oportunidad de hablarlo con Felipe Mella. Imagino que es un tema que debe haberse considerado en el proceso de selección, aunque no podría afirmarlo con propiedad dado que, al igual que todos los trabajadores de GAM, me informé a través de trascendidos de prensa y de comunicados internos. Tampoco estoy seguro de que el enfoque de programación de estos 5 años deba mantenerse: no tengo claro que quienes toman decisiones le den importancia o lo valoren. Lamentablemente, en Chile suele confundirse el rol del gestor-administrador con el del programador y existe una significativa diferencia. Programar no es arrendar, y un centro cultural no es un espacio de eventos. De esto no tengo duda.

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