Por Qué Pasa. Febrero 19, 2016

Un año tardaron en reunir todo lo necesario: unas diez toneladas de acero, cientos de containers, y este mes, por fin, a bordo del buque Aquiles de la Armada, la pieza principal para construir una de las maquinarias más sofisticadas que hayan medido el agujero en la capa de ozono.

En bahía Fildes, isla Rey Jorge, se descargó el módulo principal de la plataforma de mediciones atmosféricas con la que el físico Raúl Cordero, de la Universidad de Santiago, analizará los próximos diez años la amplitud de los daños generados por el efecto invernadero en el ozono, y su efecto en la alteración del clima del Continente Blanco.

El proyecto, que será financiado por el Instituto Antártico Chileno y Conicyt e involucra a seis investigadores nacionales, entrará en la fase final de su implementación, que consiste en la electrificación de las ocho toneladas de material y cincuenta metros cuadrados de plataforma.

En diciembre del año pasado, el grupo liderado por el doctor Cordero, luego de finalizar una travesía para realizar mediciones en el glaciar Unión, en el corazón del territorio antártico, anunció que la actual extensión del agujero en la atmósfera es de más de 10 millones de kilómetros cuadrados, el doble del promedio que se había observado en el mismo periodo en años anteriores.

Además, luego de compararlo con los valores arrojados por satélites en las últimas tres décadas, confirmaron que el actual agujero, que en octubre alcanzó los 28 millones de kilómetros cuadrados, es el cuarto más grande registrado en la historia del cielo terrestre.

Relacionados