Como si hubiese podido prever lo que pasaría al día siguiente con el rechazo del reajuste de 3,2% para el sector público, el ministro Rodrigo Valdés hizo —el lunes pasado— varias reflexiones sobre el contexto político actual al participar en una mesa redonda para celebrar los 40 años de Cieplan. En la ocasión, el titular de Hacienda expuso un crudo diagnóstico sobre por qué, a su juicio, la política de los acuerdos no ha prosperado en este gobierno.
Comenzó diciendo que es la primera vez que la coalición “es en serio mayoría y puede pasar leyes sin la oposición”, lo que ha develado las grandes diferencias ideológicas de la Nueva Mayoría. Luego apuntó la preponderancia del “individualismo versus la acción colectiva”, señalando que “hoy los partidos han disminuido su poder y son los parlamentarios los que tienen el poder y se valora ser distinto”. Incluso deslizó una infidencia al decir que con el ministro Nicolás Eyzaguirre “nos reímos de cuando en cuando, porque aquellos que son férreos atacantes del neoliberalismo actúan al fin en política con un individualismo propio del liberalismo del mercado más cruel, porque su objetivo es el triunfo personal más que el triunfo colectivo”.
Imposible no conectar este diagnóstico con lo que sucedió el martes cuando los seis integrantes de la bancada comunista, seis democratacristianos, tres socialistas, dos PPD y dos radicales, decidieron darle la espalda al gobierno y propinarle una dura derrota rechazando el veto y por ende el reajuste. Incluso pasando por sobre el acuerdo que el lunes en la noche habían sellado en La Moneda sus presidentes de partido.