Los Juegos Panamericanos, el más grande evento deportivo del continente americano, ubicados un escalón más abajo de los Juegos Olímpicos, se acercan por cuarta vez a Chile.
En 1971 se votó que Santiago sería la sede de los Juegos de 1975, sin embargo, pocos meses después del golpe de Estado de 1973, Chile renunció a esta oportunidad. Menos de 10 años después, cuando Santiago sería el lugar de los Juegos en 1987, se volvió a renunciar. Luego, el 2013, Chile perdió ante Lima.
Hoy la postulación a los Panamericanos de 2023 abre una nueva oportunidad. Es que la realización de este tipo de eventos hace posible sentar las bases del desarrollo deportivo en dos direcciones: infraestructura deportiva y rendimiento.
La inversión —que en Chile bordearía los US$ 500 millones— en construcción y habilitación de recintos deportivos y la preparación de las selecciones chilenas se deberían traducir en el definitivo desarrollo del deporte chileno para los próximos años.