Es un misterio.
Lo único que se sabe es que antes de que la presidenta Michelle Bachelet entregue el mando en marzo próximo, el penal de Punta Peuco, y la que es hasta hoy la cárcel especial para violadores de derechos humanos en dictadura, habrá dejado de existir.
Sus 129 internos serán trasladados discretamente, probablemente, de noche, al penal Colina 1 en donde se ha habilitado una sección especial con un ingreso exclusivo para sus visitas.
Analistas cercanos a los reclusos creen que el traslado no será en una fecha cercana ni anterior al 19 de septiembre, cuando se celebra la Parada Militar. La seguridad de la presidenta y de sus ministros podría estar en riesgo si recién se han trasladado a Colina 1 a los ex uniformados que cumplen dilatadas penas en el recinto. Los ánimos en la familia militar estarían demasiado crispados y una explanada apta para manifestaciones en contra resultaría demasiado peligrosa.