El 18 de enero pasado se descubrió que había un centenar de aletas de tiburón en los techos de la embajada de Vietnam, ubicada en Eliodoro Yáñez (Providencia). Desde entonces, las autoridades han intentado seguirle la pista al caso, pero no han llegado a mayores conclusiones.
Representantes de la embajada de Vietman se reunieron al día siguiente con Sernapesca y Cancillería y comunicaron que las aletas habían sido obtenidas de un proveedor establecido en el Mercado Central. La idea era macerarlas al sol y con ellas elaborar una sopa que se serviría en una comida familiar. Desde la embajada estuvieron dispuestos a colaborar en la investigación y habrían asumido que fue un error, sobre todo por el mal olor que generaron en el barrio.
Funcionarios de Sernapesca acudieron al supuesto proveedor, pero este negó que vendiera aletas de tiburón. Esto dejó la investigación en un punto muerto, ya que desde la embajada tampoco tenían los recibos para certificar que la compra se había hecho en ese lugar.
Incluso se realizaron dos inspecciones sorpresas en el Mercado Central, pero en ninguna de ellas Sernapesca encontró pruebas de que se comercializaran partes de tiburón, por lo que el caso se estaría diluyendo.