El presidente de Telefónica, Claudio Muñoz, enfoca su cámara sobre un par de piedras. Estamos en la “muestrera geológica” de Escondida, a más de 3.000 metros de altura, en el desierto de Atacama, junto a un grupo de empresarios, ejecutivos y profesionales de diversas disciplinas. “Una expedición filosófico-poética”, como la describe su organizadora, Claudia Bobadilla, la vicepresidenta ejecutiva de la Red de Alta Dirección de la UDD.
¿Y por qué tanto interés en un par de muestras minerales? “Aprender sobre geología proporciona una dimensión muy interesante sobre los orígenes de nuestra tierra”, dice Eduardo Chadwick, presidente de Viña Errázuriz, otro de los viajeros. “La minería y la geología nos enseñan a ver cómo nuestro planeta llegó a ser como está hoy y de lo limitados que son nuestros recursos naturales”, añade el presidente de Celfin Capital, Juan Andrés Camus, “y que la explotación del planeta debe ser muy racional y cuidadosa para que dure lo que tenga que durar”.
Reflexiones que abren cuestionamientos de fondo en torno al renovado sentido que algunos directivos buscan imprimir al liderazgo empresarial. “Un viaje como el que hicimos se puede considerar como un viaje de estudio”, comenta Christoph Schiess, presidente ejecutivo de Empresas Transoceánica. “Sirve para abrir la mente, para buscar nuevas ideas y fronteras, así como para inspirarse”, concluye.
“Yo entendí de una manera más completa y profunda el concepto de la expansión del universo, en el sentido de que la expansión es de espacio, pero no de la suma de masa y energía”, plantea Camus, reflejando la amplitud de temáticas que abordó este selecto grupo de directivos en su viaje por Atacama. Desde una exposición sobre los desafíos de la minería a cargo del propio ministro del ramo, hasta una charla sobre el modo en que microscópicas partículas de polvo cósmico se agrupan para formar rocas al interior de los llamados discos protoplanetarios… es decir, sobre la formación de los planetas, a cargo de una joven astrónoma chilena, la doctora Laura Pérez, y con la vista del observatorio Paranal como telón de fondo. Entre sus auditores, la ex ministra Ingrid Antonijevic; Richard y Antonio Büchi, de Entel; el escultor Fernando Casasempere, la ex subsecretaria María Olivia Recart y el rector de la UDD, Federico Valdés.
Astronomía, arqueología y geología. Tres disciplinas que tienen en Antofagasta y sus alrededores algunos de los desarrollos más alucinantes del mundo. “Mirar a Chile desde la minería, la geología o la astronomía permite constatar que en todos esos ámbitos tenemos un rol global que jugar”, advierte Claudio Muñoz. “Todas estas riquezas nos obligan a pensar global y hacer que el desarrollo de Chile incluya la utilización de tales capacidades”.
Para varios de los participantes no se trata de su primera expedición. La misma red los ha llevado al Amazonas o a conocer el proyecto ALMA. Incluso parecen acostumbrados a las exigencias de un programa de actividades sin contemplaciones: convocatorias a las 6 de la mañana, extensos viajes en camioneta , exposiciones que obligan a concentrarse y dejar a un lado el cansancio. Todo sea por “expandir nuestras ideas y metas”, como dice Schiess con el entusiasmo que lo caracteriza.
Pero el desafío no se limita a observar y aprender. La idea es “relacionarse de manera interdisciplinaria”, como explica Bobadilla, y quizás eso explica la paciencia con la que estos profesionales, más acostumbrados a dirigir que a ser dirigidos, siguen los pasos del doctor Guillermo Chong en medio del desierto y bajo un calor considerable. “¿Quién sabe cómo llegaron estas piedras redondas hasta aquí?”, pregunta a sus expedicionarios este experimentado geólogo (la interrogante no es menor, considerando que en el desierto las rocas tiene origen volcánico y, por lo mismo, no tienen formas redondas, como las que arrastra un río). Obviamente, el grupo se mira en silencio.
Y es que otra cosa que se aprende con esto de la interdisciplinariedad es, precisamente, a guardar silencio, reconocer la ignorancia y recuperar humanidad. “Debemos cuidar lo logrado, el equilibrio macroeconómico, fomentar y profundizar la meritocracia y no sentirse rico y despilfarrar, ya que lo logrado ha sido a punta de un tremendo esfuerzo de la sociedad. Creo importante mantener la austeridad y jamás sentirse rico, que es el mejor camino para empobrecerse”, señala Camus. “El gran desafío es conjuntamente mejorar las virtudes éticas, ser mejores personas y proyectar el desarrollo de Chile con un rostro más humano y solidario”, añade Eduardo Chadwick.
Porque en esa onda transmiten estos empresarios. Quizás reflejen una creciente mayoría o quizás son apenas una pequeña muestra de una evolución en la forma de asumir el liderazgo corporativo. Pero ahí están, mirando piedras como si se tratara de objetos de enorme valor. En otras palabras, asumiendo su parte para resolver este complejo dilema entre innovar y detectar oportunidades de inversión, sin pasar a llevar los legítimos intereses o preocupaciones de terceros. “Se trata de agregar diversidad a la visión empresarial”, concluye Muñoz. “Y de incorporar estas nuevas visiones y aprendizajes a la gestión de nuestras empresas”.