La obesidad, el sobrepeso y las enfermedades crónicas no transmisibles como las cardiovasculares, la diabetes y el cáncer, son un grave problema de salud pública en Chile y en la mayoría de los países del continente americano; siendo importantes causas de muerte y discapacidad. El foco de atención para combatirlas es una alimentación saludable, que requiere de una sociedad informada sobre lo que come. Así, nace la idea de comenzar a incorporar en la publicidad de los alimentos mensajes destacados que adviertan los contenidos poco saludables de ciertos productos.
La calidad de vida y la productividad laboral también se deterioran con la obesidad y el sobrepeso, condición que afecta alrededor de siete de cada diez adultos en México, Chile y Estados Unidos. El problema es que estas cifras van en aumento tanto en niños como en adolescentes; realidad que se agrava en la vida adulta.
Durante las últimas décadas, el desarrollo acelerado de la industria alimentaria ha puesto a disposición del consumidor una gran variedad de productos procesados que han ido reemplazando la comida tradicional por alimentos que contienen un alto aporte calórico, además de elevados contenidos de grasas saturadas, azúcares y sodio. Estos componentes son los conocidos nutrientes críticos, que al ser consumidos en exceso contribuyen al desarrollo del sobrepeso, la obesidad y otras enfermedades asociadas con estos factores de riesgo.
Surge entonces la necesidad de hacer reformas concretas y específicas para detener este problema mundial de salud y, en este contexto, entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) incentivan a los países a realizar acciones que promuevan una alimentación saludable y limiten la ingesta de calorías, sodio, grasas saturadas y azúcares.
Somos un país en el que cerca del 50% de los niños que ingresan a primero básico tienen exceso de peso y la obesidad en los niños de 6 años ya supera el 23%. Al mismo tiempo, casi el 70% de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad y situación que incide en la alta prevalencia de enfermedades como cáncer y cardiovasculares, esta última constituye a primera causa de muerte en Chile.
En este marco, después de un largo trámite y producto de una iniciativa parlamentaria, se aprueba la Ley 20.606 sobre Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad, la que busca orientar al consumidor para que sepa qué es lo que contienen los alimentos que consume y así pueda identificar aquellos saludables de los no saludables y hacer una elección consciente de lo que come. Un mensaje comunicará aquellos productos que contienen altas cantidades de calorías, azúcares, grasas saturadas y sodio.
De acuerdo a lo establecido por el Ministerio de Salud, la aplicación de la Ley se inicia el próximo 26 de junio y será un proceso gradual. En sus inicios los límites para establecer cuándo la cantidad y el tipo de nutrientes de un alimento pueden ser perjudiciales para la salud serán menos restrictivos. De esta manera, la industria tendrá tiempo para reformular sus productos, con la idea de hacerlos más saludables con el tiempo.
Este cuerpo legal considera tres aspectos principales: Restricción de la publicidad de alimentos dirigida a los niños, en especial a los menores de catorce años; prohibición de venta y publicidad dentro de los establecimientos de educación parvularia, básica y media de aquellos alimentos que contengan elevados contenidos de calorías, de grasas saturadas, azúcares y sal (sodio); y todos los alimentos que en su composición nutricional presenten elevados contenidos de calorías, grasas saturadas, azúcares y sal (sodio) deberán informarlo en la cara frontal del envase mediante la incorporación de un símbolo octagonal de color negro con borde blanco, en cuyo interior se destaca el nutriente o factor alimentario con la leyenda “Alto en…”, Calorías, Grasas Saturadas, o Azúcares, en el caso que las cantidades superen los límites establecidos por el MINSAL.
Con esta información, el consumidor debería seleccionar los productos que no tengan estos símbolos o, en lo posible, el menor número de ellos, ya que pueden haber hasta cuatro logos en un solo producto.
Al mismo tiempo, es recomendable que antes de comprar las personas lean la información nutricional y comparen el contenido de calorías, grasas saturadas, azúcares y sodio (sal) entre productos semejantes y que, finalmente, prefieran aquel con menor aporte de estos componentes nutricionales críticos.
Las oportunidades que esta ley genera para fomentar hábitos alimenticios saludables y promocionar el consumo de frutas y verduras, especialmente a nivel escolar, es vital para combatir los problemas de sobrepeso y enfermedades asociadas con la alimentación.