Por Juan Andrés Quezada Mayo 27, 2016

La noche del pasado martes 17 fue especial para Salvador Said Somavía (51). En un encuentro en el hotel Hangaroa, en Isla de Pascua, fue su despedida de la presidencia de Endeavor Chile —organización sin fines de lucro, presente en más de 20 países, que promueve el surgimiento y desarrollo de nuevos empresarios en mercados emergentes—, que se transformó en uno de sus trabajos más reconfortantes, según cuenta él, una semana después desde su oficina en Vitacura, desde donde dirige, junto a su familia, sus negocios en Parque Arauco, Embotelladora Andina y Edelpa, entre otros.
El hijo mayor del patriarca José Said cuenta que al llegar a su casa en Santiago —tras su breve viaje a Rapa Nui—, uno de sus seis hijos le preguntó qué andaba haciendo en Isla de Pascua. “Fue mi despedida de Endeavor”, respondió. “¡Pero papá, estás enfermo, si era lo que más te gustaba hacer!”, fue la reacción molesta de uno de sus hijos.
En su oficina adornada con los retratos de su bisabuelo y abuelo, además de una amplia colección de piezas originales de la cultura mapuche, Said cuenta que hace unos días le enviaron un video con las imágenes del evento. Al verlo, se vuelve a emocionar. “En esta institución hay una mística muy especial, en las reuniones se va creando un grupo de amigos. Por eso, en mi discurso de despedida, dije ‘esta es mi segunda familia’ y que me había tocado emprender en muchas áreas: salud, centros comerciales, ayudar en la globalización de compañías, conseguir socios en la negociación con el BHIF y BBVA, hacer infinitos trabajos, pero dentro de los emprendimientos en que me había visto más realizado como persona había sido en estos seis años ayudando a emprendedores de todo Chile. En ese sentido quiero aprovechar de agradecer a mi señora, Patricia, y a mis seis hijos, que han sido un apoyo fundamental e incondicional en estos seis años. Incluso los dos mayores, Florencia y Salvador, ya forman parte de la red de Endeavor".

“Somos un país respetado en todo el mundo. ¿Y por qué somos respetados? Porque nuestras instituciones funcionan, porque se respetan las reglas y porque hemos desarrollado una serie de cosas que otros países han tratado de imitar. Ese prestigio no lo podemos poner en riesgo”.

—¿Por qué dejó Endeavor, entonces?
—Estuve tres periodos de dos años en la presidencia de Endeavor y fue bastante inusual mantenerme tanto tiempo. Como en todas las organizaciones, lo más sano es que las instituciones sean independientes de las personas que las dirigen. Por eso, tomamos la decisión, en conjunto con el directorio, de continuar con esta política sana de la rotación que teníamos desde antes.
—¿Qué lo apasionaba tanto de este trabajo?
—Por nuestra geografía, había muchos emprendedores de alto impacto en zonas muy distintas dentro de Chile. Y por ello se creó Endeavor Patagonia para la zona sur y Endeavor Atacama en la zona norte, manteniendo nuestro Endeavor central. Eso nos permitió seleccionar emprendedores de alto impacto, de alta categoría y apoyarlos. Esto se transformó en un círculo virtuoso de generación de emprendedores. Eso le hace bien al país. Hoy somos la tercera oficina más respetada y más exitosa, de las más de 20 que hay en el mundo. El concepto de cobertura nacional no lo tenía ninguna oficina de Endeavor en ninguna parte del mundo y lo implementó Estados Unidos después de nosotros.
—¿Cuáles son los desafíos que enfrenta la nueva administración a cargo de Christoph Schiess?
—Christoph Schiess siempre ha integrado el directorio. Conoce la filosofía de Endeavor muy bien y es un ejemplo de emprendimiento, y eso para los emprendedores es muy importante. Creemos que el segundo paso de Endeavor pasa por avanzar más hacia la globalización de las propias empresas nuestras en Chile, que hoy día deben estar cerca de los 800 millones de dólares de facturación, con una cifra cercana a 100 emprendedores, quienes han generado 30 mil puestos de trabajo. Entonces, el alto impacto pasa por el empleo, por generarle aporte al país en términos de crecimiento, y creo que el gran desafío va a ser la etapa de globalización.

LA INCERTIDUMBRE
Said es cauteloso a la hora de entregar su diagnóstico sobre lo que sucede en Chile. Declina comentar sobre el tema de los empresarios y su financiamiento a campañas políticas (el año pasado, la rectificación tributaria de dos empresas del grupo Said ante el Servicio de Impuestos Internos reveló pagos ligados a las campañas de Eduardo Frei y Sebastián Piñera). Hablando desde el tema del emprendimiento, sin embargo, sí comparte su visión sobre el momento económico y social de Chile.
—¿Cómo ve el escenario de emprendimiento en el país, en comparación a cuando asumió la presidencia de Endeavor, hace seis años?
—En Chile ha cambiado mucho, porque el concepto de emprendimiento antes no estaba tan presente como ahora. Tampoco estaba la conciencia del efecto que el emprendimiento tiene para países en vías de desarrollo. Yo pertenezco a un grupo familiar en que de lo único que se hablaba era de negocios, pero en realidad nunca escuché hablar de emprendimiento, ni en el colegio, ni en la universidad. Y hoy sé que mis hijos tienen el concepto de emprendimiento en la cabeza. Y, en general, cuando hoy uno habla de Corfo, de capitales semilla, de fondos de innovación y capital de riesgo, el país lo entiende. Son conceptos que hoy día están absolutamente enraizados en el país. Los diferentes gobiernos le han dado la importancia que requiere al emprendimiento. ¿Y por qué? Porque se han convencido que crecimiento es empleo, que emprendimiento es crecimiento, que empleo es bienestar.
—En tiempos de crisis, el emprendimiento es más relevante...
—En tiempos de crisis, más que de crisis, de incertidumbre, porque hablemos bien: lo que estamos viviendo hoy en Chile es un periodo de incertidumbre, la gente, en el fondo, producto de esta incertidumbre, tiene temores, y ¿cuáles son esos temores? Si todas estas reformas funcionarán bien o no. Ante estos periodos de incertidumbre hay que buscar soluciones imaginativas, el emprendedor cumple un papel más relevante que en tiempos normales.
—Según datos oficiales, la creación de empresas ha aumentado respecto del año anterior.
—Totalmente, cuando llegué a Endeavor éramos dos o tres personas, hoy somos 20, eso era inimaginable en una fundación de emprendimiento.
Said cuenta que, en el último tiempo, él y los demás directores de Endeavor reciben múltiples invitaciones a exponer en colegios y en universidades. “Yo, por ejemplo, en el colegio de mis hijos y un par de colegios más, he ido a charlas vocacionales para terceros y cuartos medio, a hablar de la carrera de Ingeniería Comercial o de emprendimiento. Yo los oriento directamente al emprendimiento, más que a la carrera técnica, por el tema vocacional, para que entiendan que quien estudia Ingeniería o cualquier cosa, puede emprender en cualquier área de la vida. Entonces, el tema es tener ganas de emprender, que no sea lo único salir a emplearse”.
—¿Cómo ve el país en general?
—Me preocupa que pongamos en riesgo el prestigio de este país. En los últimos años Chile se ha ganado un prestigio enorme. Yo viajo mucho y somos un país de casi 18 millones de habitantes, que en términos globales es muy poco, pero somos respetados en todo el mundo. ¿Y por qué somos respetados? Porque nuestras instituciones funcionan, porque se respetan las reglas y porque hemos desarrollado una serie de cosas que otros países han tratado de imitar. Ese prestigio no lo podemos poner en riesgo. Si no hay conciencia de eso, eso sí me preocupa.
—¿Cuánto impacta la desaceleración económica y la incertidumbre en la generación de emprendimientos?
—Hay un ambiente de incertidumbre y la gente tiende a paralizarse, pero hay otros que tienden a aprovechar ciertas oportunidades. Entonces cuando se dice que la institucionalidad no está tan clara, o que el proyecto no está tan claro, o la parte laboral, o que la parte tributaria, puede ser que muchas de esas cosas no cumplan con las expectativas que muchos teníamos. Está bien, pero la capacidad de innovar y de flexibilidad y cómo acomodarse la tiene el emprendedor. Es decir, yo creo que frente a problemas o periodos de incertidumbre aparecen emprendedores con soluciones y con cosas que van generando los vacíos que otros no han podido llenar.

“Hay un ambiente de incertidumbre y la gente tiende a paralizarse, pero hay otros que tienden a aprovechar ciertas oportunidades”, dice Said. “Frente a problemas o periodos de incertidumbre aparecen emprendedores con soluciones”.

—¿Cómo cree que está Chile en relación a la región y el resto del mundo en esta materia?
—Yo creo que Chile ocupa un lugar bien privilegiado en términos de emprendimiento y conceptos. Argentina también y hay varios países de América Latina que lo están incorporando, pero nosotros tenemos un posicionamiento ganado. En Estados Unidos es muy fácil, porque detras del emprendimiento hay apertura de compañías, generación de nuevas rondas de capital, hay industrias en California de venture capital... Está armado el esquema que rodea al emprendedor y le permite, en el fondo, terminar con un proyecto abierto en Bolsa, o vendido a una compañía X, pero el ambiente es muy proactivo al emprendimiento. Entonces, genera ejemplos de éxito, y ahí se encuentra el tema del alto impacto. A mí, por ejemplo, el tema de Patagon me marcó mucho, porque dentro de los emprendimientos que había, que un cabro joven —como era Wenceslao Casares— creara este sitio de internet para el tema financiero, y las transacciones, y terminara asociándose con el Santander y vendiéndoselo a un banco, y yéndole muy bien económicamente... eso es un emprendimiento de alto impacto. Esas cosas marcan, y por eso el alto impacto lo que hace es decir: ‘Oye, este la hizo, ¿por qué no la puedo hacer yo?’.

DE FÚTBOL Y FILANTROPÍA
Viviendo desde niño en una familia dedicada a los negocios, Said cuenta que su periodo en la presidencia del Club Deportivo Palestino (entre 2007 y 2010) fue inolvidable. “Tengo cinco hijos hombres y una mujer, e ir al estadio con ellos, nos sirvió mucho para compartir. Llegaba cansado el fin de semana, pero siempre iba a los partidos con dos, tres o cuatro de ellos al estadio. Y esa ida al estadio en La Cisterna y la vuelta en auto conversando, me agregó en términos familiares un adicional que no es fútbol, que es otra cosa. Yo invité a el equipo de Palestino de ese entonces a Palestina, a Tierra Santa”, recuerda.
—Hoy el fútbol vive un momento complejo, ¿le gustaría volver?
—Yo vivo en aviones, en viajes, en reuniones de allá para acá. Ya gocé esa adrenalina que genera el fútbol que es como la pasión de emprender. Puede ser hasta un símil, pero mucho más agotadora que el emprendimiento.
—¿Cuál es su relación con la filantropía?
—El concepto de la filantropía en otras partes del mundo está desarrollado bien. Aquí no hay un concepto claro, ni por el lado tributario, que lo fomente, ni por el lado de conciencia del individuo. No hay. Es decir, aquí qué nos pasa: nosotros colaboramos —y me toca colaborar— con muchas obras que considero que tienen valor. Participo en una serie de fundaciones que se dedican al emprendimiento, otras a los estudios públicos, como el CEP, a la caridad, como la Fundación Las Rosas. Hay muchas cosas que a uno lo motivan y uno participa ayudando. Las fundaciones generalmente en Chile están siempre pidiendo, entre comillas, limosna, para mantenerse vivas, para llegar a fin de mes, para pagar los sueldos. Entonces hemos ido en Endeavor Chile creando una estructura de endowment y que hoy día ya hay recursos ahorrados, y nos pusimos una meta importante para, de aquí a unos años poder tener a un Endeavor que dependa de un endowment y de una fundación que le permita no depender de personas, sino que de una fuente de capital que le permita seguir creciendo.

“Ese es el concepto: que el mercado no es Chile, que el mercado es el mundo. Por mientras ha sido América Latina, pero  ¿por qué no aspirar a emprender en EE.UU. o  en Europa? Me gustaría emprender en otra parte que no fuera única y exclusivamente América Latina”.

—¿Qué proyectos tiene a futuro con sus empresas?
—Nosotros no podemos, y los emprendedores no pueden,pensar que el mundo es Chile. Esto se globalizó definitivamente, el mundo cambió, y no es el cliché que el mundo cambió por la transparencia. Esto cambió por la inmediatez de la información, por internet... Quiénes van a ser los grandes competidores hoy en todas las industrias: los Microsoft, los Apple, los Amazon, los Google... Esa es la competencia futura. A eso nos vamos a ver enfrentados todos. Entonces, los emprendedores tienen que pensar en grande. Cuando hablamos de escalabilidad, es que piensen en el mundo como su mercado. Esto es como hacer clases, te mantiene siempre con inquietudes. Estos emprendedores siempre te plantean problemas que tú no tenías antes. Entonces, uno toma ese conocimiento y lo lleva a las empresas. Entonces me sirve para Coca Cola, para Parque Arauco, me sirve para Envases del Pacífico... y entonces, uno recibe nuevas ideas, ve un poco cuál es la revolución tecnológica que se está produciendo, qué impacto puede tener esta compañía, qué importante es la globalización. En Andina estamos operando en cinco países; en Parque Arauco, en tres países, y podemos terminar operando en un cuarto. Entonces, ese es el concepto. Que el mercado no es Chile, que el mercado es el mundo, por mientras ha sido América Latina, pero ¿por qué no aspirar a emprender en otra parte? ¿Por qué no aspirar a emprender en Estados Unidos, en Europa? Me gustaría emprender en otra parte del mundo que no fuera única y exclusivamente América Latina.
—¿Y a nivel familiar?
—Nosotros, como familia Said, creamos un fondo de emprendedores, porque queremos que las nuevas generaciones reciban lo mismo que recibí yo, que fue el concepto del emprendimiento que fue transmitido por generaciones. Puede ser que algunos lo tomen con toda libertad y otros no, pero queremos que tengan la posibilidad de emprender si quieren emprender. Es un pequeño Endeavor dentro de la familia Said.

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