Por Michelle Chapochnick y Ana María Sanhueza Noviembre 21, 2009

Lo cuentan en el comando de Sebastián Piñera: aunque el empresario Paul Fontaine votará por Marco Enríquez-Ominami en las elecciones presidenciales del próximo 13 de diciembre, al día siguiente el encargado económico de la candidatura del diputado está citado a Apoquindo 2921 para integrarse a las filas del empresario. "Si Marco no pasa, me inclinaría por Sebastián Piñera", adelantó Fontaine en una entrevista en La Nación el 16 de agosto, convirtiéndose en el primero de los partidarios de ME-O en adherir públicamente al candidato de la derecha.

Tres meses después de esa confesión, la última encuesta CEP -entregada la semana pasada- puso nuevamente el tema en el debate: el número de simpatizantes del abanderado independiente que está dispuesto a votar por el empresario en el balotaje suma un 29%, mientras que un 39% dice que apoyaría a Eduardo Frei. Ambas cifras revelan la transversalidad que cruza la candidatura del diputado, en la cual convergen figuras emblemáticas del MIR, ex concertacionistas, independientes y liberales, además de un grupo que votó históricamente por la derecha hasta que apareció Enríquez-Ominami.

Un ejemplo de esa transversalidad -y que los críticos del cineasta llaman hibridez- lo vivió hace poco el abogado UC y miembro de Independientes en Red, Cristóbal Bellolio (30), quien es nieto de un ex ministro de Pinochet: le tocó el turno de grabar para la franja de Enríquez-Ominami, se cruzó con una de las figuras clave del MIR, Andrés Pascal Allende, quien acababa de ser filmado para el spot. "El mensaje que él dio fue 'la izquierda allendista está con Marco'. ¿Qué sentí yo en ese minuto? Tengo dos alternativas: o creer que Andrés Pascal Allende se come a las guaguas o pensar que quizás este personaje ha sido demonizado por mi familia y mi sector. ¿Acaso habrá llegado el momento de desechar esos supuestos y enterarme de quiénes son estas personas?", dice el profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Bellolio, como Fontaine -consultado por Qué Pasa declinó pronunciarse sobre la segunda vuelta hasta el 13 de diciembre-, es parte de los llamados MEO-piñeristas. Es decir, los adherentes del diputado que, de no pasar su candidato a segunda vuelta, votarán por el dueño de Lan. A esta tendencia -de la que en el comando del diputado evitan hablar- se suman personajes como Manuel Francisco Urzúa, empresario que trajo el "after office" a Chile; Jorge González, profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez y ex miembro del grupo Tantauco; y el miembro de Independientes en Red Daniel Brieba.

"En las elecciones anteriores la Alianza logró el 48% entre Lavín y Piñera. En 1999, sacó 48% en primera vuelta sólo con Lavín. Y hoy, según la CEP, en primera vuelta Piñera debiera sacar 42%. Entonces, es Marco el que le ha quitado a Piñera esa diferencia", dice Gonzalo Müller, de la UDD.

Hoy, según coinciden varios analistas, el apoyo que ese 29% daría al ex senador RN puede ser clave en enero en lo que se prevé como una elección reñida. "Si Piñera pasa a segunda vuelta sin un 45%, es esencial que haga un gesto decidido hacia ese electorado que es mayoritariamente joven, liberal y que tiene menos traumas con la transversalidad. También es importante que gente de ese mundo (de los MEO-piñeristas) haga señales explícitas a favor de la candidatura de Piñera", dice Bellolio.

El perfil

De acuerdo con un estudio sobre segmentación y comportamiento electoral de la campaña presidencial del 2009, realizado por Cristóbal Aninat y Gregory Elacqua, de Expansiva UDP, mientras hoy los MEO-piñeristas son un 29%, en la CEP de junio eran 28%. Septiembre fue su peak: alcanzaron 34%.

Hasta agosto, este grupo está formado -según la CEP- por hombres y mujeres en proporción casi idéntica (49% y 51%, respectivamente), jóvenes y adultos jóvenes (el 64,4% tiene entre 35 y 54 años), de procedencia urbana (el 94,4% vive en ciudades) y educados (más del 40% contaba con más de 13 años de estudios). La última encuesta del Centro de Estudios Públicos, de acuerdo al análisis del investigador de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo Gonzalo Rössler, reforzó los datos: si bien hoy son más mujeres que hombres (58,3% versus 41,7%) , se mantiene una mayoría de jóvenes y adultos jóvenes (el 59,3% tiene entre 35 y 54 años), urbanos (el 96,7% vive en ciudades) y de clase media (allí se concentra el 53,5% de ellos). Además, incluye personas de todos los niveles educacionales. De ellos, el 37,5% posee 13 años de estudios o más.

Aunque políticamente muchos especialistas los catalogan como sin ideología, Gonzalo Müller, director de la Facultad de Ciencias Políticas y Políticas Públicas  de la UDD, sospecha que en los últimos años los MEO-piñeristas sólo han votado por los candidatos de la derecha.  "En el análisis electoral de largo plazo, en las elecciones anteriores la Alianza logró el 48% entre Lavín y Piñera. En 1999, sacó  48% en primera vuelta sólo con Lavín. Y hoy, según la CEP, en primera vuelta Piñera debiera sacar 42%. Entonces, es Marco el que le ha quitado a Piñera esa diferencia".

En ello coincide Juan Pardo, director de estudios de Feedback, quien dice que el diputado interpreta mejor el eslogan del cambio que tradicionalmente ha pertenecido a la derecha. Müller agrega: "Por eso vemos a Enríquez-Ominami en  la franja hablando de cambio y más cambio".

ME-O, además, ha tomado dos posiciones paralelas para atraer a sectores distintos del electorado, según explica Cristóbal Aninat: por una parte, a votantes liberales; y por otra, a los llamados aspiracionales -para los cuales también Piñera es su segunda opción-. "En muchos casos, este grupo lo conforman personas separadas, menos ideológicas que la media y que no se identifican como católicos, sino de otras religiones o no creyentes", dice.

Quiénes son los MEO-Piñeristas

Piñeristas y anti-Frei

"No me gustan todas las propuestas de Marco, pero tengo una cercanía personal con él", señala Urzúa. El empresario es parte de un grupo de la elite económica que se ha sumado a las filas del cineasta por amistad, simpatía, deseos de un cambio de gobierno y por la vanguardia que él representa. Aunque no dejan de lado ciertas contradicciones y diferencias en temas económicos y de visión histórica con su candidatura.

Muchos de los MEO-piñeristas están con las posturas liberales del abanderado en lo valórico, pero no están dispuestos a aceptar algunas de sus propuestas económicas, como la reforma tributaria -que busca subir los impuestos a las grandes empresas de un 17% a un 30%, entre otras medidas-. En general, el apoyo de este grupo a Enríquez-Ominami se debe a la distancia que hay  entre un candidato nuevo y los rostros conocidos de Frei, Piñera y Arrate.

Bellolio, por ejemplo, quien trabajó con el ex senador RN, decidió apoyar al diputado por tres razones: renovación, por ser liberal y por su transversalidad: "Todo el mundo esperaba que esta elección se decidiera entre quien hablara de más mercado y de más Estado, pero la clave estaba en hacer protagonista a una nueva generación. Siempre abogué por ello, y por eso quien más me representa generacionalmente es Marco".

Pero el traspaso de los votos de Enríquez-Ominami a Piñera también tiene otro componente: un voto anti-Frei, y con diferentes matices. "El voto por ME-O lleva implícito un mensaje: rechazo a la Concertación y a Frei. Su adhesión en segunda vuelta a Piñera es un voto por el 'mal menor'", asegura el director Adimark, Roberto Méndez.

Ése es el caso de Francisco Urzúa, quien explica que "en segunda vuelta votaría por Piñera, porque lo prefiero antes que a Eduardo Frei". En la misma situación está Sebastián Díaz (39), empresario e ingeniero comercial, quien el 2005 votó por el ex presidente de RN y en diciembre lo hará por el candidato independiente: "La razón principal por la que voto por ME-O es porque no quiero que salga Frei. Quiero que salga gente nueva, lo que más me interesa es que haya cambio".

"Las tres cosas que ME-O representa en un 100% -renovación, liberalidad y transversalidad-, Piñera las representa en un 50%. Para mí la segunda vuelta no va a ser una cuestión desastrosa, donde yo voy a tener que ir a votar con un nudo en la guata o tapándome la nariz", asegura Cristóbal Bellolio, abogado y miembro de Independientes en Red.

Y eso no es todo. Existe un votante MEO-piñerista que se presenta con menor frecuencia y que escapa a los cánones clásicos de la política chilena. Se trata de personas que históricamente han votado por la Concertación y ahora no votarían ni en segunda vuelta por el senador DC. "Algunos de ellos han votado por el oficialismo, pero sólo porque admiraban a figuras como Ricardo Lagos o Bachelet", asegura un cercano a Frei. En esa situación está el sociólogo y economista Daniel Brieba, miembro de Independientes en Red y estudiante de doctorado de Oxford: en 1999 votó por Lagos.

Sin complicaciones

Hay personas, como Brieba, para quienes virar hacia la derecha, después de apoyar al diputado, no representa problema: "Nunca ha pertenecido al 'mundo piñerista'", explica. Y agrega: "Ambos candidatos tienen virtudes y defectos, y en toda elección hay que aceptar que no existe el candidato ideal que lo represente a uno perfectamente. Y segundo, porque la distancia ideológica entre ambos, si bien existe, no es sideral".

Bellolio tampoco se complica. Asegura que su generación aprendió "a no ver el mundo entre los buenos y los malos. Desde el punto de vista político, no lo veo como volver al redil, porque tampoco me he movido tanto. Mi tribu familiar y social es de derecha, pero en mi corta trayectoria siempre me he distinguido por estar a la izquierda de la derecha tradicional y ser un poco díscolo".

Y agrega: "Las tres cosas que ME-O representa en un 100% -renovación, liberalidad y transversalidad-, Piñera las representa en un 50%. Pero en otros puntos de ME-O, como la justificación de Venezuela o la negociación interempresas, yo estoy más cerca de Piñera. Por lo tanto, para mí la segunda vuelta no va a ser una cuestión desastrosa, donde yo voy a tener que ir a votar con un nudo en la guata o tapándome la nariz".

Pero no para todos los MEO-piñeristas es así de fácil. Otros miembros de este grupo "transversal", que prefirieron no dar sus nombres, reconocen las dificultades de regresar al sector al que pertenecieron -ya sea al mundo de la derecha o de la Concertación-, donde en muchos casos fueron tildados de "traidores". "Seguramente nos aceptarán de buena gana -explican-, porque necesitan nuestros votos. Sabemos que seremos mirados como personas acomodaticias, que se mueven de acuerdo a la corriente".

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