Por Lorena Rubio Febrero 6, 2010

© José Miguel Méndez

Aunque no tienen una relación cercana, José Yuraszeck y Sebastián Piñera veranean en el mismo lugar. Y si bien el presidente electo escogió su fundo en Ranco para afinar los detalles de su futuro gabinete, es Caburga el lago en el que vacaciona hace años. Los dos hombres de negocios mantenían una relación cercana hasta fines de los 90, cuando el denominado Caso Chispas "enfrió" la relación, como reconoce Yuraszeck. Hace dos años sostuvieron una franca conversación, se dieron un abrazo y las relaciones se normalizaron, aunque "no como antes". Pese a todo, suelen toparse en el lago de la IX Región en los veranos. "Ambas familias se aprecian", dice el ex dueño de Sal Lobos.

Yuraszeck viajó a Caburga el viernes 29. Antes de partir, aceptó entrar de lleno a la arena política y desmenuzar las claves de la nueva administración que aterriza en La Moneda el 11 de marzo. Incluyendo la participación de la UDI -partido donde milita desde su fundación, en 1983- en el nuevo gobierno.

Pese a haber congelado su participación en la comisión política de ese partido por seis meses, a mediados de 2005 -cuando la Corte de Apelaciones refrendó la multa aplicada en contra suya y de otros ex ejecutivos de Enersis por el Caso Chispas-, declara orgulloso que el año pasado, "por tercera vez", fue mayoría nacional.

Reconocidamente cercano a figuras como el senador Pablo Longueira y Joaquín Lavín, ha sido financista de varias candidaturas. De ahí que tenga un ojo más que aguzado para desmenuzar los laberintos del poder que se asoman tras el triunfo de la Alianza en segunda vuelta.

- ¿Qué derrota de la UDI le dolió más en la parlamentaria? ¿La de Lavín o la de Rodrigo Alvarez?

- La de Ena (von Baer). Soy amigo de los tres, pero tengo sentimientos distintos. Para mí, Joaquín Lavín fue candidato ocho años tarde. Él debió haber competido en 2001 y haber sido senador por la Novena Región, en vez de ser alcalde de Santiago. Lo de Rodrigo Alvarez me dolió mucho y en mi opinión, él perdió por ser demasiado responsable. Se dedicó a ejercer los cargos para los cuales había sido electo (diputado y presidente de la Cámara), mientras que el resto de los parlamentarios dejó botado el Congreso y se dedicó a hacer campaña. Es una señal muy compleja lo ocurrido en este caso, porque el mensaje que envían los electores es: "A mí no me importa que usted no legisle. Yo voy a votar por la campaña más vistosa". Eso es muy grave.

El "fenómeno" Bachelet

- ¿Qué evaluación hace del gobierno de Michelle Bachelet?

- Bajo el gobierno de la Concertación, en general, y bajo esta administración, en particular, las desigualdades crecieron en forma brutal. Pienso que más temprano que tarde, el país percibirá que más que logros aquí hubo un notorio marketing.

- ¿A qué atribuye, entonces, las históricas tasas de aprobación con las que se despide de La Moneda?

- El que tenga un 80% de aprobación no garantiza nada. Basta recordar que al terminar su gobierno, Ricardo Lagos tenía un 72% de apoyo y hoy es una figura del pasado. El país se dará cuenta, cuando deje de operar la maquinaria propagandística de La Moneda, que el alto desempleo y el pobrísimo crecimiento económico del país son responsabilidad de la presidenta y de su gobierno.

- Todos los gobiernos tienen un diseño comunicacional. ¿Le parece que en esta administración hubo un exceso en esta materia?

- Es cierto, pero hay veces en que ese diseño quedó brutalmente expuesto. Lo ocurrido con (Fernando) González es una prueba de aquello.

"El país va a percibir, cuando deje de operar la maquinaria propagandística de La Moneda, que el alto desempleo y el pobrísimo crecimiento económico es responsabilidad de la presidenta Bachelet y de su gobierno".

- ¿Encontró poco acertada la mediación de la presidenta entre González y la Federación de Tenis?

- Yo no critico que ella haya mediado. Está en su derecho de hacerlo, aun cuando me parece que no es función del Presidente de la República. Lo que yo cuestiono es que en medio de una huelga de profesores que duró tres semanas, ¡la presidenta se haya referido sólo una vez al tema y no haya mediado en el conflicto! Y con esa paralización se estaba perjudicando a millones de niños, muchos de ellos pobres. Ese es mi punto.

- ¿Pero no es esa la labor de los estrategas comunicacionales? Opacar los errores y ensalzar los aciertos para cuidar la figura presidencial.

- Tengo una opinión distinta. Para mi gusto, eso refleja por qué este gobierno ha sido tan mediocre. Porque la presidenta es simpática, buena persona, etcétera... y eso es verdad, pero ha hecho un muy mal gobierno. La razón es una sola: no se ha involucrado a fondo en los temas.

- ¿Y qué opina de la gestión del ministro Velasco, el miembro del gabinete mejor evaluado, por lejos, en esta administración?

- Por sus obras los conoceréis... El resultado económico del gobierno de la presidenta Bachelet con su ministro de Hacienda ha sido mediocre.

- ¿Ni siquiera le reconoce haber resistido la presión de todos los sectores para utilizar los recursos del cobre?

- Se habla mucho de cómo Velasco resistió la presión para gastar los recursos del cobre. Pues bien, eso tiene dos componentes: primero, el poder de los ministros de Hacienda en los gobiernos de la Concertación y las "dos almas" de esa coalición. Una que está a favor del mercado y otra que quiere más Estado. En cualquier caso, hay mucho de mito, ya que un estudiante de Economía de primer año sabe que si se gastaba más de la cuenta se habría disparado la inflación, entre otros efectos. Pero lo más grave y lo que más le critico al ministro de Hacienda es que no hizo ninguna reforma de verdad para aumentar la productividad; incentivar que las Pyme puedan crecer; generar medidas que aumenten la inversión, etc. Entonces, cuando me hablan de la excelente gestión del ministro Velasco, yo no la veo.

"El gobierno de la Coalición va a durar mucho más que cuatro años"

¿El regreso de los tecnócratas?

- Hay un sector de los privados cuyas expectativas aparecen un poco desmesuradas, sobre todo por tratarse de un período de cuatro años. ¿Cuáles son las suyas respecto de la nueva administración? ¿Se podrán cumplir todas las promesas de campaña?

- Creo que Sebastián Piñera hará un buen gobierno y espero que pueda cumplir la mayoría de sus promesas. Es perfectamente posible crecer a tasas de 6% al año y crear un millón de empleos en cinco años. Para ello, eso sí, se debe aumentar sustancialmente la tasa de inversión, desde el actual 22% del PIB a un promedio entre 27% y 28%.

- Usted trabajó en Odeplan entre 1978 y 1983, donde un grupo de técnicos estuvo a cargo de instaurar el modelo de libre mercado en las empresas públicas. ¿Debiera ser este gobierno administrado por tecnócratas o debe ser un mix entre políticos y técnicos?

- Espero que las autoridades que designe el presidente, tanto en ministerios como en las empresas del Estado, tengan como norte la eficiencia y solucionar los problemas de la gente. Para mí, el enfoque que debiera tener todo funcionario, sobre todo los relacionados con el área económica, es el aumento de la productividad. El gran problema de la economía chilena es su pérdida de competitividad y creer que todo lo soluciona el Estado asistencialista. Está bien que existan redes de protección social, pero no se puede vivir siempre de aquello. Llegó la hora de volver a pensar en el futuro y dejar de gobernar mirando sólo el cortísimo plazo.

- El gabinete se anunciará la próxima semana. Como militante UDI, ¿es de los que creen que a su partido le corresponden cuotas de poder equivalentes al de su votación y respaldo?

- Para mí, esa es la lógica de la captura del Estado. Creo que el gobierno de Piñera y de la Coalición por el Cambio debiera ser uno que privilegie los méritos y a gente joven. Obviamente, en la parte política deben estar los que saben de eso. No hay que demonizar a los políticos, pero yo creo que hay cargos en que no se necesitan. Así de simple. Así se evitaría la captura del Estado y cosas como lo ocurrido con el Estadio Nacional.

- ¿A qué se refiere?

- Lo que está pasando con el Nacional es la mejor muestra de que cuando las decisiones se toman exclusivamente en la esfera política, las cosas se hacen mal. Se dijo que iba a ser entregado en marzo. Yo creo que no va a estar listo ni siquiera en mayo.

- ¿Hace alguna autocrítica respecto de su paso por las ex empresas del Estado?

- Siempre las cosas se pueden hacer mejor, pero no me parece que haya que hablar de errores. Había objetivos que cumplir y esas eran las circunstancias del momento.

- ¿Qué error debiera evitar el gobierno de Piñera a toda costa?

- El peor desacierto que podría cometer el gobierno de Piñera es que un partido capture algún ministerio o empresa. Y me refiero no a que una persona de determinada sensibilidad esté a cargo de una repartición, sino que todas las personas que laboren en ésta sean de un determinado partido. De eso hemos visto demasiado en estos años: el Indap en manos de la DC, Enap controlada por el PS, etc. Eso no puede ocurrir y yo personalmente me voy a dedicar a denunciarlo si veo que pasa.

- ¿Por qué nunca volvió al sector eléctrico?

- En el sector eléctrico me correspondió liderar una verdadera revolución. Convertimos a Chilectra en una trasnacional, que pasó de 2.000 empleados a 17.000 en cinco países de Latinoamérica. ¿Volver a qué? Me gusta innovar, por eso me dediqué a la minería (Sal Lobos) y ahora al vino, que es una pasión difícil de explicar.

Menos impuestos y pocos ministerios

- ¿Es partidario de una reforma tributaria?

- Para favorecer la inversión, y con ello el empleo, hay que modificar la carga tributaria.

- ¿De qué forma?

- Se debe premiar al que invierte y éste debe pagar impuestos sólo cuando retira las utilidades de la empresa. Mientras siga invirtiendo, se debe postergar el cobro.

"El peor desacierto que podría cometer el gobierno de Piñera es que un partido capture algún ministerio o empresa. Eso no puede ocurrir y yo personalmente me voy a dedicar a denunciarlo si veo que pasa".

- ¿Qué tributos eliminaría?

- (Se entusiasma)… Uno, hay que eliminar impuestos ridículos, que puede ser que rindan, pero que surgieron en un momento histórico muy concreto. Por ejemplo, el impuesto a los combustibles se instauró el año 85, en el gobierno de Pinochet, siendo Hernán Büchi ministro de Hacienda. Se creó para financiar la reconstrucción del terremoto de ese año y ahí quedó.

- Es casi un cliché hablar del impuesto de timbres y estampillas. ¿Cree que la nueva administración debiera ser más audaz y eliminarlo de una vez?

- Yo lo eliminaría por completo. Haría lo mismo con el tributo a las herencias. Bajaría el impuesto a las personas y los profesionales. Si con eso no alcanza para financiar el Estado, a lo mejor hay que aumentar el impuesto a las empresas. No me cierro a eso. Pero hay que bajarles el impuesto a las personas. Hay que eliminar los impuestos que no tienen sentido, aunque recauden. Por ejemplo, propongo premiar a las familias con mayor número de hijos, permitiéndoles deducir de sus tributos el gasto en educación y salud. Y lo planteo por una razón de fondo: Chile se está convirtiendo en un país de ancianos debido a la caída en las tasas de natalidad.

- Pero el Estado requiere un ingreso fijo para llevar adelante sus tareas. ¿Cómo se financia, entonces?

- El Estado es "achicable". Hay ministerios que no se justifican. Si yo le pregunto a cualquier persona medianamente informada quiénes han sido los cinco últimos ministros de Economía, nadie podría responder.

- Eso tiene que ver con la omnipotencia de los ministros de Hacienda, ¿no cree?

- Entonces, para qué tenemos un Ministerio de Economía con tan baja importancia. Para qué tener un Ministerio de Bienes Nacionales. Lo mismo con Minería, cuando podría ser perfectamente una subsecretaría que dependa de otra cartera. Un solo dato: hace 50 años, en Chile había ocho ministerios, hoy son 23.

- Como militante de un partido, ¿es de los que creen que los parlamentarios deban dejar sus cargos en el Congreso para asumir un ministerio?

- (Reflexiona)… Yo en general pienso que no es bueno que los parlamentarios dejen los cargos para los cuales fueron elegidos y entren al gabinete. Para mí, Carolina Tohá, quien fue electa diputada y dejó su cargo, engañó a sus electores y prefiero que ello no ocurra. Puede haber alguna excepción, pero en cualquier caso, no en la partida de un gobierno. Es distinto si se produce una crisis, pero establecerlo como norma no lo comparto.

"El gobierno de la Coalición va a durar mucho más que cuatro años"

Futuro en política: "No lo descarto"

- ¿Sigue pensando en ingresar a la política o lo descartó de plano? ¿Qué haría si lo llaman del nuevo gobierno?

- En primer lugar, no lo van a hacer y, además, sería un tremendo error, porque hoy deben ser rostros nuevos.

- Usted dijo que quería ser senador hace unos años...

- Es cierto. Lo pensé muy seriamente. Hoy estoy en otra cosa, aunque soy de los que dicen: "No digas de esta agua no beberé". Lo que pasa es que hoy no está dentro de las prioridades.

- Existe una sector de su partido que afirma que Piñera no sólo debe profundizar el modelo económico liberal, sino también ser un guardián en lo valórico. ¿Comparte esto o cree que lo importante es demostrar que la derecha sabe gobernar?

- Pienso que este gobierno no va a ser de cuatro años. La Coalición por el Cambio va a gobernar bastante más. Como lo va a hacer bien, va a generar crecimiento y empleo y va a mejorar ostensiblemente la educación, la salud y el combate a la delincuencia, no tengo dudas de que va a mantenerse en el gobierno. Por ello, soy partidario de que las reformas se hagan en esta primera etapa, lo más pronto posible. No hay que tener miedo a hacerlas. Mi preocupación fundamental, además de recuperar tasas de crecimiento importantes, es poner el acento en la educación. Una reforma crucial es eliminar el Estatuto Docente. Llegó la hora de decirles a los profesores, que en su mayoría son excelentes profesionales, que no pueden seguir sin someterse a evaluaciones, que no pueden tener un sistema que los proteja aunque hagan mal la pega.

- Ningún gobierno ha podido hacerlo. ¿Por qué éste sí?

- Se requiere un esfuerzo enorme y hay que estar dispuesto a las críticas. Yo participé, estando en Odeplan, en la redacción de la ley de universidades de 1981, que permitía el ingreso de privados a la educación superior. La batalla fue intensa. Tuvo un costo político enorme, pero qué sería hoy de la educación superior sin entidades privadas. Un 60% de los estudiantes de ese tramo educacional están en planteles privados. Hacer lo que se requiere hoy es tan complicado como fue llevar adelante esa reforma.

Atreverse con Codelco

- ¿Dónde debieran estar los acentos del nuevo gobierno? ¿Crecimiento, innovación o educación?

- Para lograr estos niveles, el futuro gobierno debe tener la mente muy abierta en cuanto a quiénes son los verdaderos agentes del crecimiento.

- ¿A qué se refiere?

- Yo creo que esos agentes, los que generan inversión y empleo, son los agentes exportadores. En Chile, en los últimos 30 años, el crecimiento ha ocurrido cuando las exportaciones han sido altas y éstas han aumentado cuando el tipo de cambio ha sido alto. Para lograr esto último, pienso que una manera de hacerlo es no retornar al país todos los recursos que provienen de las exportaciones de cobre.

- Continuar siendo un exportador de materias primas -sin desarrollar conocimiento y tecnologías propios-, ¿no le parece que limita el potencial de desarrollo chileno?

- En esa pregunta existe una afirmación que no comparto. Si bien hay una utilización "marketera" del término innovación, hay que ver dónde se ha generado conocimiento real. Si uno mira la industria del vino, ha habido gran innovación y sin ayuda del Estado. No hemos tenido que viajar con el presidente a Silicon Valley ni nada de eso. Sencillamente, se ha trabajado en forma seria y consistente por 20 ó 30 años.

"Hay ministerios que no se justifican. Si yo le pregunto a una persona medianamente informada quiénes han sido los cinco últimos ministros de Economía, nadie respondería. Para qué tener un ministerio con tan baja importancia. (…). Lo mismo con Bienes Nacionales y Minería".

- ¿No cree que hay que darle una oportunidad al desarrollo de la ciencia para competir en las ligas mayores?

- A ver, nosotros tenemos riquezas básicas y sería un pecado no aprovecharlas. O sea, no explotar el cobre por dejar de ser exclusivamente exportadores de materias primas sería una locura. Es lo mismo que pasa con la hidroelectricidad, donde por presiones de sectores ecologistas se ha privilegiado una matriz absolutamente térmica. ¡Y eso es un despropósito! No explotar recursos que existen de forma abundante -como el agua y el cobre- es como si Arabia Saudita decidiera no exportar su petróleo.

- A propósito de cobre, ¿cree que este gobierno tendrá la oportunidad y la voluntad política para llevar adelante el ingreso de capitales privados a Codelco?

- Creo que si Codelco es de todos los chilenos, debe ser de todos los chilenos y no sólo de quienes trabajan en esa compañía. No hay ninguna duda de que es una empresa I-NE-FI-CIEN-TE (remarca las sílabas). ¡Nadie lo duda! Entonces, una forma de corregir esto es que haya más información y transparencia. Y si eso se logra con capitales de terceros, incluidas las AFP, bienvenidos sean.

- ¿Cree usted que poner este tema en la agenda sería una señal de liderazgo de Piñera?

- Hay que saber explicar por qué es necesario hacerlo. Aquí lo que se quiere lograr es generar mayor riqueza y para eso hay que aumentar la productividad y entregar más información. Porque, seamos claros, hoy Codelco vive en la burbuja de los altos precios del cobre. Si este metal estuviera en torno a un dólar la libra, la empresa trabajaría a pérdida. Ese es el dato relevante.

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