Por Claudia Farfán M. Abril 9, 2010

© José Miguel Méndez

En medio del lento rearme que vive la Concertación, Guido Girardi se apresta a dar una nueva batalla en las elecciones internas del PPD. En los comicios de junio próximo no piensa apoyar la candidatura de Carolina Tohá a la presidencia del partido, como sí lo hizo en estos días con fuerza uno de sus detractores políticos acérrimos: el ex presidente Ricardo Lagos. Girardi se la jugará en esta oportunidad por la opción del recién electo senador Jaime Quintana, a quien, sobre todo, reconoce el mérito de no pertenecer a la elite.

En esta entrevista, el parlamentario por Santiago habla de los nuevos liderazgos concertacionistas, del referente político que tiene en mente y del primer mes de gobierno de Sebastián Piñera.

-Sus detractores dicen que no respalda la candidatura de Carolina Tohá porque usted podría perder el control de la estructura partidaria.

-Ésa es una leyenda. No tengo ningún interés en ocupar un cargo. ¡Ninguno! Lo que he intentado en el PPD es  instalar contenidos, propuestas y luchas ciudadanas.

-¿Por qué, entonces, no apoya la opción de la ex ministra, una de las figuras mejor evaluadas de la Concertación?

-Respaldaré a quienes estén claramente por construir una fuerza política progresista que garantice los cambios que requiere la sociedad chilena. Hemos propuesto a Jaime Quintana, porque es meritocrático. No puede ser que un cabro que viene de abajo -el único senador, de todos nosotros, que estudió en colegio fiscal- no sea igual de valioso porque no proviene de la elite. Los liderazgos no tienen que ver con el apellido ni con la edad, sino con el tipo de sociedad que quieres construir.

-¿Qué diferencias tiene con Carolina Tohá?

-A ella le tengo aprecio. Para mí es un tema de contenidos. Yo hago un diagnóstico diferente al de aquellos que piensan que la crisis de la Concertación tiene que ver con un problema de orden interno o con la existencia de los díscolos. Además, a diferencia de algunos, creo que es posible articular una fuerza progresista común con quienes estuvieron con Marco Enríquez-Ominami.

-La ex ministra ha dicho que llegará a la presidencia del partido para hacer "las cosas de otra manera". Es una dura crítica a la actual directiva del PPD, de la cual usted forma parte.

-La actual directiva del PPD somos muchos.

-Pero Pepe Auth fue su aliado y protegido.

-Yo puedo responder por mí y decirle que una parte importante de la agenda ciudadana, en estos últimos años, la hemos instalado nosotros.

-¿Se imagina a Ricardo Lagos Weber o Claudio Orrego como los nuevos líderes de la oposición a Piñera?

-La renovación en el Chile que viene no tiene que ver con edades ni con apellidos, sino con contenidos. Jorge Arrate está cerca de los setenta, pero inspiró a muchos jóvenes. En el PPD, además, está Sergio Bitar que es una persona mayor, sin embargo, más despierto que muchos otros. Sí, deben existir rostros nuevos, pero yo tengo la misma edad de Ricardo Lagos Weber, el hijo del ex presidente Lagos, y llevo haciendo política con  Carolina Tohá desde que éramos dirigentes de la FECh, en la década de los 80.

-Para muchos usted representa más bien un estilo antiguo de hacer política, ¿no ha pensado en dar un paso al lado?

-Lo que me interesa son los contenidos y he tratado de construir una agenda progresista. Si usted mira mi historia, se dará cuenta de que fuimos los primeros en instalar los temas medioambientales, en promover el uso del condón y en decir que los homosexuales pueden casarse y adoptar hijos. Entonces, muchos en el propio PPD me acusaron de ser un inmoral.

Lagos vs. Bachelet

-Tras la derrota que sufrió la Concertación en la presidencial, el ex mandatario Ricardo Lagos afirmó que la renovación de los cuadros dirigentes debía ser total. ¿Qué piensa de esa afirmación?

-Tengo una visión distinta a la del ex presidente, porque él es uno de los que creen que la crisis de la Concertación tiene que ver con los díscolos y con una falta de orden interno. En mi opinión, ése es un factor secundario.

"El ex presidente Lagos debe tener alrededor de 70 años o, tal vez, un poquito más. Debiese ser una figura de patrimonio. Como política activa, creo que Michelle Bachelet está más en sintonía que Lagos con el nuevo contexto político".

-¿Cómo califica la activa injerencia que ha tenido el ex mandatario en esta elección del PPD, como promotor de la ex ministra Tohá?

-Es una situación que lo complica. Él fue un personaje muy relevante de la historia política del fin del siglo XX e inicio del siglo XXI, pero creo que en materia de renovación partidaria debe permitirles al PPD y al PS construir su propio proceso. Yo propongo que los actores que tengan que enfrentar el siglo XXI sean quienes decidan cómo levantarán su propuesta de contenidos, de visiones y de valores.

-En ese sentido, ¿ve en el futuro de la Concertación un mayor ascendiente de Bachelet que de Lagos?

-Michelle Bachelet será mucho más contemporánea desde el punto de vista de su proyecto vital con los desafíos políticos de estos próximos 20 años.

-¿Por qué?

-Entre otras razones, por un factor etario. El ex mandatario debe tener alrededor de 70 años o, tal vez, un poquito más. Debiese ser una figura de patrimonio. Como política activa, creo que Michelle Bachelet está más en sintonía que Lagos con el nuevo contexto político.

-¿Lo dice también por el discurso ciudadano que identificó a Michelle Bachelet?

-Sí, pero el ex presidente Lagos también ha cambiado mucho. Mire, las mayores diferencias que tuve con él fueron en materia ambiental. Y por las vueltas de la vida, él terminó siendo nominado para abordar esta problemática en el planeta. Pienso que eso le han hecho tener muchas reflexiones que antes no eran un tema para él.

-Algunos atribuyen parte de la responsabilidad de la crisis oficialista a la ex presidenta por no ejercer un liderazgo en la Concertación durante su mandato. ¿Qué opina al respecto?

-Ésa es una visión un tanto simplista. La historia de la crisis de la Concertación tiene que ver, primero, con estrategias que se tomaron desde el inicio de la transición, como el hecho de devolver a sus casas a miles de chilenos que fueron los grandes protagonistas de la derrota a la dictadura. Hubo un cierto temor a construir una gobernabilidad con los ciudadanos y se prefirió prescindir de ellos.

"La renovación en Chile no tiene que ver con los apellidos"

-Hoy se valora mucho la política de los acuerdos de Patricio Aylwin, ¿usted no le atribuye tal  importancia a ese período de la transición?

-Ahí se cometieron las primeras equivocaciones, porque se construyó un acuerdo de gobernabilidad con la derecha y con el mundo empresarial. Si hubiese existido un pacto con el mundo ciudadano, habríamos tenido un impulsor de cambios mucho más profundos. Pero desde entonces, la Concertación se ha ido convirtiendo en la suma aritmética de cuatro partidos, que tampoco convocan a los actores sociales.

-¿Está en crisis también el PPD?

-Todos los partidos están en crisis porque le dieron la espalda a los ciudadanos. Producto de la preponderancia que tuvieron los ministros de Hacienda en la definición de políticas concretas,  la Concertación fue cooptada por las visiones neoliberales y los enclaves fácticos.

-¿Se refiere a la gestión de Andrés Velasco?

-A todos, tal vez con más matices unos que otros. Nosotros no hemos tenido ni siquiera la capacidad de defender banderas que en el mundo desarrollado son patrimonio de la derecha. Podríamos haber tomado una decisión como Concertación de enfrentar a los grandes monopolios, pero no lo hicimos. Francisco Vidal tiene razón cuando critica a los ministros de Hacienda.

El gobierno de los iguales

-¿Qué le parece que haya sido la administración de Piñera la que esté estudiando un alza a los impuestos de las empresas?

-A mí me hubiese gustado que fuese un ministro de la Concertación quien lo planteara. Me produce desazón que sea un gobierno de derecha, independiente de que se haya dado en el contexto del terremoto. Es cierto, hemos reducido la pobreza, pero seguimos siendo el país más desigual del planeta  y el que tiene la carga tributaria más baja del mundo. La situación más escandalosa corresponde a las grandes mineras. Su utilidades superan los US$ 25 mil millones, ¡casi lo que cuesta la reconstrucción! Y tienen el impuesto a las utilidades más bajo del mundo.

-¿Qué opina de este primer mes de gobierno?

-Piñera dijo en un momento que estaba mirando el modelo de Sarkozy, pero el presidente francés hizo todo distinto a lo realizado en Chile. Sarkozy le robó el alma a la izquierda,  porque se apoderó del concepto de la tolerancia. Incluyó, por ejemplo, a inmigrantes en el gabinete, cosa que ni siquiera los socialistas se habían atrevido a hacer. Piñera, en cambio, aplicó una especie de política aria. Seleccionó a todos los más iguales. En su gabinete, la mayoría es gente que viene de los mismos colegios. Son Legionarios de Cristo, Opus Dei o empresarios. En su gobierno no hay bajitos, no hay gorditos. Todos provienen de una matriz cultural conservadora y neoliberal.

"A mí me hubiese gustado que fuese un ministro de la Concertación quien planteara el alza de impuestos. Me produce desazón que sea un gobierno de derecha, independiente de que se haya dado en el contexto del terremoto".

-Desde la propia coalición de gobierno algunos han cuestionado el perfil gerencial del gabinete.

-Eso tiene una importancia estratégica. Se está postergando la posibilidad de construir un país diverso. Representa todo lo contrario de la política de partido popular que ha impulsado la UDI. Este partido, con Longueira a la cabeza, estaba en un camino político inteligente, porque daba cabida también al  Chile real. Aquí, Piñera le dio un golpe a la estrategia de la UDI.

-¿Qué tipo de oposición se debe hacer?

-Cito el siguiente ejemplo. Hoy (martes 6) tuve una conversación con el ministro de Salud, Jaime Mañalich. Si sus decisiones van encaminadas en el sentido de lo que me planteó, encontrará en mí un aliado. Si él se levanta como un líder del fortalecimiento de la salud pública, independientemente de que sea de derecha, voy a ser el primero en respaldarlo.

Un nuevo referente

-¿Invitaría a participar a ME-O en este movimiento político-ciudadano que le gustaría formar?

-¡Por supuesto! Todos caben, pero lo primero es tener claro que debe ser impulsado desde la Concertación.

-¿La DC tiene cabida ahí?

-Claro que sí. Hay personas en la DC que considero mucho más progresistas que gente de mi propio partido.

-El PPD se caracteriza por su heterogeneidad. ¿Qué le parece la decisión de Daniel Fernández de dejar TVN para asumir un alto cargo en HidroAysén?

-Es un tema sensible. Yo con Daniel Fernández tengo una buena relación, pese a que representamos mundos distintos. Siempre he creído necesario que los partidos tengan diversidad. Dicho esto, lamento mucho que haya decidido poner todo su talento en liderar un proyecto tan nocivo para Chile. No sólo porque generará grandes daños ambientales, sino porque fortalecerá el monopolio en el sector eléctrico.

-¿Debiera renunciar al PPD?

-Eso no implica que a Daniel Fernández haya que echarlo. Pero tampoco me parece que sea el sector (liberal) que él representa el que tenga que dirigir el PPD.

-¿Usted convocaría también a este referente a una figura como Max Marambio, el principal asesor de ME-O?

- A Max Marambio lo conozco y no tengo ningún problema personal con él. Aunque lo que me interesa es convocar al 20% de los votos que obtuvo Marco. Creo que mucha de esta gente tiene auténtica esperanza de construir un país mejor. Más que Marco, me interesa convocar a un proyecto común a ese porcentaje de adherentes que tuvo su candidatura.

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