Por estos días Douglas Tompkins (67) junto a su mujer, Kristine McDivitt, recorren la estancia que tienen en los Esteros del Iberá, al noreste de Argentina, en la provincia de Corrientes. Se llama Rincón del Socorro, lugar donde se refugian seis meses al año y que es la principal iniciativa transandina de la pareja ecologista. A pesar de la lejanía, Doug -como le dicen sus cercanos- está siempre conectado. "Tiene antena satelital, un teléfono e internet en cualquier lugar que esté. Aunque sea en la Antártica", dicen desde su entorno cercano. Gracias a eso, la semana pasada pudo leer el newsletter que día a día le envían desde el Parque Pumalín. El 26 de agosto, Tompkins lamentó que la Corema de la IV Región aprobara el proyecto de la termoeléctrica Barrancones, en las cercanías de Punta de Choros. Pero dos días más tarde, el escenario se revirtió y el ecologista celebró cuando recibió el resumen de prensa: el presidente -con quien los Tompkins mantienen una buena relación- había pedido a Suez Energy relocalizar la central.
-¿Que le pareció la decisión de Piñera? ¿Esperaba que un gobierno de centroderecha actuara así?
-Hay que felicitar al presidente. Fue una intervención oportuna y necesaria ante un proyecto que claramente nunca debió haber sido aprobado. Así lo reconocen hoy todos los sectores: el proyecto iba a afectar significativamente el área protegida de Punta de Choros. En cierto sentido, es muy similar a la actuación que tuvo Ricardo Lagos en el 2003, cuando planteó públicamente su objeción a la ubicación de la planta Alumysa, apelando a incompatibilidad con otras actividades. En su momento, sus declaraciones contribuyeron decididamente a la suspensión del proyecto.
-Usted conoce a Piñera. Cuál es su lectura sobre la decisión del mandatario: ¿como una excepción o esto marca un actuar del gobierno en materia energética y medioambiental?
- Si las instituciones funcionaran bien, el presidente no se habría visto en la necesidad de intervenir. Ésta es una campana de alerta para reformar una institucionalidad que tiene vacíos evidentes, tal como lo señaló el presidente. Más allá de la urgencia de corregir el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, ésta es una oportunidad para plantear al país un plan energético de futuro que proponga una matriz energética propia del siglo XXI y no seguir anclados a energías y tecnologías del pasado.
-Después del episodio Barrancones, ¿considera más factible que HidroAysén no se apruebe?
-Las razones utilizadas por el presidente Piñera para Punta de Choros se dan con mayor fuerza en HidroAysén, pues el proyecto afecta directamente las áreas protegidas Parque Nacional Laguna San Rafael, el Parque Nacional Bernardo O'Higgins y la Reserva Nacional Lago Cochrane, al igual que numerosas áreas de valor para la conservación, especialmente en una región que ha establecido sus atributos ambientales como pilar de su desarrollo.
"Aunque no es la idea que el presidente se vea forzado a intervenir en cada caso, la evidencia señala que el estudio de impacto ambiental del proyecto HidroAysén tiene tantas observaciones no resueltas, en un proceso plagado de irregularidades, que debería rechazarse en el proceso de evaluación".
Aunque no es la idea que el presidente se vea forzado a intervenir en cada caso, la evidencia señala que el estudio de impacto ambiental del proyecto HidroAysén tiene tantas observaciones no resueltas, en un proceso plagado de irregularidades, que debería rechazarse en el proceso de evaluación, si la Corema hace un trabajo verdaderamente acucioso y responsable, libre de toda presión. Éste es un mal estudio de un peor proyecto.
-Entonces considera que se podría replicar Barrancones en el caso de HidroAysén.
-El proyecto HidroAysén debiera correr la misma suerte que la Central Barrancones, pero no por la intervención del presidente, sino por lo malo de su estudio y lo inconveniente e innecesario como proyecto para el país. Hay información relevante y esencial que no ha sido respondida, irregularidades y vacíos legales. Imagínese que el estudio ni siquiera considera los 2.300 kilómetros de tendidos eléctricos y torres, que es parte esencial del proyecto, y uno de los impactos ambientales más significativos. Si las instituciones funcionan, el proyecto HidroAysén debería ser rechazado.
-¿Piensa que el grupo Matte hoy siente mayor incertidumbre frente a su proyecto?
- La familia Matte sabe perfectamente que éste no es su único proyecto. Así lo han expresado. Como cualquier grupo emprendedor corren riesgos, pero tienen alternativas, y deberían dirigir todos sus esfuerzos y capacidades hacia tecnologías de vanguardia e innovadoras, y no pasar a la historia como la familia que sepultó la Patagonia chilena.
-¿Qué les diría a aquellos empresarios que reprobaron la decisión de Piñera por pasar a llevar la institucionalidad?
-Fue una situación excepcional a la que se vio forzado el presidente por un vacío o falla del sistema. Pero entiendo que fue el titular del proyecto que lo desestimó después de conversar con el presidente. Me imagino que la empresa también consideró aspectos como su reputación corporativa, que estaba siendo desacreditada por la reacción espontánea de rechazo a la resolución de la Corema por parte de la ciudadanía y de los líderes de opinión.
-¿Piensa que lo de Barrancones sienta un precedente sobre futuras autorizaciones de centrales?
-Me imagino que ahora los evaluadores serán mucho más exigentes ante este tipo de proyectos y frente a la proximidad o afectación a áreas protegidas y la biodiversidad. Y que con la misma voluntad que intervino el presidente, no les debería temblar la mano si hay que rechazarlos.
-¿Qué opina de las termoeléctricas? Ahora viene la resolución de la Corema de la III Región sobre Castilla, proyecto mucho mayor que el de Barrancones.
-Las centrales termoeléctricas a carbón son las más contaminantes y deberían gradualmente ir desapareciendo de cualquier matriz energética. Pero lo más importante es replantear la matriz energética, impulsando decididamente las energías renovables no convencionales. Y al mismo, tiempo adoptar un programa de conservación y eficiencia energética, que podría fácilmente reemplazar varias de estas centrales.