Por Nicolás Alonso y Sebastián Rivas Agosto 25, 2011

Jueves 18 de agosto. Aún no es mediodía y Santiago se congela. La sorpresiva nieve ha cubierto de blanco buena parte de la ciudad, y en el centro cae una lluvia torrencial. Pese a ella, una vez más, marchan los estudiantes por la capital. Son más de 50 mil, y copan la Alameda como una confusa marea de paraguas negros, de la cual emergen lienzos y algunos muñecos alegóricos que evocan al presidente Piñera. En ese paisaje extraño hay un elemento que llama especialmente la atención: una pelota formada por decenas de globos de colores flota a unos 20 metros de la multitud. Y de ella cuelga algo que parece un smartphone.

Abajo, camuflados entre los marchantes, un grupo compuesto por cinco treintones lucha contra la lluvia para mantener los globos en altura. Los encabeza Felipe Heusser, un tipo de barba y anteojos al que todos piden indicaciones, y que un rato antes amarró su iPhone a la madeja, lo puso a grabar y dijo algo como: "Así la gente sabe qué es lo que realmente pasa en las marchas".

Los estudiantes miran extrañados a ese grupo de adultos que se esfuerzan por no enredar el artefacto en un árbol, y varias personas se asoman desde los edificios para observar el singular objeto volador. Lo que ninguno de ellos puede sospechar es que en ese momento están saliendo en vivo a través de streaming por internet, y que miles de personas los están viendo desde distintas partes del mundo. Mucho menos que esos infiltrados están en ese momento trabajando, y que recibieron una donación de medio millón de dólares para hacer lo que hacen.

Al acecho

El grupo de treintones es la cara más visible de la fundación Ciudadano Inteligente, y el globo filmador es uno de los muchos proyectos que han levantado desde su nacimiento, en septiembre de 2009. En total son 25 personas, un grupo multidisciplinario que dedica todo su tiempo a buscar mayor transparencia en el aparato público, creando aplicaciones tecnológicas que permiten a las personas acceder a información que antes les estaba vedada. Sin ir más lejos, el mes pasado dieron a conocer el informe de monitoreo a redes sociales realizado por el gobierno, y unos días después publicaron el costo promedio de las bombas lacrimógenas utilizadas por la policía.

"Somos una organización que busca generar transparencia y participación ciudadana", dice Felipe Heusser, su creador y presidente ejecutivo. "Tenemos un maletín con distintas herramientas que nos permiten reducir la asimetría de la información. Eso que tú no sabes y el otro sí. Y para eso nos valemos de la tecnología, que tiene una tremenda potencialidad: ser capaz de ver lo que el ojo desnudo no puede ver".

"El cheque en blanco para las autoridades ya no existe. Ahora tenemos ciudadanos organizados, informados, que empiezan a conocer sus derechos y van a ejercerlos hasta sus últimas consecuencias", dice Felipe Heusser, creador de la fundación.

Su debut fue en medio de la campaña presidencial, cuando crearon la página web Vota Inteligente. En ella los usuarios podían comparar las posturas de los candidatos respecto a una amplio listado de temas relevantes para el país, e incluso responder un test para descubrir cuál era su "media naranja" política. Hoy, el sitio monitorea toda la actividad realizada por los parlamentarios, cómo votan y qué posturas adoptan en las discusiones. En ese mismo ámbito, pronto lanzarán un nuevo golpe: el Inspector de Intereses, una aplicación que revisará toda la información existente sobre diputados y senadores, para detectar sus vínculos con las empresas que regulan.

El objetivo, finalmente, es darles la posibilidad a las personas de fiscalizar qué es lo que hacen las autoridades una vez que ya han sido elegidas en su cargo. "Nos inquietaba el aislamiento que se produce luego de la elección, donde los políticos pueden hacer lo que quieran, desconectados de la ciudadanía", explica Heusser. "Pero eso se acabó, el cheque en blanco ya no existe. Ahora tenemos ciudadanos organizados, informados, que empiezan a conocer sus derechos y van a ejercerlos hasta sus últimas consecuencias".

Pero la idea no era quedarse sólo en el Congreso, sino permitirles a las personas monitorear todo el aparato público. Por eso, desde abril funciona Acceso Inteligente, un sitio de internet en que los usuarios pueden hacer peticiones de información pública en forma anónima, resguardando su identidad. Este mes les tocó su turno a las instituciones solidarias, con el lanzamiento de Donar, una página en que se puede comparar cómo trabajan y en qué invierten el dinero más de 200 organizaciones, para luego tener la opción de aportarles dinero desde el mismo portal.

La casona  de Av. Holanda en que tienen su centro de operaciones revela en sus paredes buena parte de los principios de la fundación. Un mural con las banderas de los países sudamericanos formadas por unos y ceros, el código binario computacional. Un mapamundi en donde están marcadas las decenas de organizaciones aliadas en todo el mundo. Y en el diario mural, un  gesto poderoso: un documento que constata la renuncia de Heusser a su militancia política en la DC. Y una frase escrita de su puño y letra: "En materia de autonomía, la mujer del César no sólo debe serlo, sino también parecerlo".

Armada virtual

Persiguiendo a Soros

Todo partió hace tres años, en un bar de Londres. Felipe cursaba un posgrado en Políticas Públicas en la London School of Economics, y estaba sorprendido por cómo algunas ONG inglesas comenzaban a facilitar el acceso a información pública. Allí, entre las tradicionales rondas de cerveza británica, les contó a otros estudiantes chilenos de su experiencia trabajando en Cancillería y en el Ministerio del Trabajo, durante el gobierno de Michelle Bachelet. "Me tocó manejar muchos proyectos, y sentí que muchas cosas se hacían de forma bruta, poco rigurosa, poco participativa y derechamente poco transparente", recuerda.

Entonces comenzaron a delinear lo que podría ser una institución en nuestro país que se encargara de generar transparencia. En ese momento, Barack Obama realizaba en EE.UU. la primera gran apertura de datos públicos en el mundo, y en Chile al fin se estaba tramitando la ley de libre acceso a la información. Era el momento, y por eso no dudaron en armar un equipo de ocho personas, poner un millón de pesos cada uno y comenzar el primer sitio web del proyecto, que debía estar funcionando para las elecciones presidenciales. Pero sabían que si querían tener un impacto real y duradero, iban a necesitar mucho dinero.

Por eso, cuando poco tiempo después se enteraron de que el estadounidense George Soros, uno de los empresarios más ricos del mundo, tenía una fundación dedicada a apoyar iniciativas de transparencia, la Open Society Foundations, decidieron jugar todas sus fichas para comprometerlo. En ese momento comenzó una persecución de Soros por el mundo que duró un mes, y que incluyó entregarle una carta a su chofer en la convención del G-20 en Londres, inventar un viaje a Washington para lograr que uno de sus ejecutivos tuviera una cita con ellos y, finalmente, conseguir una videoconferencia con una encargada de proyectos en Hungría para convencerla de que los apoyaran. ¿El resultado? US$500 mil para la iniciativa, la cifra más alta jamás destinada a la región, y en tiempo récord.

David Sasaki, especialista en América Latina de la fundación de Soros, explica que uno de los motivos por los que apoyaron a Ciudadano Inteligente fue porque veían que en Chile, a pesar de haber un índice de corrupción relativamente bajo, los ciudadanos no estaban acostumbrados a pedir cuentas a sus gobernantes. "Lo que todavía no sabemos muy bien es qué tipo de información pública busca la gente chilena. Pero si no existe una cultura de pedir información, tenemos que pensar en cómo crear esa demanda", asegura.

En apenas dos años, la fundación ya ha conseguido que miles de usuarios se metan todos los meses a sus portales a buscar datos. Y también ha logrado hitos que sorprenden. Como el premio Ars Electronica 2011, uno de los principales galardones informáticos del mundo y que fue ganado, en versiones anteriores, por Wikipedia y Pixar. O que Heusser viajara a Washington el mes pasado para participar en el Personal Democracy Forum, una de las principales reuniones mundiales sobre política y tecnología, y ser mencionado como "ejemplo" en el discurso inaugural de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton.

El despertar de la ciudadanía

El secreto de Ciudadano Inteligente es su mirada global. En sus oficinas, no sólo están pendientes de las manifestaciones en Chile, sino que siguen de cerca fenómenos como los indignados españoles, las protestas en Gran Bretaña o la Primavera Árabe. Y lo hacen porque están convencidos de que todo eso está conectado directamente con lo que sucede en el país. Con el surgimiento de un nuevo tipo de ciudadano mundial que se expresa de diferentes maneras, pero reclama por lo mismo.

"El tema de fondo tiene que ver con falta de espacios de participación y con una desigualdad brutal en el mundo", dice Heusser, quien realiza capacitaciones para el Banco Mundial en distintos países. "Hay una ciudadanía que empieza a entender que esto nos corresponde a todos. Que tenemos derechos y podemos hacerlos valer. Es la idea de acción colectiva. Si somos más y nos organizamos bien, somos capaces de poner un tema en el tapete".

Andrew Rasiej,  fundador del Personal Democracy Forum, no duda al afirmar que Ciudadano Inteligente hoy es uno de los líderes globales. "Ellos juegan un rol muy importante: enseñar a otras organizaciones y a los ciudadanos, no sólo de Chile, sino de toda la región, a usar la tecnología para luchar contra la corrupción, exigir reformas políticas y crear mayor equidad y justicia", dice Rasiej desde sus oficinas en Nueva York.

Por eso, Heusser ya tiene un plan de expansión latinoamericano en marcha. En las próximas semanas, lanzarán Vota Inteligente en Argentina, de cara a la elección presidencial y parlamentaria de octubre, con un software libre que puede ser replicado por otros países de la región. Y en noviembre estrenarán  Criik, una plataforma que permitirá acceder a las bases de datos públicas de todos los gobiernos latinoamericanos. Para eso, ya cuentan con socios poderosos: tienen comprometidos aportes de Pierre Omidyar, el dueño de eBay y PayPal, y están negociando el apoyo permanente de Google, que ha patrocinado varias de sus iniciativas.

Porque al final, los globos, los sitios web, las aplicaciones tienen un concepto global detrás. El del ciudadano que puede usar la información para su beneficio. Ese ciudadano que tuitea, denuncia y es capaz de convertirse en un actor público desde su mundo particular. Eso es algo que Heusser parece tener claro cuando levanta su iPhone y dice que ese diminuto aparato es mucho más que lo que se ve. "Esto me protege, me organiza. Me llamó la atención que, en las marchas, cuando venía la policía, la gente levantaba sus teléfonos y les sacaba fotos. O sea, esto ya no es un teléfono. Es un escudo".

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