El sábado pasado, pocos minutos después del mediodía, la presidenta del PPD, Carolina Tohá (46), envió por correo electrónico el documento en que su partido proponía dar por superada la Concertación a un grupo de parlamentarios y dirigentes de la coalición, luego de hacerlo llegar a primera hora de la mañana a los jefes de partido. Entre los nombres había tres destinatarios especiales: Andrés Velasco, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.
Cada uno tenía una razón particular. Velasco es la única figura concertacionista -aparte del líder radical José Antonio Gómez- que ha expresado públicamente su interés de competir por la candidatura presidencial de 2013. Lagos tiene un vínculo histórico con Tohá: de hecho, ella llegó a encabezar el PPD apoyada por su sector, y era una de las cartas por las que el ex mandatario apostaba para el "recambio" de la coalición e incluso para llegar a La Moneda. Y Bachelet ha enviado señales que apuntan a que una de las condiciones claves para su regreso sería contar con un conglomerado ordenado y alineado.
Entre otros puntos, el texto planteaba "superar" la Concertación, comenzar rápidamente los contactos con otras colectividades y actores sociales para la creación de un nuevo referente opositor, cambiar el funcionamiento del sistema de vocerías y reuniones de los parlamentarios y suscribir un compromiso en torno a reformas políticas. Pero además, indicaba un punto crucial: Tohá no asumiría como vocera del bloque si no se echaba a andar el proceso.
Con el envío del documento, la presidenta del PPD sellaba una de sus jugadas más arriesgadas en su vida política. El efecto fue inmediato: sus pares de la Concertación decidieron darse hasta el 5 de octubre como plazo para debatir el futuro del bloque y presentar una propuesta de futuro. Pero la apuesta se fraguó a fuego lento, en conversaciones internas que se iniciaron a fines de julio, en un proceso en que Tohá no dejó nada al azar.
Incluso, ya trabaja en el próximo paso: un seminario antes de fines de septiembreal que traería a las principales figuras del Frente Amplio uruguayo, uno de los modelos que son observados con atención para crear un nuevo referente. Todo ello en medio de una polémica abierta con sectores de la DC y del PS, que ven la maniobra como la notificación del inicio de una dura batalla por conseguir la mayor influencia ante Bachelet.
La casa ordenada
Es martes al mediodía, un día después de la reunión de la Concertación. Tohá está en un café del centro de Santiago y pide un cortado. Su jornada ha sido ajetreada: a esa hora ya ha concedido entrevistas a cinco radios y un canal de TV. Después, la tónica sería similar, y cerraría la jornada con una entrevista a CNN Chile.
"Cada vez que los partidos de izquierda marcamos nuestra identidad, la DC lo siente como una agresión, como algo que la afecta o perjudica. Eso es algo que hay que resolver".
En medio de ese vértigo, explica el análisis que la llevó a tomar la decisión: "Creo que el problema principal de la Concertación es que cuando no había acuerdo de todos con todos, se tendía a eludir los debates, a meter los temas debajo de la alfombra. Y hacia el futuro hay que tener una coalición que te permita debatir los temas donde hay diferencias".
Los análisis al interior del conglomerado son unánimes: Tohá fue la gran ganadora de esta semana, porque logró instalar su planteamiento y, además, se posicionó como la impulsora del "recambio" en la coalición.
Pero el golpe de efecto tenía detrás un complejo trabajo interno, que se extendió por más de un mes y que contó con la participación de todos los sectores de su partido.
El 4 de agosto pasado, el ruido de las cacerolas interrumpió la reunión que sostenían los dirigentes más importantes del PPD en la casa de Tohá. Aunque estaban convocados para ver los detalles del consejo general del partido que se realizaría una semana después en Algarrobo, figuras como Guido Girardi, Ricardo Lagos Weber, René Jofré y Marco Antonio Núñez interrumpieron sus tareas y se asomaron al exterior de la casa ubicada en Providencia para percibir la magnitud de la protesta.
En el PPD marcan esa cita como uno de los "puntos de quiebre" que terminaron en el documento elaborado por la ex diputada. A ello le añaden que en el consejo de Algarrobo, originalmente convocado para afinar la estrategia municipal, las exposiciones del escritor Pablo Simonetti, líder de la fundación Iguales; del presidente de la Federación de Estudiantes de la Usach, Camilo Ballesteros, y de Carlos Ominami hicieron girar el eje del debate hacia la visión crítica existente sobre la Concertación.
Hasta ese momento, la gestión de Tohá era blanco de críticas, tanto en el PPD como entre sus aliados. Sobre todo porque tras asumir a mediados de 2010 la testera, las expectativas eran altas: era su primer cargo ejecutivo y estaba entre las figuras mejor evaluadas de la oposición.
Pero el análisis apuntaba a que la ex vocera de Bachelet no había logrado empoderarse al interior del partido, donde cuenta con el contrapeso del bloque que lidera Girardi, y que además había quedado en segundo plano con relación a sus pares Ignacio Walker (DC), Osvaldo Andrade (PS) y José Antonio Gómez (PRSD).
Sin embargo, Tohá apuntó a construir un amplio consenso en su partido en torno a una idea central: la crítica a la estructura de la Concertación, punto que era compartido por Girardi y por figuras como el ex ministro Francisco Vidal. Así, durante el mes pasado realizó más de una decena de reuniones para afinar el diagnóstico y recoger ideas para elaborar el texto.
Incluso, el jueves de la semana pasada, con el borrador listo, convocó a una comisión política extraordinaria para votar la propuesta. Y si bien en la cita hubo voces como Jorge Insunza y René Jofré que plantearon que el texto debía profundizar en temas programáticos, el resultado final fue algo poco habitual en el partido: un respaldo por unanimidad.
El paso al frente de Tohá
El "nuevo clima" tuvo su punto cúlmine el lunes, después del revuelo causado por el documento, cuando los cuatro senadores del PPD invitaron a Tohá a una cena en el restaurante Miraolas, de Vitacura.
La perplejidad de la DC
El domingo pasado, el senador Jorge Pizarro llamó a Ignacio Walker. Aunque ambos han tenido diferencias en cuanto a la conducción de la colectividad, en esta ocasión el diagnóstico fue compartido: el documento de Tohá generaba malestar entre los líderes democratacristianos, sobre todo por el planteamiento que hacía el texto de que, si no se aceptaban los planteamientos, la dirigente no asumiría la vocería de la Concertación.
La molestia era transversal. De hecho, ese mismo fin de semana comenzó un intenso intercambio de correos electrónicos entre parlamentarios y otros dirigentes de la DC, en los que se discutía el documento. La lectura era similar: si bien había coincidencia en el diagnóstico, la forma en que se presentó el texto era vista como un ataque hacia la colectividad, que revivía el temor de quedar aislada en una nueva coalición de partidos de izquierda.
De hecho, ése fue el primer punto que le manifestó Walker a Tohá en la reunión del lunes, aunque posteriormente aceptó que se instalara un proceso de debate coordinado por Andrade. La lectura al interior del partido es que el presidente de la DC buscó "ganar tiempo".
En el entorno del senador plantean que la presentación del PPD le brindó una oportunidad inesperada de posicionarse en un tema que genera una reacción común en el partido. Prueba de ello fue el almuerzo sostenido el miércoles por todos los diputados y senadores de la colectividad en el Congreso, donde acordaron reforzar la alianza con los socialistas.
Tohá está consciente del impacto que provoca la discusión en la DC, pero tiene su propia tesis sobre el escenario actual. "El panorama es complejo para los partidos de izquierda de la coalición, más que para la DC. Porque lo que termina sucediendo es que la DC tiene el espacio para marcar su identidad, y nosotros tendemos a respetar que tengan diferencias. Pero cada vez que los partidos de izquierda marcamos nuestra identidad, la DC lo siente como una agresión, como algo que la afecta o perjudica. Eso es algo que hay que resolver", sentencia.
El factor Bachelet
El martes en Valparaíso, Ricardo Lagos Weber y Jaime Quintana se vieron sorprendidos en la tradicional reunión-almuerzo de los senadores opositores. Pese a que esperaban una dura reacción del bloque de la DC a la forma en que se dio a conocer el documento del PPD, los principales cuestionamientos vinieron de tres senadores del PS: Camilo Escalona, Isabel Allende y Fulvio Rossi.
En el PPD dicen que Bachelet mira con interés la discusión abierta por el PPD. Señalan que el viernes 9, un día antes de que Tohá enviara el texto, Ángela Jeria dijo a "La Segunda" que veía "enredada" a la Concertación, y que era partidaria de "crear un frente amplio como en Uruguay".
Y es que la inquietud se extendió también al sector del PS liderado por Andrade y Escalona. Tanto en ese grupo como en el denominado "bacheletismo DC" -en que se incluye a figuras como Pizarro y Aldo Cornejo- la visión es que la apuesta de Tohá es el primer paso público de una soterrada disputa con miras a ocupar el lugar de privilegio en la plataforma política de la ex mandataria para 2013.
Según esta lectura, el efecto práctico que busca la decisión del PPD es remecer el "eje histórico" DC-PS, algo que ya intentaron a comienzos de año, cuando Tohá encabezó conversaciones con Andrade para retomar el bloque progresista. Y recuerdan que la propuesta de ampliar la Concertación es un planteamiento histórico de Girardi, quien también buscaría agrandar su base de apoyo de cara a las próximas senatoriales e incluso una postulación presidencial a largo plazo. Incluso, entre algunos de los parlamentarios circula el análisis de que esto es una "movida" del senador.
En el PPD reconocen que la opinión de Bachelet sobre el proceso es mirada con interés. Por ello, en el partido destacan que el viernes pasado, un día antes de que Tohá enviara el documento, la madre de la ex presidenta, Ángela Jeria, dijo a "La Segunda" que veía "enredada" a la Concertación, y que incluso era partidaria de superar el modelo de coalición. "Crear un frente amplio como en Uruguay es fundamental, pero el problema es que aún no están las condiciones para que se forme", dijo.
El modelo uruguayo es el que genera mayor interés en el partido. El año pasado, la Fundación Chile 21 invitó a dirigentes del Frente Amplio. Entre los asistentes, estaban Tohá y Girardi. Y después de la cita, Francisco Vidal envió a la ex vocera los estatutos del conglomerado, que, entre otros puntos, establecen un sistema interno para debatir temas en conflicto entre las colectividades y posibilidades de declararse en libertad de acción en materias específicas. "La mejor seducción para que Bachelet tome la decisión de volver a ser Presidenta es una alianza de la oposición", dice Vidal.