Por José Luis Santa María, director. Noviembre 10, 2011

Entrando en la recta final de un año particularmente agitado y complicado para su gobierno, el presidente Sebastián Piñera ya comienza a hacer evaluaciones para enfrentar la segunda mitad de su mandato. Ésta, inevitablemente, estará influenciada por los temas que lo que él define como "una nueva ciudadanía" ha puesto sobre la mesa: la necesidad de reformas políticas, la revisión del sistema tributario y, por supuesto, las reformas en materia educacional.

Mientras en el Parlamento se debate el Presupuesto 2012 y la última encuesta Adimark mantiene el nivel de aprobación a su gestión en un 31%, el presidente comenta también en esta entrevista  las críticas que ha recibido desde su propio sector, el rol que ha jugado la oposición y los cambios introducidos en el diseño inicial de su gobierno. Faltan cuatro meses para que el calendario marque la mitad exacta de su período presidencial, y Piñera sabe que las discusiones y acuerdos que se logren en este tiempo pueden marcar lo que vendrá.

- A 100 días del rediseño de su gobierno, ¿cuál es su evaluación de la definición original que privilegió a ministros técnicos en desmedro de los políticos?

- Llevábamos 20 años en la oposición por lo que era natural que nuestros personeros más experimentados y comprometidos estuvieran en el Congreso. En marzo de 2010 tomamos la decisión de no nombrar ministros a parlamentarios. Con el correr de los meses decidimos que era bueno incorporar, aunque en forma excepcional, a personas con capacidad técnica y experiencia política que estuvieran en el Congreso. En una primera instancia invitamos a los senadores Matthei y Allamand, y luego a Longueira y Chadwick. Creo que fue una buena decisión.

- El ex ministro Fontaine criticó que otro de los errores iniciales fue no haber incluido a parlamentarios y políticos de la Alianza en los Grupos Tantauco.

- Tengo  buena opinión del ex ministro Fontaine, pero en general no me gustan los ministros que apenas dejan el gabinete critican a sus propios equipos. En esta materia él está mal informado porque en los grupos Tantauco sí participaron muchos políticos y parlamentarios.

- ¿Cómo redefinió  su relación con el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, luego del episodio de su renuncia de un día a mediados de septiembre?

- Después de ese diálogo profundo las cosas han mejorado sustancialmente. Conversamos de cómo mejorar su gestión, la del gabinete y también del presidente. También discutimos a fondo el tema de la seguridad ciudadana, porque este año se generó un problema de orden público que afectó los resultados, que habían sido muy buenos el año anterior. Acordamos un plan de acción para la lucha contra la delincuencia y el narcotráfico y de ahí salieron iniciativas como las leyes antisaqueo, antiencapuchados, la que protege la integridad de Carabineros y el plan Frontera Norte. También acordamos acciones en lo referente a la coordinación política del gabinete.

"Tengo buena opinión del ex ministro Fontaine, pero en general no me gustan los ministros que apenas dejan el gabinete critican a sus propios equipos. Él está mal informado porque en los Grupos Tantauco sí participaron muchos políticos y parlamentarios."

- ¿Qué tareas le pidió en ese sentido?

- Que fortaleciera su presencia en el Congreso para formar un equipo de trabajo entre los ministros Larroulet, Chadwick y él. Veo que el ministro Hinzpeter está haciendo su tarea con un grado de dedicación notable.

- Personalmente, ¿cuál ha sido su aprendizaje concreto en este tiempo?

- La Moneda es una gran escuela. He aprendido a ser más paciente, a priorizar y escuchar más. Uno no puede avanzar en el sector público al máximo de velocidad en todos los campos. Pero obviamente uno no cambia su carácter y forma de ser.

El nuevo Chile

- ¿Qué es lo que más le ha sorprendido de este "nuevo Chile" que se ha manifestado este año?

- Sin duda hay una nueva ciudadanía. Es una paradoja porque entre mejor le va al país más exigente y crítica se pone la gente. Esto es bueno porque pone mayor motivación, presión y exigencia al gobierno. Pero también es malo, porque a veces se aparta demasiado del realismo y la responsabilidad y se cae en un voluntarismo que no conduce a nada. Nosotros hemos cumplido con los compromisos económicos: con un crecimiento promedio de un 7%, hemos creado casi 600 mil nuevos empleos, se han mejorado las inversiones, exportaciones, productividad, los salarios y hemos mantenido a raya la inflación. En materia social cumplimos con la creación del Ministerio de Desarrollo Social, la extensión del posnatal, la eliminación del 7% y se creó el ingreso ético familiar. En el ámbito político, hemos enviado el proyecto de inscripción automática y voto voluntario, el voto en el extranjero con compromiso con Chile, la iniciativa popular de ley y la elección democrática de los consejeros regionales (cores). Por lo tanto, siento que hay una paradoja entre la temperatura de los termómetros y la sensación térmica que perciben algunos. En todo caso, estoy consciente de que hay una nueva actitud de la ciudadanía: está más empoderada, más severa en su juicio, más exigente e impaciente.

- De los análisis que ha leído, ¿cuáles le han parecido los más certeros para explicar este descontento?

- He leído como 10 teorías distintas y creo que es una combinación de ellas. Es un fenómeno mundial que se ha reflejado en la Primavera Árabe y en el movimiento de los indignados en Europa y Estados Unidos. Hay una insatisfacción en el mundo por la forma en que se comportaron las clases dirigentes en la anticipación de la crisis de 2008 y cómo ahora están manejando la crisis de 2011.

- ¿Por qué la clase política fue incapaz de anticiparlo?

- Esto fue una sorpresa. En cierta medida nosotros anticipábamos el movimiento estudiantil, que estaba programado desde el comienzo del año, pero no la magnitud y ni la dirección que fue adquiriendo.

- Usted ha dicho que a su gobierno la ciudadanía no le perdona ni una. ¿Por qué cree que lo tratan distinto?

- Esta ciudadanía más empoderada es mucho más estricta en sus juicios y evaluaciones. Siento que no nos perdonan ni una, tal vez porque son más exigentes con un gobierno de centroderecha que con uno de centroizquierda o, tal vez, porque se generaron muchas expectativas. En todo caso, la ciudadanía está siendo muy severa con todos, por eso en las encuestas la Concertación sigue cayendo. El mensaje es para el gobierno y la oposición: nos están pidiendo actuar con mayor responsabilidad, capacidad de diálogo y búsqueda de acuerdos. 

Piñera a medio camino

"El sistema electoral debe ser perfeccionado"

- ¿En qué está dispuesto a avanzar en reformas políticas para dar más legitimidad al sistema?

- Tener 4,3 millones de chilenos no inscritos es una señal clara. Cuando uno ve el distanciamiento entre la ciudadanía y la clase política y la pérdida de prestigio de las instituciones políticas, uno se da cuenta que los políticos no podemos seguir eludiendo el tema. Hay que enfrentar el desafío de revitalizar nuestra democracia. En ese sentido, tenemos dos tareas pendientes: mejorar la Ley de Partidos Políticos para que haya más transparencia y perfeccionar el sistema electoral, fortaleciendo sus cualidades, pero también intentando corregir sus debilidades, que tienen que ver con falta de representatividad y con la exclusión de grupos significativos.

- ¿Pero cuál es para usted el mejor sistema electoral?

- Tengo una convicción, pero creo que lo prudente es buscar primero acuerdos dentro de la Coalición por el Cambio y después extender el diálogo a los demás partidos políticos y a toda la sociedad. Sí creo que el sistema electoral debe ser perfeccionado.

- ¿Está dispuesto patrocinar la idea de limitar el número de reelecciones parlamentarias?

- Lo estamos analizando. De hecho esto tiene un aspecto positivo, que genera mayor renovación y mayor acceso a los cargos de elección. Pero también tiene el aspecto negativo de impedir poder reelegir a los mejores parlamentarios. Estamos trabajando en ideas que permitan potenciar una mayor renovación en el Congreso.

- ¿Cree que los parlamentarios van a estar dispuestos a modificar sus reglas del juego?

- La principal advertencia que me han hecho es que no pretenda cambiar el sistema electoral contando con los votos de quienes fueron electos de esa manera. Soy optimista porque creo que podemos hacer acuerdos en beneficio de Chile.

La cita pendiente con Frei

- ¿Cuáles han sido los principales problemas en la búsqueda de acuerdos con la oposición?

- Hemos logrado muchos acuerdos con la Concertación, y hoy eso lo reconozco y agradezco. Pero también hemos tenido dificultades, especialmente en el último tiempo. Diría que, sin perjuicio de que parte de la responsabilidad es nuestra, en la Concertación faltan liderazgos claros. Hay demasiadas voces con posiciones distintas y a veces contradictorias. Pareciera que a ellos lo que los une es el espíritu de oponerse al gobierno y ésa es una dificultad. Creo que  es muy importante revivir el espíritu de la democracia de los acuerdos, porque más allá de las legítimas diferencias, el juego político no debe ser una guerra a muerte entre gobierno y oposición.

"Hacer de Chile una sociedad más libre y próspera, pero también más justa es el objetivo de la Coalición por el Cambio, de este gobierno y de este presidente. Tal vez Libertad y Desarrollo pone demasiado énfasis en el puro crecimiento, y ése puede ser el talón de Aquiles de ese sector de la derecha."

- ¿Esperaba mayor colaboración de los ex presidentes Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet?

- Valoro mucho la experiencia de los ex presidentes y por eso en varias oportunidades he conversado con ellos, ahora con algunos más y con otros menos. Por ejemplo, estoy muy agradecido de la colaboración y consejos que he recibido de los ex presidentes  Aylwin y Lagos.

- ¿Y Bachelet y Frei?

- La ex presidenta no ha estado en Chile y he tenido pocas oportunidades de hablar con ella. Con el ex presidente Frei tenemos una conversación pendiente y lo voy a invitar a conversar, porque alguien que ha sido presidente tiene que tener una responsabilidad y visión que debe ser capaz de pasar por alto la lucha de la coyuntura.

Las banderas de siempre

- Libertad y Desarrollo ha planteado que se ha gobernado con "banderas de otros". ¿Esas políticas han sido fruto de sus convicciones o de un necesario pragmatismo?

- Por el respeto que le tengo a Libertad y Desarrollo voy a contestar con claridad y firmeza. Hacer de Chile una sociedad más libre, próspera, pero también más justa es el objetivo de la Coalición por el Cambio, de este gobierno, y de este presidente desde siempre. Por lo tanto si Libertad y Desarrollo no compartiera algunos de esos principios tendríamos una seria divergencia.

- Entonces, ¿las banderas de ellos no son las suyas?

- Creo que ellos comparten estas banderas. Lo que puede haber son diferencias en el camino para alcanzar los objetivos. Tal vez Libertad y Desarrollo pone demasiado énfasis en el puro crecimiento y ése puede ser el talón de Aquiles de ese sector de la derecha. Nosotros creemos que el crecimiento es muy importante, pero no basta. Con la misma importancia está nuestra agenda social.

- ¿Le duelen más las críticas desde su propio sector?

- Por supuesto que sí. Sobre todo cuando son desinformadas y para qué decir cuando son malintencionadas.

- La Alianza dividida pone en riesgo la continuidad de su gobierno. ¿Va a asumir un rol de mayor coordinación política al interior de su coalición?

- Sí y no es fácil. Hay un incentivo perverso en el sentido de que el que más critica a su jefe de gobierno es quien más aparece en la prensa.  El desafío entonces requiere más generosidad por parte de la Alianza. A veces siento que algunos se apartan de esa senda provocando un gran daño a la coalición.

Piñera a medio camino

Presidenciables vs. candidatos

- La última encuesta Adimark revela que se detuvo la caída en aprobación del gobierno. ¿A qué lo atribuye?

- De a poco la gente está reconociendo el trabajo de este gobierno. Está viendo que el crecimiento se está traduciendo en más empleo, mejores salarios y fortalecimiento de los planes sociales.

- Pero más de un 60% sigue desaprobando su gestión.

- Todos los gobiernos quieren tener más apoyo, pero no a cualquier costo. Nada sería más fácil para este gobierno que decirle que sí a todo y a todos, pero sería tremendamente irresponsable. Estaríamos hipotecando el futuro y eso es particularmente relevante hoy, en un contexto en que la economía mundial está débil y con graves riesgos de caer en recesión.

- ¿Cómo interpreta que 11 de los 16 ministros evaluados por Adimark superan el 50% de aprobación, e incluso el peor, Felipe Bulnes, recibe mejor valoración que usted?

- Demuestra que son muy buenos ministros. Además, toda la crítica de la oposición se tiende a centrar en el presidente. Me siento contento de la evaluación de ellos, pero también quiero advertir que no es lo mismo preguntar cómo se evalúa a una persona a cómo se evalúa la gestión de un ministro. Normalmente la gente es más generosa con las personas que con las gestiones de las mismas.

- Usted ha dicho que no hay espacio para que quienes integren el gabinete sean ministros y candidatos presidenciales en paralelo. ¿Cómo va a fijar ese límite?

- He hecho una clara distinción entre ministros presidenciables y ministros candidatos. Los primeros son aquellos que por hacer bien su labor y colaborar en el trabajo conjunto del gobierno, la gente los evalúa bien y, por lo tanto, adquieren carácter de presidenciables. Y tenemos muchos, como los ministros Golborne y Allamand, Matthei, Cruz-Coke, Schmidt, Lavín y el mismo Hinzpeter. Otra cosa son los ministros candidatos, que centran toda su preocupación en su candidatura y descuidan su trabajo. Esto no lo vamos a permitir.

La variable tributaria

- ¿Cree que con un alza de impuestos se puede "comprar paz social", como señaló Andrés Concha?

- No me gusta combinar las palabras comprar con paz social. Siento que la paz social es un fin en sí misma, pero también es un medio para lograr otros fines como el crecimiento, el desarrollo y la estabilidad política. Centrar el tema de la paz social en los impuestos me parece un reduccionismo.

- ¿Falta generosidad por parte de los empresarios?

- Los empresarios representan sus propios intereses. Pero el Presidente de la República representa el interés de todos, por lo tanto uno tiene que ser capaz de escuchar, pero después buscar el camino que apunte a lo que es mejor para todos los chilenos y, muy especialmente, para la clase media y los más vulnerables.

- ¿A qué se refiere el gobierno cuando habla de un perfeccionamiento tributario?

- No creemos prudente abrir el debate tributario mientras se discuta la Ley de Presupuesto. Pero le puedo anticipar que hemos estado revisando fórmulas para perfeccionar el sistema tributario. Eso significa ir a un sistema más simple, más equitativo, vertical y horizontalmente, que sea más eficaz en la promoción del ahorro y la inversión y que corrija mejor las distorsiones y externalidades que genera la economía de mercado. Todas esas variables están siendo consideradas.

- ¿Cuándo va a dar la señal definitiva?

- Después de que esté aprobado el presupuesto.

- ¿Le parece que las empresas y personas más ricas del país deben hacer un mayor esfuerzo tributario?

- Me importa más fijar los objetivos que los aportes. Creo  que en Chile necesitamos crear una sociedad más justa, con mayor igualdad de oportunidades. Y eso implica políticas redistributivas que se pueden hacer a través del gasto público y también a través de perfeccionamientos tributarios. Pero no hay que olvidar que el mayor aportante al gasto público es el crecimiento económico.

- Como uno de los hombres más ricos del país, ¿considera adecuado y justo lo que usted paga de impuestos?

- Adecuado sí, porque es de acuerdo a la ley. Respecto a la justicia , voy a recordar al padre Hurtado: "La caridad empieza donde termina la justicia". Y sin duda Chile no es un país justo.

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