Junto a la subsecretaria de Turismo, Jacqueline Plass, Pablo Longueira (53) visitó esta semana Juan Fernández para monitorear los avances de la reconstrucción en el archipiélago. A diferencia del resto de la delegación, el ministro de Economía no se hospedó en el lujoso Crusoe Island Lodge, y junto a dos de sus hijos que lo acompañaron (Cristián y María Cecilia) alojó en una sencilla residencial del pueblo. "La clase media a la que yo represento hoy no se aloja en estos hoteles de lujo", comentó a uno de los organizadores del periplo.
Mientras estuvo en la zona, Longueira hizo de todo: recolectó langostas junto a los pescadores, buceó con sus hijos y recorrió el poblado de San Juan Bautista en cuatrimoto, deteniéndose varias veces a conversar con los isleños. Se reunió con el alcalde, con dirigentes y con una decena de emprendedores de la isla, quienes le expresaron los problemas de conectividad que tienen.
Cercanos a Longueira señalan que anda de buen humor, que la cartera (Economía, Fomento y Turismo) le permite estar en terreno, que es lo que le gusta. Por eso, cada vez que puede repite que defendiendo a los consumidores y a la clase media se siente hoy llevando a la práctica el mensaje que predicó durante años en las poblaciones.
Ese buen ánimo se nota no sólo en sus salidas a terreno. Cuando está en su oficina ministerial, en uno de los edificios cercanos a la Torre Entel, suele recibir a muchas visitas, con un ritmo frenético, pero dándose el tiempo para saludar a todos y bromear con su equipo.
Su momento comenzó a reflejarse en los sondeos. Históricamente, Longueira ha sido uno de los políticos con mayores índices de rechazo en las mediciones. Pero en la última encuesta Adimark obtuvo un 63% de apoyo y su desaprobación bajó a 30%. En su entorno esperan que la encuesta CEP que se encuentra en proceso de tabulación siga la misma tendencia. Todo eso ha tenido un efecto práctico: en los partidos de la Alianza hoy nadie se atreve a descartar al emblemático líder de la UDI como uno de los contendientes para postular a La Moneda en 2013.
La otra tarea que encomendó Piñera hace unos meses al ex senador también es afín a su perfil presidencial: fomentar el emprendimiento y la innovación, dos prioridades del presidente y para los cuales se destinaron millonarios recursos del presupuesto 2012.
Su círculo de hierro
El martes a mediodía, tras llegar de Juan Fernández, Longueira partió del aeropuerto al Congreso a toda velocidad, junto a su asesor más cercano, el ex alcalde de Recoleta Gonzalo Cornejo. En Valparaíso lo esperaba otro de sus hombres de confianza, su jefe de gabinete, Carlos Feres, con quien fue compañero en Ingeniería Civil en la Universidad de Chile. Con este último almorzó con los senadores de la Alianza, instancia en que las bromas por el tema presidencial abundaron. Además de la incorporación del ex director general de Obras Públicas Rafael Loyola y de su asesora histórica Titi Valdivieso, Longueira reforzó los equipos técnicos traídos por el ex ministro Juan Andrés Fontaine.
En la noche tenía previsto comer con los diputados del partido, quienes a esa hora escogían a Felipe Ward como jefe de bancada en una tensa elección. Les expondría sus razones para respaldar una reforma tributaria y los desafíos más importantes de su cartera, como sacar adelante una nueva ley de pesca. Sin embargo, varios de los legisladores -entre ellos Gustavo Hasbún y Cristián Letelier- le tenían preparadas preguntas sobre su irrupción en la carrera presidencial. A última hora, el ministro habló con Juan Antonio Coloma para postergar el encuentro para el 4 de enero.
"El próximo candidato presidencial de la UDI tiene que tener su carné de militante, y Pablo es el mejor. Nadie podría entender que él no fuese el candidato, es como tener un caballo de carrera pastando en los potreros", dice el diputado Letelier.
Las declaraciones de Longueira el domingo pasado a El Mercurio fueron leídas con lupa en la UDI y muy comentadas en la reunión de directiva de ese lunes. "No las tengo (aspiraciones presidenciales), pero ése es un tema que se resolverá en 2013 (...) Me parecería inentendible que el partido más grande de Chile no levante una opción", dijo el ex senador, quien por primera vez se abría a la posibilidad de ser presidenciable en dos años más.
"En la UDI se valoró mucho que Pablo haya recapacitado, reabierto la puerta y no se haya cerrado a la posibilidad de evaluar una candidatura presidencial", cuenta el diputado Felipe Salaberry.
Si bien en la colectividad muchos miran con simpatía a Golborne, Longueira tiene el peso de estar en el ADN del partido. "Sin desmerecer al ministro Golborne, es Pablo Longueira quien representa fielmente los principios de la UDI", dice Gustavo Hasbún. Iván Moreira agrega que "para él su candidatura hoy no es tema, pero en el momento en que la UDI se lo pida, él no se va a restar".
El renacer de Longueira
El elegido
El camino para Longueira se comenzó a abrir antes del cambio de gabinete del 18 de julio. En medio del caso La Polar y las protestas estudiantiles, Piñera se convenció de que no bastaba con políticas públicas eficaces monitoreadas desde el segundo piso. Las encuestas que llegaban a su escritorio demostraban un malestar ciudadano por los abusos, insatisfacción por los avances en la reconstrucción y que la clase media sentía que no le estaban llegando los beneficios que mostraban las positivas cifras económicas. Tras conversar este tema con muchas personas, Piñera llegó a la conclusión de que Longueira era el hombre indicado para enfrentar este tema desde Economía.
Sin embargo, el análisis del entonces senador también influyó en su designación. La tesis de Longueira era que, independientemente de que lo sea o no, el 80% del país se considera hoy de clase media, por lo que ese grupo requería ser atendido y, por negligencia o por error, ésta había sido una clase que siempre quedó desatendida.
Longueira le había insistido al mandatario que esta etapa del gobierno requería políticos con experiencia que supieran interpretar el sentimiento ciudadano y sintonizar con la gente. Y le habló de que el relato de su administración debía ser la defensa de las personas.
El hoy ministro ha comentado que su designación lo sorprendió. En su entorno recuerdan una frase que define la misión que se trazó al llegar a Economía, en vez de su anhelo inicial, que era Mideplan: "Da lo mismo el lugar, porque cualquier ministerio donde yo esté va a ser un ministerio social".
Con traje de candidato
Aunque la noche del domingo 11 de diciembre la mayoría de los chilenos veía el capítulo de la serie "Los 80", la teleaudiencia fiel al programa Tolerancia Cero no dejó de sorprenderse ante un Longueira que derrochó simpatía y buen humor. Valoró las "muchas cosas buenas" que habían realizado los gobiernos de la Concertación y dialogó amablemente con los panelistas.
Eso está haciendo Longueira todos los días, a diferencia de Andrés Allamand, cuya estrategia es apegarse estrictamente a los temas de Defensa. Esta semana concedió dos entrevistas en las que será la portada: una a la revista internacional Klubba y otra a la revista de la Cámara de Comercio de Santiago.
La mayoría en la UDI cree que el próximo candidato del sector debe ser del partido y que el mejor nombre es Longueira. Pero hay dirigentes -y muchos empresarios- que ven a Golborne como la mejor carta para enfrentar a Bachelet. Últimamente, Lavín ha aconsejado mucho al ministro de Obras Públicas.
Su alta figuración pública ha sido avalada desde La Moneda. En su debut en Economía, fue el propio Piñera quien pidió a Longueira que acompañara al director del Sernac, Juan Antonio Peribonio, en la conferencia en que denunció a la tarjeta Presto por no sacar del Dicom a clientes que ya habían reprogramado su deuda.
La relación con el director de ese servicio también ha sido una sorpresa: aunque inicialmente se pensaba que el ministro podía opacar a Peribonio -que además es militante RN-, ambos han construido una dupla con "línea directa" y se han posicionado en conjunto en temas como la colusión de los pollos. De hecho, en el entorno del director del Sernac destacan que Longueira siempre ha ido a las oficinas de esa repartición para las pautas de defensa de los consumidores, en vez de convocarlas en su propia sede de Economía.
La otra tarea que encomendó el mandatario a Longueira también es afín a su perfil presidencial: fomentar el emprendimiento y la innovación, dos prioridades para Piñera. El próximo será el año del emprendimiento y el 2013 el de la innovación.
De todas formas, el ministro también genera inquietud. Si bien en la UDI la mayoría hoy cree que el candidato presidencial debe ser de ese partido y que el mejor nombre es Longueira, hay importantes dirigentes que ven a Golborne como la mejor carta para enfrentar a Michelle Bachelet y que no son partidarios de primarias. Además, hay muchos empresarios que han visto con preocupación la actitud de Longueira de sumarse a la ofensiva de denuncias. Últimamente también Joaquín Lavín ha aconsejado mucho al ministro de Obras Públicas.
Pero hay algo que todos dicen: sea cual sea la decisión final, Pablo Longueira revivió en estos meses su posibilidad de llegar a La Moneda. Algo que no sólo reconocen los políticos: en su visita a Juan Fernández, uno de los pescadores le dijo en broma que tenía que hacer algo para terminar con el aislamiento del lugar. "Usted sabe, ministro, que Juan Fernández es un chiche. Si lo hace bien acá, subirán sus bonos: si no, pregúntele a Allamand", afirmó el poblador, generando las risas de los presentes. Longueira no pudo dejar de esbozar una sonrisa.