Por quepasa_admin Enero 5, 2012

I.- Nuevo hábitat

 "Vivo en Wilton, uno de los cientos de pueblos que existen en Connecticut,  una hora al norte de Nueva York y tres horas al sur de Boston. Por aquí es como si las casas crecieran en medio de los árboles, ya que el paisaje está dominado por la inmensidad del bosque, cargado de hojas en verano y completamente desnudo en invierno. Elegí este lugar por estar suficientemente cerca de Nueva York y Boston, donde viven los colegas con quienes estoy escribiendo, pero por tener al mismo tiempo esa calidez de pueblo que lo hace especialmente propicio para la vida familiar. Como para la gran mayoría de la gente que vive aquí, el tren es el medio de transporte perfecto cuando se trata de ir a la ciudad, en el que pueden ir sentados juntos un ejecutivo de Wall Street con un trabajador cesante de la construcción".

"Escribir un libro ha sido toda una aventura, que requiere disciplina y constancia, y a la que dedico cerca de seis horas diarias. El título es The Adaptive Organization (lo estoy escribiendo en inglés). Los desafíos que hoy enfrentan las organizaciones, en un mundo dinámico e interconectado, con gente más educada y empoderada que nunca, las deberían mover a actuar de modos muy distintos a aquellos que les resultaron efectivos hasta hace tan sólo unos pocos años atrás. El asunto es cómo generar esa capacidad adaptativa".

II.- "Mis hijos van al colegio público"

"Mis hijos van al colegio público del pueblo, que tiene cuatro instalaciones distintas, según los cursos, y que es completamente gratuito, incluidos los textos de estudio y el transporte escolar. Lo interesante es que los padres se sienten parte del colegio, quizás, entre otras cosas, porque saben que sus impuestos locales y donaciones son los que financian el sistema".

"La forma de enseñar es muy diferente a la que estamos acostumbrados en Chile. Al principio, mis hijas me decían que los profesores no hacían casi nada en clases, que se dedicaban a revisar las tareas. Incluso encontraban que la materia era más fácil acá que allá. Hasta que empezaron con las pruebas y se dieron cuenta de que algo no estaba funcionando bien. Y es que aquí la responsabilidad del aprendizaje es puesta en el estudiante, y el profesor es más bien un facilitador.

"Si ser conservador significa adherir a un discurso como el republicano actual, soy bien poco conservador. En realidad, soy bastante menos conservador de lo que muchos piensan, básicamente porque soy consciente de que la realidad es más compleja que la teoría".

Todos los días hay tareas y lecturas, con guías muy bien elaboradas, a las que hay que dedicar tiempo, porque ésa es la instancia de profundización y reflexión individual, que luego sirve de base para la discusión en clases. Por lo tanto, aquí más importante que la materia que pasa el profesor es el trabajo que hace el estudiante, lo que le permite internalizar los conceptos e ideas. Esto ha supuesto un cambio de paradigma no menor en mis hijas, al que les costó inicialmente adaptarse. Más aun, en enseñanza media el sistema se parece mucho al universitario, donde el estudiante elige sus asignaturas, e incluso en el nivel en muchas de ellas, por lo que más libertad y responsabilidad quedan entregadas en sus hombros. De hecho, mi hija mayor puede salir libremente del colegio, y si falta a alguna clase yo sólo recibo un mail notificándome de ello, sin ninguna sanción asociada, pero bajo el entendido de que yo debería hacerme cargo de lo que me corresponde como padre".

 

III.- Obama y los republicanos

"Tengo una buena impresión de Obama y, de hecho, creo que va a ganar la reelección, contra todos los pronósticos que se han hecho en los últimos años. No sólo Estados Unidos, sino que el mundo, está viviendo un proceso de transición complejo e incierto, con cambios fundamentales en torno a quienes ostentan hoy más poder. Frente a estos desafíos nadie, ni siquiera el presidente de la aún nación más poderosa, tiene soluciones a mano. Éstas deben ser construidas colectivamente y creo que en eso Obama ha sido alguien que ha empujado el proceso y facilitado el diálogo y la cooperación, en un ambiente difícil, pero buscando que los problemas sean enfrentados en lugar de evadidos. ¡Cuánto peor habría sido esto con Bush!".

El invierno de Eichholz

 "Hoy por hoy, creo que los demócratas están haciendo un mejor trabajo que los republicanos. Estos últimos han mostrado mucha ceguera a la hora de interpretar lo que está ocurriendo en el mundo, quedándose pegados en una mirada económica demasiado ortodoxa y en una mirada social demasiado simplista. Quizás porque lo que se busca es captar el voto más de un extremo en estas primarias republicanas, pero lo cierto es que el discurso de los candidatos ha sido muy conservador, en todo sentido, y creo que este país, a pesar de lo religioso que es, tiene un tejido social bastante más variopinto que el reflejado por ese discurso".

"Si ser conservador significa adherir a un discurso como el republicano actual, soy bien poco conservador. En realidad, soy bastante menos conservador de lo que muchos piensan, básicamente porque soy consciente de que la realidad es más compleja que la teoría, y ciertos paradigmas en los que vivimos no se hacen cargo de ella. Pero al mismo tiempo creo que la realidad hay que trabajarla más que dejarla entregada a lo que ocurra, y en eso me parece que sostener ciertos ideales ayuda. No se trata de vivir amarrado por las normas, pero tampoco de hacerlo sin orientarse por ciertos valores".

IV.- La sociedad y sus amigos

 "Por el lugar en que estamos, vemos a pocos chilenos, aunque he conocido bastante al cónsul en Nueva York, Julio Fiol, que también vive en Wilton y con quien jugamos tenis los fines de semana. En su casa almorzamos con la ex presidenta Michelle Bachelet, con quien conversamos distendidamente acerca de temas internacionales y locales más que de política chilena. No dejó entrever nada acerca de posibles aspiraciones presidenciales. No quiero entrar en detalles de lo que fue una conversación privada, pero se veía contenta, relajada y gozando el no estar en Chile envuelta en política contingente".

 "La sociedad norteamericana es, antes todo, multifacética, y quizás ahí esté parte de su riqueza. De hecho, aunque el capitalismo es uno de sus rasgos fundamentales, en muchos sentidos también lo es el socialismo. Lo bueno de lo primero es esa capacidad de emprender, de crear, de atreverse, donde no se da el temor al qué dirán ni tampoco el chaqueteo. De ahí  que prácticamente no existen límites para que cada uno pueda desarrollar su potencial, cualesquiera sean sus talentos. Lo malo, como siempre, son los excesos, que aquí se expresan en un consumismo exagerado, apoyado, como sabemos, en un sistema financiero que deja mucho que desear.

"Echo de menos la adrenalina que supone estar en Tolerancia Cero. Por otro lado, gozo con tener los domingos libres y poder dedicarlos a la familia. Quizás por lo mismo, aunque la idea es volver, casi no he visto el programa, pero sí he mantenido contacto por mail con mis compañeros de panel".

Por el lado del socialismo, es interesante ver cómo en este país todo está regulado -mucho más que en Chile-, con la diferencia de que aquí esas regulaciones se hacen cumplir, es decir, su incumplimiento es siempre sancionado. Y también está muy arraigado el sentido de comunidad, de cooperar con el otro, de ayudar al más débil, de que nadie que se esfuerce sea dejado atrás. Es muy interesante, porque Estados Unidos toma lo bueno del socialismo, generando lazos comunitarios fuertes en un sistema muy descentralizado que, por lo mismo, no cae en el paternalismo y la dependencia del Estado".

 

V.- Año de marchas y sin Tolerancia

 "Éste ha sido el año de las manifestaciones sociales. En Chile se dirigen en contra del gobierno y la clase política, mientras que acá, la llamada Occupy Wall Street apunta más a sectores de la propia sociedad. Allá son masivas, mientras que acá reúnen a unos pocos solamente. Allá existen demandas concretas y acá es todo mucho más vago. Allá hay una organización, que debate acerca de estrategias para ser más efectivos, y acá el asunto no pasa de estar juntos ocupando un lugar. En una imagen, en Chile lo que hay es un movimiento de muchos, mientras que en Estados Unidos hay una huelga de muy pocos".

"De hecho, cuando ves esto in situ en Nueva York, te das cuentas que la cobertura mediática, al menos la inicial, estaba sobredimensionada para lo que ahí estaba pasando, que era un grupo no muy numeroso de gente con sus carpas y enseres instalado en una plaza en Wall Street entonando cánticos de protesta. Y el resto de la gente seguía haciendo su vida, mirando esto como algo anecdótico. Muy distinto de Chile, donde el calificativo de anecdótico está lejos de representar lo que ha estado ocurriendo".

"Echo de menos la adrenalina que supone estar en Tolerancia Cero, lo mismo que las conversaciones fuera de pantalla con mis contertulios. Por otro lado, gozo con tener los domingos libres y poder dedicarlos a la familia. Quizás por lo mismo, aunque la idea es volver, casi no he visto el programa, pero sí he mantenido contacto por mail con mis compañeros de panel, los dos Fernandos y Matías".

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