Jorge Errázuriz, el empresario que sorprendió este año al mercado tras vender Celfin en cerca de US$ 550 millones es un díscolo entre sus pares. Liberal puro, es partidario del matrimonio gay -y de que éstos adopten hijos-, está a favor de legalizar la marihuana y defiende el derecho de la mujer para decidir sobre su embarazo. En Twitter se enfrasca en discusiones políticas, da su opinión y les responde a aquellos con los que no está de acuerdo. Además, por primera vez, participa como panelista en un programa de TV -Vía Pública de Canal 24H-. Esas son las instancias que ha encontrado este director del CEP y amigo del presidente Piñera para influir y permear la sociedad con sus ideas.
-Partamos por definir qué es ser liberal.
-¿Existe una definición? Creo que cada cual contestaría algo distinto. Para mí una persona liberal requiere aceptar el liberalismo valórico y económico. Ningún liberal va a defender un dogma, una religión o ciertos mandamientos. Eso permite conversar y que triunfen las mejores ideas.
-La semana pasada usted cuestionó por Twitter la incapacidad de los liberales para organizarse. ¿Cuál es su explicación?
-Quizás es porque hay poco espíritu asociativo. Ser liberal tiene posiciones muy personales y no hay una columna vertebral a la cual adherir. No es fácil pertenecer a un grupo tan diverso. Ser comunista es bastante fácil. Aceptas los principios básicos del marxismo o del comunismo. Adherir sólo a principios de libertad económica también es sencillo. Cuando eres liberal hay tolerancia. Lo que venden las religiones comunistas o las de iglesia es que hay una manera correcta de vivir. Nosotros pedimos a esos grupos que acepten que hay otras.
-En la administración Bachelet imperaron las ideas liberales. Tenía a un Andrés Velasco -y Expansiva detrás- que influía en la presidenta. Hoy en el gobierno ¿triunfó el conservadurismo?
-Desgraciadamente sí. Conozco bien al presidente y creo que su liberalismo ha venido más por el lado económico. Él ha dado pasos más liberales, pero ha sido acorralado por la Alianza. Que el presidente de RN sea una persona con un perfil perfectamente UDI ha arrinconado a Piñera.
-Una persona que en sus discursos menciona varias veces a Dios ¿puede ser tildado de liberal?
-He pensado ese tema. A un presidente católico, por la Constitución ¿se le podría prohibir que pronuncie la palabra ‘dios’? Si una persona con convicciones religiosas es tolerante con otras visiones puede ser liberal. Si cree que los demás están mal y él bien, entonces mi respuesta es no.
-Pero, en general, el presidente Piñera suele pensar que está bien...
-Sí, pero yo creo que en ese tema es tolerante. Él no forma parte de una secta. Tiene las creencias religiosas de una formación de una familia religiosa y democratacristiana. No lo podemos cambiar. Piñera es todo lo liberal que puede ser Piñera, pero no le pidamos peras al olmo.
“Los trogloditas”
-¿Fracasó la nueva derecha?
-Creo que sí. Se entregó a RN, a la visión de la UDI. Y ahí hemos visto unos pataleos de los más liberales.
-A quienes Carlos Larraín les ganó.
-Claro, porque Carlos Larraín ha ido nombrando consejeros desde hace muchos años en las diferentes regiones. Hoy el partido está dominado por él. Ahora, ¿cómo llega Larraín a eso? Porque otros liberales abandonaron el partido.
-¿Quiénes, por ejemplo?
-Otros liberales, que incluso financiaban el partido. Prefiero no dar nombres, pero creo que le entregaron el partido bastante barato. Eso ha pasado también en la izquierda. Carlos Larraín es el Girardi de Renovación Nacional. Son equivalentes simbólicamente siendo muy distintos. Porque el PPD era un partido muy poco ideológico; liberal, incluso en lo económico. Gente como Daniel Fernández y Jorge Rosenblut estaban ahí. Esos hombres más liberales que eran un lazo con la centroderecha liberal están fuera. El PPD quedó en manos de un religioso, que es Girardi, un liberal en lo valórico, pero troglodita en lo económico. Carlos Larraín es su símil: un liberal en lo económico, pero troglodita en lo valórico. Son dos jurásicos.
-Entonces habría que pasarle la cuenta a los liberales desertores.
-Sí. No hemos encontrado la fórmula para juntar todas esas fuerzas. Hay huérfanos liberales en ambos lados, sin representatividad política.
Los “huérfanos”
-Los liberales influyen en las sombras. Desde la academia, los think tanks, pero no tienen el poder…
-Estoy de acuerdo. Pero no podemos decir: adhiere a este librito para ser parte de este movimiento. Igualmente, se acaba de sacar la ley de no discriminación.
-¿Podríamos decir que fracasó el modelo liberal como referente?
-Los liberales siguen influyendo. Además, hay gérmenes interesantes: En la centroderecha está el grupo Horizontal, que son liberales en lo valórico y en lo económico. Ellos, en su mayoría, se sienten lejanos de RN y la UDI, pero tienen a un Hinzpeter dedicado a la seguridad pública, y a un presidente con buenos resultados como administración, pero bajo apoyo ciudadano. O sea, huérfanos del presidente, de los partidos políticos, del sistema político. Si no hay cambios, esa gente se va a perder.
-Usted los compararía con lo que fue Expansiva, un grupo que trabajó en conjunto y se transformó en referente años atrás. ¿Le ve proyección a este pequeño grupo?
-Cualquiera de estos grupos tiene proyección en la medida en que haya dedicación, vocación y financiamiento.
- Usted y Bernardo Matte son financistas. ¿Cuántos recursos les han entregado?
-Aún nada. Pero comprometí mi apoyo. El monto que sea necesario y sin condiciones.
-Por su entusiasmo, imagino que además asumirá un rol activo…
-Voy a cumplir 60 años. Estoy convencido de que los líderes de un movimiento liberal tienen que ser jóvenes, una generación menor de 45 años. Personas que puedan pensar tranquilamente a 20 años.
-Pero esta generación no parece tan energética y sólida como la suya.
-Ahí está la reforma política. El retorno a la democracia se hizo con un sistema que estableció una lista de inscripción para políticos. Yo podría haberme inscrito. Me habría metido de diputado o de senador y hoy aparecería como político profesional. Eso ha hecho que no haya gente interesada: la lista está completa. El primer paso ha sido la inscripción automática. Falta lo más importante: los dinosaurios tienen que dar un paso al lado.
-¿Qué otros cambios son urgentes?
-Cambiar el sistema binominal. Hoy los partidos son cofradías, yo te protejo a ti, tú me proteges a mí. Así no vamos a dejar que nadie entre a este club cerrado, al cual para participar debes ser elegido y representar a los ciudadanos. Eso ha deslegitimado el sistema político. El peor favor que hacen la Alianza y la oposición es defender el actual sistema. La población se dio cuenta de que no quiere a las mismas personas.
-En su opinión ¿podría generarse en el futuro un referente que aunara liberales de derecha e izquierda?
-Me extraña que no haya ocurrido. Pero la polarización izquierda-derecha divide a los liberales. Es el mecanismo que tiene la “clase política profesional” para frenarlos. Debe surgir un movimiento que aglutine. Necesitamos una alianza de dos líderes: uno de centroderecha liberal y otro de centroizquierda liberal, y que se produzca transversalidad a través de una visión conjunta de dos socios.
-Andrés Velasco es liberal. ¿Votaría por él?
-Si la carrera fuera entre Andrés Velasco y Laurence Golborne.
-Ehh, creo que votaría por Golborne.
-¿Desecharía la opción liberal?
-No me queda claro que Golborne no sea liberal. ¿Tú lo tienes claro?
-Es poco lo que se abre el ministro…
-Te puedo decir que entre Velasco y Longueira voto por Velasco. Yo soy voto duro de centroderecha, siempre que no violente mis valores. No nos equivoquemos con Golborne, creo que es un hombre de raigambre liberal. Entiendo que es agnóstico. Ésta será una de las dificultades de la UDI para apoyarlo.
David Gallagher
Presidente de Asset Chile y consejero del CEP
“La idea misma de un partido liberal es una contradicción. El liberalismo es una fuente amplia de ideas políticas, sociales y económicas, una postura ante la vida”.
“Es absurdo poner a los liberales en un mismo bote, más importante es que influyan en todas partes”.
Álvaro Fischer
Presidente de Fundación Ciencia y Evolución Presidente de Fundación Chile
“Para un liberal las conductas de las personas están regidas por decisiones individuales y no por definiciones del Estado. Pero deben hacerse responsables de esas decisiones. En la sociedad contemporánea, cada vez hay más conductas individuales que generan externalidades negativas en el resto, lo que está requiriendo una creciente intervención del Estado para mitigarlas. Preservar el liberalismo precisa de una cuidadosa utilización de esa herramienta”.
Andrés Velasco
Precandidato presidencial y ex ministro de Hacienda
“La debilidad de los partidos de la Concertación en la generación de pensamiento liberal es que durante 20 años de gobierno se articularon en torno al Estado y abandonaron la sociedad civil. Durante todo ese tiempo no produjeron ni un centro de pensamiento, ninguna revista, ni un solo colegio”.
“La derecha liberal me recuerda a Esperando a Godot; se anuncia y se anuncia, pero nunca llega”.
"Los dinosaurios tienen que dar un paso al lado"
Mea Culpa
-Usted habla de que Chile debiera ser una sociedad liberal. Lo veo con ideas, pero no comprometido a una iniciativa concreta.
-Es cierto y acepto la crítica. Pero yo dediqué mi vida a los negocios, no a la política.
-Ahora que vendió Celfin, ¿no siente que tiene una tarea pendiente?
-Yo quiero apoyar, pero insisto: los líderes deben ser jóvenes. A ese grupo debemos mirar, porque ellos en 30 años más van a considerar ridícula la división entre izquierda y derecha.
-Entonces, ¿cero compromiso?
-Esos líderes necesitan recursos para poder dedicarse a eso. Además de financiar, por supuesto que quiero participar: juntar gente, buscar instancias para influir.
-Participar en el programa Vía Pública, por ejemplo…
La polarización izquierda-derecha divide a los liberales. Es el mecanismo que tiene la “clase política profesional” para frenarlos. Debe surgir un movimiento que aglutine
-Esa es una manera. Hoy hay una visión de que los empresarios son abusadores y conservadores religiosos. Vi aquí la oportunidad para demostrar que los empresarios podemos tener una mentalidad amplia. Creo que aún no han surgido los líderes que van a tomar la batuta en el futuro. Por ahora, yo me dedico a dar mi opinión. Y parece que eso ya es mucho, porque los otros que piensan como yo aún no se atreven a hablar.
Karen Poniachik
Directora en Columbia Globall Centers Latin America
“Soy liberal-progresista y a diferencia de los neoliberales que postulan un Estado con poder limitado, los progresistas tenemos la convicción de que el Estado debe regular y fiscalizar no sólo para corregir “fallas”, sino que para garantizar la igualdad de oportunidades, la calidad de los servicios públicos y privados y el cuidado del medioambiente. Un liberal progresista es profundamente laico, rechaza el autoritarismo, el paternalismo y el estatismo”.
Eugenio Guzmán
Decano de Facultad de Gobierno,Universidad del Desarrollo
“Los liberales no logramos aglutinarnos porque muchas veces para ser parte de un grupo hay que dejar de lado convicciones propias y ser efectivos políticamente. Hay grupos políticos que están dispuestos a “transar” por el partido. Nosotros no. No voy a ser menos liberal, ni votar a favor de una medida conservadora para ganar un gallito”.
José Francisco García
Coordinador de Políticas Públicas Libertad y Desarrollo
"Muchos liberales están perplejos por la fuerza con la que ha resurgido la demanda por más Estado en lo económico y la ola de prohibicionismo en temas como el tipo de alimentos que se pueden consumir o el impedimento de fumar en espacios públicos. Otros liberales están desconcertados frente al autoritarismo político que pide quitarles poder a las instituciones democráticas representativas para avanzar en una democracia más plebiscitaria”.
Leonidas Montes
Decano de Escuela de Gobierno, Universidad Adolfo Ibáñez
“El liberalismo en Chile no necesariamente ha estado en el poder, pero ha estado cerca de él. Históricamente, en este país el liberalismo ha sido una influencia más que una posición política. Esto quizás se debe a que el liberalismo es esencialmente escéptico... en palabras simples, los liberales no siempre se creen el cuento”.
Iván Harasic
Presidente de Libertades Públicas
“En Chile el aglutinamiento de los liberales es menor que en otros países. Las sociedades más igualitarias, con una clase media más robusta, no experimentan dicho fenómeno. Allí donde la salud, la vivienda y la educación son entregadas de manera más ecuánime, el liberalismo pasa a ser una opción valórica que puede adscribirse sin necesariamente ser más de uno u otro sector”.
Eduardo Bitrán
Académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Adolfo Ibáñez
“Chile es un país conservador en lo valórico. No obstante, se observan cambios. Tenemos hoy ley de divorcio, esperamos avanzar en materia de derechos civiles para minorías discriminadas. Todavía hay temas tabú, como el aborto, el matrimonio homosexual; sin embargo, en la medida en que se corrija el sistema binominal los cerrojos conservadores se irán debilitando”.