El patriarca
Alejado de la política activa por propia opción tras su mandato, Patricio Aylwin optó por un rol aglutinador de la Concertación. Por eso, sus últimas declaraciones cuestionando a la UP generaron una polémica en la oposición.
Hace un par de semanas, Patricio Aylwin concluyó la primera versión de un extenso libro sobre la relación entre la Democracia Cristiana y la Unidad Popular. Aquel trabajo, de cerca de 300 páginas, está en proceso de corrección y ya cuenta con portada, sólo lo conocen su yerno Carlos Bascuñán y su hija Mariana Aylwin. Ahí ha puesto toda la energía de los últimos años. Tanto así, que optó por este texto antes que por sus memorias políticas.
Justamente este tema -la DC y la UP- lo puso el fin de semana pasado en primera línea , al señalar en una entrevista a El País algunas ideas centrales de su libro: que Allende no fue un buen político y que hizo un mal gobierno. Algo que generó una fuerte polémica en la Concertación.
A sus 93 años, Aylwin demostró que continúa siendo un ex presidente influyente. Sus últimas actividades dan cuenta de su lucidez, a pesar de que ya no logra completar una jornada de trabajo como lo hacía antes, debido al cansancio propio de la edad. Pero continúa con una rigurosa rutina, levantándose a las 7:15 de la mañana para ir a buscar los diarios y recibiendo diversas visitas a lo largo del día. El presidente de la DC, Ignacio Walker, se reúne con él cada dos meses. Claudio Orrego fue hasta su casa en marzo para recibir su apoyo en su candidatura presidencial. Otros visitantes frecuentes son Enrique Krauss, Andrés Zaldívar y Enrique Correa. Y también ha dado la orden de que le hagan llegar las peticiones de estudiantes universitarios e investigadores para entrevistarlo, a las que habitualmente accede.
De hecho, su última gran entrevista se la dio al ex ministro Sergio Bitar y al historiador estadounidense Abraham Lowenthal, para un libro sobre diversos casos de transiciones en el mundo. El texto está en proceso de corrección por parte de su hija Mariana, y en él Aylwin devela en extenso su mirada sobre la UP y los últimos secretos de la transición. En el texto, estará en compañía de Ricardo Lagos, Felipe González, Mijail Gorbachov y Fernando Henrique Cardoso, entre otros.
Sin embargo, su poderosa influencia contrasta con su poder real. Aylwin ha sido el único de los presidentes tras el retorno de la democracia que declaró su intención de alejarse de la política activa al cumplir su mandato. Su único regreso fue para tomar la presidencia de la DC en 2001, en medio de una de sus mayores crisis tras la polémica por el error en las inscripciones para las elecciones parlamentarias.
Para el sociólogo Eugenio Tironi, jefe de la Secretaría de Comunicaciones durante su gobierno, eso explica su rol simbólico. “No dijo ‘adiós, ya volveré’ cuando salió de La Moneda. Para él, fue la consumación de su vida política. Y sintió que terminado el gobierno, había cumplido su tarea”, dice.
La opción de Aylwin ha sido jugar un rol aglutinador, aun cuando mantiene su independencia y sus juicios críticos, en especial sobre la UP. Pero en su entorno reconocen que está consciente de su rol, y que será un factor a considerar a la hora de elegir el mejor momento para publicar su libro, que se espera que genere polémica.
El que sigue en la pelea
Eduardo Frei Ruiz-Tagle optó por dedicarse de lleno a la contingencia. Y si bien ya acumula dos elecciones tras dejar el gobierno, su rol es más el de un político tradicional que el de un ex presidente.
A mediados de junio, Eduardo Frei Ruiz-Tagle volará a Alemania para participar en una actividad muy especial. El ex mandatario hablará a continuación del discurso de la canciller Ángela Merkel en la conmemoración de los 50 años de la fundación Konrad Adenauer, ligada a la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU). El hito es doblemente simbólico, pues la relación alcanza a su padre: una de las primeras tareas exitosas de la fundación fue el apoyo a Eduardo Frei Montalva en 1964 para llegar a la presidencia.
El ejemplo muestra la dualidad que tiene Frei como ex mandatario y heredero de un legado. Es el único de los últimos cuatro ex presidentes que no tiene fundación propia, pues la Fundación Frei está abocada a la memoria de su padre. Y es el más atípico de los ex mandatarios, en el sentido del rol que ha apostado por ocupar.
Frei centró la atención del mundo político en la víspera del 21 de mayo al anunciar que no asistiría a la cuenta pública de Sebastián Piñera ante el Congreso, como una forma de protestar por el trato del oficialismo a Michelle Bachelet en relación al 27-F. Ha sido uno de los parlamentarios más críticos al actual gobierno -perdió con Piñera en la segunda vuelta-, pero en marzo había generado un acercamiento con el mandatario en una gira por Asia.
Lejos del retiro de Aylwin o del esquema más intelectual de Lagos, Frei optó por un rol más dedicado a la contingencia política, lo que incluso lo ha llevado a adoptar posiciones cambiantes o a enfrentarse a los propios gobiernos de la Concertación. Un ejemplo fue cuando lideró en 2007 una ofensiva para buscar cambios al Transantiago, o sus participaciones en la comisión de Hacienda del Senado. “Él está pensando en el siglo veintiuno, no en el veintidós”, resume un colaborador.
Además, el fantasma de La Moneda nunca lo ha dejado. Después de dejar el gobierno fue precandidato en 2005 y candidato en 2009, las dos elecciones en las que podía postular a volver al cargo.
Hoy, en cambio, su preocupación es más directa: las elecciones senatoriales de 2013, cuando deberá renovar su cupo. Actualmente su equipo está evaluando ofertas tanto para repostular por la Región de Los Ríos como para ir a otras zonas, como Antofagasta, la VIII Región Sur o Santiago Poniente. Todo considerando que algunas encuestas muestran que el diputado PS Alfonso de Urresti, que también busca competir por Valdivia, tendría una ventaja de cerca de 10 puntos.
Por eso, su agenda contempla tener una participación activa en terreno en las elecciones municipales, apoyando a alcaldes de su zona y viajando a otras partes del país. Además, prepara un viaje a Venezuela para apoyar a fundaciones vinculadas a la DC en medio del proceso electoral.
En el entorno de Frei, en todo caso, dejan claro que por su mente no pasa el retiro. Aun cuando en junio cumplirá 70 años, sus más cercanos recuerdan una anécdota: su propia esposa, Martita Larraechea, ha dicho en varias ocasiones que no se imagina a su marido en la casa, lejos de la política.
Viviendo con mi Ex
El pensador
Tras descartar su regreso a La Moneda, Ricardo Lagos se ha situado en un rol intelectual. Hoy impulsa una iniciativa con destacados empresarios para promover consensos transversales en el país.
Su aparición destacando la decisión de Sebastián Piñera de reimpulsar el puente sobre el canal de Chacao la semana pasada es una muestra del tono con que Ricardo Lagos proyecta hoy su rol. Si en los primeros tres años tras salir de La Moneda debió defender la obra de su gobierno y lidiar con la posibilidad de repostular, luego de que decidiera no competir en 2009 se consolidó en una posición de intelectual, defendiendo la obra de la Concertación y planteando constantemente propuestas de lo que se debe hacer hacia el futuro.
La posición de Lagos no sólo lo ha tenido jugando un rol público: también en privado participa de numerosas reuniones para analizar la situación del país. Sus cercanos comentan que el cambio de clima político y social de los últimos años lo tiene preocupado, y que teme que la polarización afecte la imagen del país en el exterior.
Una muestra de su inquietud en esta área se dio el martes 13 de marzo. Ese día, 14 empresarios llegaron a la casa de Darío Calderón para participar en una comida a la que asistió el ex mandatario. Entre los presentes estaban Felipe Lamarca, Rafael Guilisasti, Jorge Selume, Fernando Bustamante, Isidoro Quiroga y Juan José Cueto. El análisis de la situación de la política chilena fue crudo: se habló de lo complejo que era volver a un escenario de polarización, de los riesgos del populismo “de izquierda y derecha”, de la pérdida del orgullo por lo que se ha hecho en los últimos 25 años y del fuerte descrédito de las instituciones.
En la cita también se llegó al diagnóstico de que el gobierno no estaba colaborando mucho en la construcción de acuerdos, en un momento en que se hacía necesario llegar a consensos, sobre todo por el riesgo de que se generara una inestabilidad permanente del sistema económico, sin “reglas del juego” claras. Con todo, los asistentes salieron de la reunión con la sensación de que era posible conseguir consensos mínimos transversales.
A los pocos días, Calderón y Bustamante, con el visto bueno de Lagos, invitaron a Selume -cercano a la UDI y quien fuera ex director de presupuesto durante el gobierno militar- y Guilisasti -quien hoy colabora con la campaña de Andrés Velasco- a formar un grupo para redactar un documento en que se plasmen acuerdos mínimos sobre algunas materias, como el tema tributario, energía, educación y el sistema electoral, para que luego sea presentado como una carta abierta que pueda ser firmada por figuras transversales del país.
En las primeras dos sesiones, el 9 y 17 de abril, en las que participaron sólo los cuatro empresarios, definieron que había que invitar a alguien más de derecha que le diera un respaldo político a la iniciativa. Se pensó en Hernán Büchi y Pablo Longueira. Al primero se descartó porque es una figura más ligada al mundo de las ideas y al segundo por su eventual candidatura presidencial. Finalmente, Selume llamó al senador Jovino Novoa para invitarlo. Éste aceptó, y propuso participar a través del investigador de la Fundación Jaime Guzmán Jaime Bellolio. También definieron convocar a alguien de sensibilidad DC, para lo cual invitaron al ex presidente del Banco Central José de Gregorio.
El martes 13 de mayo, 14 empresarios llegaron a la casa de Darío Calderón para participar en una comida a la que asistió Lagos. Los asistentes salieron con la sensación de que era posible lograr consensos mínimos.
Luego se juntaron el 9 y el 15 de mayo. En esas sesiones definieron el modo de trabajo e incorporar como secretario del grupo al analista Sergio Muñoz Riveros, quien es muy cercano a Ernesto Ottone, el histórico asesor del “segundo piso” de Lagos.
A través de Bustamante, el ex mandatario ha estado al tanto de las reuniones. Sus cercanos dicen que son importantes este tipo de iniciativas que buscan rescatar niveles de acuerdos y consensos para el futuro. La idea es presentar este documento antes de fin de año para que se ponga sobre la mesa en el inicio de la campaña presidencial.
El diagnóstico del grupo concuerda con la actitud que ha tenido el ex mandatario en las últimas semanas: si bien ha defendido a la ex presidenta Bachelet ante las críticas por el 27/F, también ha apuntado a buscar un clima más constructivo con el gobierno. Según comentan sus cercanos, una de sus mayores preocupaciones es lo que evalúa como un clima de excesivos cuestionamientos, que no reconoce los avances logrados. Pero también su análisis es que se deben hacer cambios en el sistema para evitar una crisis política y social. El diagnóstico lo ha compartido en reuniones políticas, y es similar al que tienen figuras del “laguismo” en el PPD, como Carolina Tohá y Felipe Harboe.
Otra instancia en que Lagos ha estado presente es en los encuentros en el departamento del empresario PS Óscar Guillermo Garretón, que desde el año pasado organiza periódicamente citas para debatir temas de contingencia.
En el plano público, Lagos ya tiene agendada la presentación en Chile -a fines de junio- del libro en que se narra su perspectiva de los últimos 30 años de la vida política del país y defiende la obra de su gobierno. El texto, que fue lanzado en inglés en enero con el nombre The Southern Tiger (El Tigre del Sur), llegará a las librerías chilenas con otro título: Así lo vivimos. La vía chilena a la democracia.
Todos esos elementos hacen que Lagos sea un ex presidente más clásico; es decir, que permanezca vigente desde el mundo de las ideas. Para los analistas de la Concertación, un punto clave en este tránsito fue cuando optó por no ser candidato presidencial en 2009. Genaro Arriagada, quien fuera ex ministro de Frei y ex “generalísimo” de Lagos, lo resume señalando que eso le permitió ejercer un rol distinto, más alejado de la coyuntura política: “En América Latina, las reelecciones sucesivas generan una serie de problemas, y las con un período intermedio tienen un gran defecto: un presidente que sale ya inmediatamente es candidato”, plantea.
Pero también en el entorno del ex mandatario afirman que él resintió lo que cree fue una falta de defensa de su gobierno por parte de la Concertación. Y en su círculo ponen como ejemplo contrario la actitud que han tomado todos los partidos en el caso de Michelle Bachelet.
Viviendo con mi Ex
La candidata
Al interior de Dialoga hoy existen dos visiones enfrentadas: mientras la “Jupi” y Rodrigo Peñailillo siguen apostando por mantener el hermetismo y un esquema de “puertas cerradas” para evitar que cualquier movimiento se interprete como una señal de Bachelet, comienzan a surgir voces de que el excesivo celo es contradictorio con los orígenes de la fundación y que el silencio da pie a rumores.
Desde comienzos de año, en varias de las reuniones organizadas por el área de mujeres de la Fundación Dialoga en algunas regiones del país, un momento se roba la película: un video en que Michelle Bachelet saluda directamente a las participantes. “¿Cómo están? Saludos desde Nueva York”, es una de las entradas más habituales, para luego mencionar a la localidad donde se hace la cita y destacar la importancia del evento. La intervención usualmente se cierra con una ovación de las participantes.
Las reuniones son uno de los pocos y exclusivos encargos que ha hecho la ex mandataria tras su arribo a ONU Mujeres. A mediados del año pasado, solicitó a Carmen Andrade -su ex ministra del Sernam y hermana del presidente del PS, Osvaldo Andrade- que organizara y mantuviera viva una red de mujeres de Arica a Punta Arenas. La ex ministra no sólo posee una de las principales oficinas de la casona de Bilbao con Antonio Varas, sino que además cuenta con un equipo de cuatro profesionales. Y coordina directamente con la asesora directa de Bachelet, Paula Walker, el cronograma de encuentros para que ella pueda enviar su saludo.
Pero hay un detalle más llamativo. Bachelet encomendó a Andrade dos puntos: participar activamente en la discusión en temas vinculados a la mujer, como el posnatal, y quizás el más importante, comenzar a proyectar los temas que en su gobierno no pudo concretar, como por ejemplo, la “ley de cuotas” de participación política y la igualdad salarial. Algo que, para algunos observadores, es una señal del interés de la ex mandataria en volver.
El ejemplo revela cómo la ex presidenta, pese a mantener un cuidado segundo plano, sigue pendiente al detalle de la situación en Chile. Pero también su estilo ha desembocado en una forma de liderazgo poco tradicional entre los ex presidentes, pues en las encuestas ha hecho que buena parte del acontecer político nacional gire en torno a su figura, pese a su extendido silencio.
En el entorno de Bachelet y entre dirigentes históricos de la Concertación se afirma que hubo un “aprendizaje” en relación a lo ocurrido con Ricardo Lagos, quien tras salir de La Moneda con una altísima popularidad enfrentó una ola de cuestionamientos de la Alianza ante su posible repostulación. “Sabíamos de antemano que iba a pasar lo mismo, y hubiera sido estúpido que nosotros actuáramos igual”, dice un miembro del “Segundo Piso” de la ex mandataria.
Por eso, la fórmula de ocupar un cargo internacional cuadró perfecto con un diseño que apostaba por no responder los ataques. Además, su cargada agenda la tiene dedicada “al 100%” a ONU Mujeres, según dicen sus cercanos. Bachelet esta semana llegó desde Francia, y sobre su escritorio ya la esperaba una gruesa carpeta con todos los detalles de la Cumbre de la Tierra que se realizará en Río de Janeiro entre el 19 y el 22 de junio, y en que ONU Mujeres tendrá una destacada participación con el “Foro de mujeres líderes sobre el futuro que quieren las mujeres”. En la oportunidad, Bachelet tiene contemplado reunirse con Dilma Roussef y posiblemente con Cristina Kirchner, con quien estuvo el mes pasado en la Casa Rosada.
Bachelet encomendó a Carmen Andrade comenzar a proyectar los temas que en su gobierno no pudo concretar, como por ejemplo la “ley de cuotas” de participación política. Algo que, para algunos observadores, es una señal del interés de la ex mandataria en volver.
No obstante, recibe cada una de las solicitudes de entrevista, chilenas y extranjeras, y los informes sobre contingencia que cada semana le envía María Angélica Álvarez, “la Jupi”, desde Santiago. Bachelet acoge la mayor parte de pedidos de la prensa internacional. Incluso, esta semana dio una extensa entrevista a la NPR, la radio pública de Estados Unidos, donde se refirió largamente a su rol sobre la mujer y a los principales problemas de la contingencia mundial, como la crisis económica.
Sin embargo, está decidida a mantener su silencio en Chile. Al igual que en su gobierno, la frase más usada por su entorno es que “ella maneja sus propios tiempos”. De hecho, pese a que muchos creyeron que sus últimas declaraciones en París fueron coordinadas desde Santiago, en su entorno señalan que se detuvo motu proprio a dialogar con un par de reporteros de CNN y Canal 13.
Otro ejemplo de que Bachelet es una ex presidenta “no tradicional” es la opción que ha tomado su fundación de mantener escasa figuración pública. Pero al interior de Dialoga hoy existen dos visiones enfrentadas: mientras la “Jupi” y Rodrigo Peñailillo siguen apostando por mantener el hermetismo y un esquema de “puertas cerradas” para evitar que cualquier movimiento se interprete como una señal de Bachelet, comienzan a surgir voces de que el excesivo celo es contradictorio con los orígenes de la fundación y que el silencio da pie a rumores.
Lo cierto es que cada lunes continúan realizándose los almuerzos coordinados por Clarisa Hardy. La lista fija de los participantes es integrada por Antonio Leal, Álvaro Elizalde, Francisco Javier Díaz, Marcia Scantlebury, Alberto Arenas, Cristóbal Huneeus, Gonzalo Rivas, además de Hardy y la “Jupi”, quien es la encargada de hacer el resumen.
Otro antecedente que refleja la disciplina de Bachelet es que, aunque sus cercanos señalan que está muy molesta con la actitud que ha tenido Sebastián Piñera hacia su gobierno -en especial en lo referido al 27/F-, “se ha mordido la lengua”, en la lógica de no entrar a ese tipo de debate. Una cercana a ella refleja esto con la siguiente anécdota: antes de partir a Nueva York, la prensa le consultó por los WikiLeaks y un comentario duro de Piñera en su contra. Ella miró a los ojos al periodista y le dijo: “No me tiente, no me tiente”.
A tal punto llega su temor, que ni siquiera comenta a su madre, Ángela Jeria, sus viajes y agendas en Chile. Sólo avisa horas antes a su entorno de su llegada.
El rol de Bachelet como ex presidenta ha sido inseparable de su condición de mejor carta opositora para volver al poder. Así resume un influyente dirigente histórico de la Concertación el rol que ha jugado ella en los últimos dos años: “Bachelet nunca ha sido ex presidenta. Desde que salió de La Moneda ha sido una candidata”.