Por Juan Andrés Quezada Junio 7, 2012

En abril, en Cartagena de Indias, acordamos con el presidente Piñera que las cancillerías tenían que avanzar, pero hasta ahora no existe ningún resultado. No obstante, tengo confianza en que podremos retomar el diálogo y avanzar en este corto tiempo que le resta a su gobierno

A las 11 en punto, mientras las campanas de la Catedral de La Paz indican el cambio de hora, Evo Morales ingresa al Salón Dorado, en Palacio Quemado. “De Chile, ¿cómo estás hermano?”, son sus primeras palabras, mostrando mucha amabilidad con un apretón de manos y unos golpes en el hombro.

Viste su tradicional traje negro de alpaca hecho a mano con bordados aimaras diseñado por la boliviana Beatriz Patiño. Camisa sin cuello -también con bordados-, zapatos negros empolvados, con suela de goma y cordones. 

Sus ojos achinados denotan cansancio, pero su peinado -partidura al medio que deja caer igual cantidad de pelos lisos a cada lado de su cabeza- es perfecto. Antes de empezar la entrevista, advierte que ésta es una semana dura para él y dentro de media hora tiene otra reunión. “Hoy me levanté a las cuatro y media de la mañana en Cochabamba. Llegué a las seis en punto aquí a Palacio. A las siete me reuní con el presidente de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y luego desayuné con la selección boliviana de fútbol y aquí estoy atendiendo a su pedido de entrevista”, cuenta Morales, sonriendo. 

Su agenda está copada por la 42 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se realizó esta semana en Tiquipaya, Cochabamba, donde demandó -sin buenos resultados- a los países integrantes a contribuir en la búsqueda de una solución a la demanda marítima de su país. Y afirmó que el Tratado de 1904 fue revisado en cuatro ocasiones a iniciativa de Chile, por lo que el documento que fijó los límites territoriales que dejan a Bolivia sin acceso al mar está sujeto a modificaciones.

- En la Constitución boliviana se fija un plazo de 4 años para denunciar “tratados internacionales que sean contrarios” a la Carta Magna. Ese plazo vence el próximo año. ¿Piensa denunciar el Tratado de 1904?

- Ya hemos denunciado algunos tratados, porque es una obligación nacional el cumplir con un mandato que nos da el pueblo boliviano ante la nueva Constitución. El de 1904 se encuentra en estudio y, si es contrario a la Constitución, por supuesto que vamos a cumplir nuestro mandato constitucional.

- Me está diciendo que lo van a denunciar…

- Morales deja su amabilidad y responde firme: “Le estoy diciendo que está en estudio… Si es contrario a la Constitución y al pueblo pues por supuesto”.

- Pero es un tratado que Chile considera válido, vigente y que se está cumpliendo plenamente…

- Bueno, está demostradísimo que es un tratado primero, impuesto; segundo, incumplido, y tercero, injusto, por tanto, es una obligación revisar si se cumple o no. Para ver eso estarán los trabajos que desempeñan a nivel nacional las instituciones.

- Entonces, ¿sigue vigente el tema de La Haya? ¿Qué ha hecho su Cancillería? ¿Hay trabajo de abogados?

- Sigue vigente, no descartamos acudir a los tribunales internacionales. ¿Qué hemos hecho? Eso ya es un tema interno de los bolivianos.

- Pero en 2009, usted señaló que tenía información de que Perú sabía que iba a perder en La Haya y que la denuncia buscaba obstruir un acuerdo con Chile. ¿Por qué optó después por seguir un camino similar ante la corte? 

- Porque en el camino nos vimos obligados a hacerlo, ¿verdad? Porque es una reivindicación.

- ¿Y qué espera del diferendo entre Chile y Perú?

- Como pueblos soberanos ellos tienen derecho a apelar cualquier decisión, sólo espero que esta demanda entre ambos países no perjudique nuestra demanda marítima.

 

La reelección

Evo Morales tiene 53 años y lleva seis años gobernando, pero pareciera que estuviera comenzando. “Éste es un país complejo que sigo conociendo día a día.  Es muy diverso geográficamente, fisonómicamente y económicamente y, por eso, es difícil atender a todos. Sin embargo, aprendí a desdoblar esfuerzos para atender las demandas de todos sus sectores y regiones. Hay que seguir trabajando por mayor igualdad, porque algunos hermanos indígenas del oriente todavía tienen problemas serios”, comenta el mandatario. Incluso, hace algunos días señaló que “hemos llegado al Palacio para quedarnos definitivamente, si es posible más de 500 años”.

- Ha dejado entrever que le gustaría ir a la reelección...

- Nunca lo he dicho, aunque constitucionalmente estoy habilitado para hacerlo, pero por ahora estoy preocupado de mi gestión.

- Pero uno de los compromisos implícitos para que la oposición respaldara la nueva Constitución fue que usted no volviera a presentarse en 2014...

- La Constitución permite hoy una sola reelección. Yo fui el último presidente del Estado colonial de Bolivia y luego el primer presidente del Estado plurinacional. Según la antigua Constitución, yo tenía cinco años de gestión, pero cuando se aprobó la nueva Carta, se convocó a elecciones antes de cumplir esos cinco años. En esta nueva Constitución es mi primera gestión, por lo tanto, constitucionalmente, tengo que ir a la reelección, pero le repito, hoy no estoy pensando en ello.

- ¿Cuál siente que es su principal deuda con su país?

- El mejoramiento de la salud, porque en educación estamos avanzando y hemos mejorado mucho nuestras Fuerzas Armadas y Policía, que eran algunas de mis prioridades. Otra cosa que, a mi juicio, falta, es darles mayor valor agregado a nuestros productos, especialmente a los hidrocarburos. Ya levantamos dos plantas separadoras de líquido y por supuesto vamos a continuar en esa tarea. 

- ¿Y el tema del mar? 

- Es que estaba hablando de temas internos, en el plano internacional, por supuesto que el tema del mar es una batalla permanente, pero tengo mucha confianza en el país vecino, hermano, que pudiera hacer una profunda reflexión interna para saldar esa deuda histórica.

- ¿Se siente desilusionado de la actitud de los últimos gobiernos frente al tema del mar?

- Ha habido buenos momentos, pero también otros muy desagradables, pero le reitero, mantengo mi confianza en el pueblo chileno y especialmente en sectores sociales, políticos y profesionales que hoy luchan por la integración de nuestros países. 

- Pero, ¿ve factible una solución en el corto plazo?

- Siempre se pueden explorar nuevos caminos cuando existe la decisión de una integración entre Chile y Bolivia. Eso dependerá mucho del pueblo chileno y de sus autoridades. Lamento que Chile ya esté entrando a la etapa electoral, porque eso siempre nos perjudica, pero como le dije, yo no pierdo las esperanzas en que podremos resolver esta demanda histórica.  

 

Bachelet y Piñera

-  Presidente, ¿cuál es el momento de su mandato en que se ha sentido más cerca de lograr un acuerdo con Chile?

- En el gobierno de Bachelet.

- En octubre de 2010, su cónsul en Santiago, Walker San Miguel, decía que con el gobierno de Piñera se había “superado” el nivel de confianza que se tenía con Bachelet. ¿Qué cambió desde ese minuto hasta ahora? 

- En el gobierno de Bachelet mejoraron mucho las relaciones diplomáticas y lamento mucho que no se haya avanzado lo suficiente, sin embargo tengo confianza en que con el presidente Piñera podemos retomar el diálogo y avanzar en este corto tiempo que le resta.

- Pero alguien tendría que enviar una señal, hacer algún gesto…

- Bueno, eso ya es parte de las negociaciones. 

- ¿Cuándo fue la última vez que habló con Piñera? 

- En abril, en Cartagena de Indias. Ahí acordamos que las cancillerías tenían que avanzar, pero hasta ahora no existe ningún resultado.

- También en 2010, usted calificó a Piñera de “sincero” y “directo”. ¿Sigue manteniendo esa percepción? 

- Siento que él ya no es tan sincero como cuando comenzó su mandato, pero no tengo por qué juzgarlo. Éste es un tema del presidente y a veces se dice una cosa y después se hace otra cosa y yo no soy parte de esa cultura.

- ¿Cuál es hoy su percepción?

- Hoy están congelados los avances que habíamos logrado. No tengo por qué evaluar la situación de Chile, pero  vamos a seguir con paso firme cualquiera sea el camino para recuperar el mar, que es algo irrenunciable.

- ¿Tiene alguna nueva proposición o invitación que ofrecer hoy a Chile para reactivar el diálogo?

- Sólo quiero decir que dos países vecinos y hermanos debiéramos trabajar en el marco de la complementariedad para el bienestar de nuestros pueblos. Ése es nuestro deseo, y nosotros estamos dispuestos.

 

Humala y Chávez

- ¿Cómo es su relación con  Ollanta Humala?

- Muy buena, excelente le diría, le tengo mucha admiración y respeto por el esfuerzo que él hace por su pueblo y sobre todo por un pensamiento renovado sobre la integración de nuestra Latinoamérica, y por retomar esta confederación Perú-boliviana.

- ¿Ha hablado con él sobre el tema del mar? 

- No voy a responder más sobre el tema de Chile y el mar.

- Usted ha sido muy cercano a Hugo Chávez, ¿cómo ve el proceso de su enfermedad?

- Su cáncer nos hizo sufrir mucho a los pueblos latinoamericanos, a los pueblos antiimperialistas, pero la última vez que hablé con él, hace dos semanas, lo vi muy optimista y muy convencido de seguir luchando para salvar a su patria y su vida. Ayer me comuniqué con gente cercana al compañero Chávez, quienes me han dicho que está todo bien, ojalá sea así, porque el cáncer siempre trae complicaciones.

 - ¿Y no teme que un desenlace fatal o una derrota pongan en riesgo la estabilidad regional?

- No, éstos son procesos de pueblos. Los líderes son importantes, pero más lo es la conciencia del pueblo y allá en Venezuela, por la percepción que tuve estando allá, es un pueblo que no desea retornar al pasado y que se enorgullece de su proceso de liberación en Latinoamérica.

El consejo de Evo

- La reciente estatización de la Transportadora de Electricidad aquí en Bolivia tuvo impacto en la región, al igual que la de YPF en Argentina, ¿cree que venga una ola de estatizaciones en América Latina?

- Con los recursos naturales claro que sí. Mi recomendación desde Bolivia y con la pequeña experiencia que tengo es que es muy importante que los recursos naturales sean de los pueblos, de las naciones y que estén bajo la administración del Estado. Imagínese, aquí nuestra empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, el 2005 ganaba US$ 300 millones, este año US$ 3.000 millones, es un avance significativo. Emerson Pulley dejó en 2005 US$ 300 millones y este año están programados más de US$ 5.000 millones en ganancias para Bolivia.

- El argumento contrario es que este tipo de decisiones desincentiva la inversión extranjera, genera desconfianza…

- Los empresarios que vengan a conspirar políticamente serán expulsados. Los empresarios que cumplan sus contratos e inviertan en Bolivia son y serán bienvenidos. La ETE (Empresa Transportadora de Electricidad, controlada por la española Red Eléctrica Internacional) había invertido apenas US$ 5 millones. Entonces, las empresas privadas de recursos naturales que no están invirtiendo y no están cumpliendo con sus contratos serán recuperadas.

- Uno de los temas más comentados en el extranjero es la oposición de indígenas a su decisión de aprobar la construcción de una carretera a través de la zona protegida del Parque Nacional Isiboro Secure. Se anuncia una nueva marcha , ¿cómo la va a enfrentar?

- Todos tienen derecho a marchar. El año pasado se hablaba de una marcha de media luna indígena, ahora parece ser una marcha de cuarto menguante, es decir, un pequeño grupo político, que no marcha por una reivindicación del medioambiente, del territorio indígena, ni del parque… Lo que ellos nos plantean es reconducir el proceso. 

- Este tema le ha hecho perder el apoyo de algunos diputados indígenas y por ende la mayoría clave de dos tercios en el Congreso...

- No es así, de dónde sacó eso, ésa fue una situación muy puntual, los diputados nos sobran, tenemos más de dos tercios, al igual que en senadores.

- La semana pasada se asiló un senador de oposición en la Embajada de Brasil aquí en La Paz, denunciando persecución, ¿qué me puede decir al respecto?

- Desde que soy dirigente, desde 1989, me procesaron y persiguieron todos los presidentes y jamás pensé en asilarme en una embajada o escapar de Bolivia. Al contrario, me defendí y les he ganado a todos. Quienes buscan un supuesto asilo político en plena democracia son los corruptos que le temen a la justicia. Y está bien que Estados Unidos sea el basurero de los corruptos, pero no lo pueden ser algunos países vecinos. Que se defienda ante la justicia, pero no, quieren confundirnos y usar a los países vecinos para protegerse.

 

Tres partidos a la semana

Desde el aeropuerto El Alto de La Paz, uno de los más altos del mundo, a 4.061 mts. sobre el nivel del mar, los visitantes bajan a más de 100 km/h hasta la ciudad. Desde arriba llaman la atención muchas canchas de pasto, entremedio de las casas y los cerros, que Evo Morales ha construido casi como una política pública. 

Esa tarde (el viernes de la semana pasada), los noticiarios transmiten al presidente jugando fútbol con los policías de Cochabamba. El canal oficialista lo muestra dando un pase-gol; una estación opositora repite varias veces la imagen de Evo errando un penal.

Al día siguiente, el mandatario desayuna con la selección de fútbol, se disculpa porque la agenda de la Asamblea de la OEA no le permitirá ir al estadio, y hace un enérgico llamado a respaldar al equipo. “Si Chile nos llegara a hacer un gol, tenemos que apoyar con más fuerza, no nos podemos desmoralizar. Ayer, por ejemplo, mi equipo perdía dos a cero, lo revertimos y ganamos tres a dos. Y eso que erré un penal”, señala el presidente, escoltado por su edecán naval en Palacio Murillo. 

Un reportero radial pide la palabra: “Presidente, lamentablemente para este partido no estará Marcelo Martins, a usted como conocedor del fútbol, le parece bien que Pedriel y el ‘Conejo’ Arce estén en la delantera, ¿qué le sugeriría usted al profesor Quinteros?”.

Evo responde: “Nada, él es el técnico, el que tiene que decidir y para mí son todos jugadores de la selección”.

Momentos antes, en la entrevista con Morales, el fútbol fue un tema inevitable. “El fútbol, y especialmente en Bolivia, nos une a los políticos, a los pobres les hace olvidar su pobreza, a los movimientos sociales les hace dejar a un lado sus propuestas”, señala.  “Juego tres partidos a la semana y mínimo dos, y para estar en forma hago tres series de cien abdominales todos los días a las 5 de la mañana, o si no a las once de la mañana”, fue otra de sus respuestas.

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