Por Juan Andrés Quezada Noviembre 1, 2012

Desde que José Miguel Insulza asumió como secretario general de la OEA, en mayo de 2005, nunca ha dejado de venir a Chile a votar en una elección. Sin embargo, cuenta que esta vez regresó a Washington más contento que otras veces. “No estaba tan optimista como para pensar en que se iba a ganar lo que se ganó. Yo saqué en Providencia mis dos candidatos (alcaldesa y concejal), Santiago y Ñuñoa fueron grandes victorias y la Concertación en general tuvo mucho apoyo en todo el país”, dice el ex ministro.

No obstante, Insulza se apura en aclarar que, a su juicio, lo más importante de estas municipales no fue el resultado electoral: “Lo relevante del domingo no sólo fue la victoria, sino que la actitud unitaria que tuvo toda la oposición después. Nadie atribuyó las victorias a sus propios méritos, sino que todos y todas hablaron del conjunto de los partidos que participaron en las alianzas. Y eso hace pensar muy bien en el futuro”.

Sentado en el living del departamento de su amigo José Antonio Viera-Gallo en Avenida Kennedy -donde aloja cada vez que viene a Chile-, el “Panzer” recuerda el efecto político que han tenido municipales anteriores. “Siempre decantan las cosas… El 2004, como usted recordará, las ministras Bachelet y Alvear renunciaron antes de las elecciones para participar en la campaña municipal. Y luego de las del 2008 yo desistí de ser candidato presidencial. Las municipales tienen sus características propias y no hay que pensar que es un reflejo exacto de la presidencial”.

-¿Qué le parece el silencio de Michelle Bachelet?

-Desde el punto de vista de los demás puede parecer loco, absurdo…, pero desde el punto de vista de ella lo encuentro perfecto. Ella está haciendo exactamente lo que yo no hice cuando fui precandidato: no hablar del tema hasta no estar en Chile.

-¿Usted mantiene relación con ella, conversan habitualmente?

-Fíjese que estuvimos juntos hace una semana, pero no es que nos veamos a cada rato. Sí, cada vez que podemos  nos encontramos en eventos.

-¿Usted cree que ella renunciará a su cargo en Naciones Unidas y regresará a Chile para ser candidata?

-Eso nunca lo he conversado, y si lo hubiera hecho no lo comentaría, pero yo creo que sí, creo que ella va a volver…

-¿A participar en primarias?

-En el mundo de la Concertación el tema de las elecciones primarias está hoy lo suficientemente legitimado como para que cualquiera que reúna los requisitos se presente. Si está Michelle aquí y hay otras personas que quieran competirle, habrá que hacer primarias, no creo que sea un problema. Ahora, otra cosa es cómo les vaya a ir en la primaria con ella, porque ése ya es un asunto de cada cual.

-¿Si Bachelet  volviese a ganar la presidencia, a su juicio con quién debería gobernar?

-Por la prescindencia que ella ha mantenido durante estos años, ella tiene una gran ventaja: no parece atada a ningún sector ni a ninguna cosa. Por ello, va a poder llevar a cabo libremente su propuesta y seleccionar con mucha facilidad a la gente con la cual va a gobernar. Yo creo que ella va a dar la atención a los partidos, sin duda, siempre ha sido una persona de partido. Pero creo que va a tener la ventaja de efectivamente poder hacer un gobierno suprapartidario.

-¿Y con quién cree usted que debería gobernar? ¿Con una generación más joven?

-Si usted va a crear un hospital, se consigue a los mejores médicos y no les pregunta qué edad tienen, de qué color  tienen el pelo, ni en qué colegio estudiaron. Les pregunta si son los mejores o no. Yo no entiendo por qué para el gobierno tiene que ser distinto. Algunos creen que con jóvenes se solucionan los problemas. Y los problemas se solucionan con gente buena. Ahora, eso sí, manteniendo un cierto equilibrio de género, porque existe un desperdicio de mucho talento por una discriminación respecto de la mujer.

-¿A qué candidatos ve con más posibilidades en la Alianza?

-Hubo una cosa rara en la campaña: uno de los candidatos presidenciales (Laurence Golborne) se la jugó por el postulante al municipio de Santiago (Pablo Zalaquett), mientras el otro (Andrés Allamand) se abstenía. Pienso que el presidencializar la elección municipal fue un gran error, está demostrado que fue un error y para qué seguir refregándolo, si ya pasó. Ya van a salir los dos del gabinete y se verá cuál es el mejor.

-¿A qué atribuye ese error? ¿A mal manejo político?

- Todas las encuestas indicaban al alcalde Zalaquett, que es una figura importante, como el favorito, y de pronto la tentación de entrar a las presidenciales por ese lado, fue muy grande, sobre todo porque la candidata de la oposición era Carolina Tohá, quien había sido vocera de Bachelet. Trataron de sacar una ganancia, transformando una elección comunal en la presidencial, lo que finalmente se convirtió en un efecto boomerang.

 

“La imagen de Chile sigue siendo muy buena”

Insulza mira el reloj y dice que está con el tiempo justo, porque tiene que juntarse con sus hijos y luego un par de reuniones políticas. Así es la agenda de él cuando viene a Chile: reparte el día entre familia y política antes de volver a partir al aeropuerto. No obstante, se ve relajado, de buen humor y comenta que se siente bien en Chile. “Yo soy muy  optimista respecto a Chile. Yo creo que aquí en general la gente no valora mucho las cosas que tiene. Viajo mucho por América Latina y este país tiene una institucionalidad que vale la pena resguardar. Y conserva, a pesar de todo, ciertos rasgos de amistad cívica que no se dan en otras partes”, comenta el ex ministro.

Y continúa: “Hace unos días estuve en un país, no diré cuál, en que el mismo día la gente de la oposición me dijo: ‘ Nosotros no hablamos con el presidente, nunca nos llama’. Y luego el presidente me dijo: ‘Tú sabes que yo no he hablado con nadie de la oposición desde que asumí el cargo’. Esto pasa en un país de América Latina. A lo mejor en otro hablan de repente, pero no mucho. En Chile los políticos hablanentre sí, eso es bueno”.

- ¿Cómo es la imagen de Chile afuera?

- Sigue siendo muy buena, con buenos datos económicos y se ve como un país tranquilo, a pesar de que se le dio mucha cobertura a los movimientos estudiantiles. Ahora, yo entiendo los movimientos estudiantiles como un fenómeno  producto del desarrollo de un país, más que como un atraso o algo  grave. Entonces yo creo que el presidente Piñera tiene una buena imagen afuera.

- ¿Le parece que ha sido adecuado el tono de la oposición a Piñera?

- Las oposiciones son oposiciones. De pronto hay algunos dirigentes más agitados que otros, algunos que dicen  cosas más complicadas que otras, es cierto. Pero yo creo que la oposición no ha sido completamente cerrada con el gobierno. Ha habido acuerdos importantes, como el tributario que, a mi juicio, fue importante pero no suficiente. Ahora, sí creo que falta más diálogo, pero eso es otra cosa. Y de eso son responsables las dos partes.

-En enero se cumple una década del acuerdo de modernización del Estado, del que usted fue protagonista junto a Pablo Longueira, ¿cómo evalúa hoy ese episodio?

-Fue un gran momento. Todos andábamos en onda positiva y cuando discutíamos las cosas lo hacíamos con franqueza. Yo no recuerdo -y usted sabe que a veces no tengo buen carácter- haberme peleado con nadie en todo ese período, nunca. La onda que había era tan positiva y de construcción porque era un acuerdo para algo importante para el país.

-¿Usted cree que hoy falta un acuerdo de ese tipo en algunas cosas?

-Claro que sí, pero para eso hay que buscar los adecuados equilibrios, y a la gente la veo muy dispuesta a exigir y poco dispuesta a conceder. Por ejemplo, creo que se requieren cambios constitucionales, pero no veo ninguna disposición a cambiar un sistema binominal que no resiste más. No hay disposición a cambiar cosas elementales, como son los altos quórums que nos permitan crear mecanismos que faciliten más el acceso de las personas a la política. Creo que se podría hacer una agenda, pero no veo el ánimo, no veo el entusiasmo para hacerlo.

-¿Qué es lo más urgente?

-Aumentar los ingresos del Estado para fortalecer los servicios públicos. Yo no creo que haya que estatizar ni la salud ni la educación, ni mucho menos. Pero sí creo que el Estado debe estar en condiciones de  garantizarles a todos una educación y salud de calidad. En seguida, hay que atacar el problema de la energía.

 

“Voy a estar disponible cuando no esté en la OEA”

En las últimas semanas, el nombre de Insulza ha vuelto a figurar en las listas de candidatos del PS. Esta vez, eso sí, como opción al Senado. En la Concertación ven indispensable poder doblar a la Alianza en al menos dos circunscripciones, y la Cuarta Región es vista como una de la posibilidades a través de una dupla Insulza-Jorge Pizarro. “Francamente, conmigo no ha hablado nadie. Sí me han dicho muchas cosas y hecho llegar muchos mensajes. Pero si usted me pregunta: ¿ha estado con algún dirigente que le haya preguntado ‘qué le parece esto’?, mi respuesta es no”, señala.

-¿Descarta ser candidato presidencial nuevamente tras dejar la OEA?

-Me siento en condiciones de ser un aporte a la política chilena por lo menos por un tiempo más y nunca descarto nada. El problema es estar disponible. Yo no le he hecho nunca asco a nada en materia política que sea bueno y que pueda ser una contribución, cuando estoy disponible. Ahora, disponible voy a estar cuando no esté en la OEA y eso es el 2015. Falta mucho, sí, pero ya llevo siete años y medio y parece como si se hubieran pasado de un día para otro.

 

 

 

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