Por Paula Comandari Noviembre 1, 2012

Aunque es cercano a Sebastián Piñera, el ex presidente de la Sofofa y la CPC se ha mantenido alejado de las esferas del poder. Hoy está dedicado a sus negocios personales, principalmente al rubro energético, y a varios directorios. De igual forma, siempre ha sido un hombre preocupado del devenir del país: es consejero del CEP y del Centro de Estudios Científicos de Valdivia. Por eso, “desde las sombras” sigue siendo un hombre influyente: es uno de esos personajes que nunca se desvinculan por completo del rumbo político que debe seguir el país. De ahí que el presidente Piñera le consulte sobre diversos temas. En esta entrevista entrega sus argumentos sobre por qué el candidato de la derecha debe ser Andrés Allamand. “Si el proceso de elección se hace en base a encuestas cortoplacistas o prácticas marketeras, entramos a competir en la cancha donde la simpatía de Bachelet es imbatible”.

-¿Cuál es el mejor candidato para la derecha en las próximas elecciones presidenciales?

-El mejor candidato es Andrés Allamand. Tiene la capacidad para ofrecer con convicción y sin complejos una alternativa de centroderecha. Creo que por su historia política, sabe más de acuerdos, integración y menos de sectarismos. Es un dirigente con convicción y sin fanatismo. Ha sido capaz de convocar a líderes de otros sectores políticos y sellar acuerdos para el bien de Chile. Lo hizo en el pasado y lo volverá a hacer. Me tocó trabajar con él cuando estuve al frente del empresariado: hicimos una agenda país. Soy testigo de cómo siempre estuvo disponible para aplicar su capital político en favor de iniciativas que eran buenas para el país, aun cuando esto significara costos partidistas. Además es más competitivo en una elección con Michelle Bachelet, porque es distinto a ella y no competirá en su cancha.

-¿Y por qué Golborne no podría ser competitivo también?

-Reconozco en él muchas capacidades y atributos. Pero creo que no tiene la experiencia ni está probado como Allamand. Tampoco me convence la estrategia de llevar adelante una campaña sin presentar un proyecto claro y diferenciado del de Michelle Bachelet. Alguien que se inaugura en la política en forma mediática y sin contenido -aunque siempre tiene la oportunidad de cambiar- es muy probable que después gobierne de esa misma manera. Si la campaña se juega por empatías o tácticas de marketing entraremos a la cancha en la que Michelle Bachelet es imbatible.

-Da la impresión de que la gente lo que valora hoy es justamente la cercanía y la empatía…

-En eso hay dos miradas. Una es la de Golborne, que cree que se le va a ganar a Bachelet por simpatía, cosa que no va a ocurrir. La otra, que yo creo que es la mejor, es entrar a competir a través de la discusión y el debate de las ideas. En la actual encrucijada que vive el país, el que tenga mayor capacidad para mostrar posiciones con claridad tendrá mayores posibilidades de atraer a la ciudadanía que se abstuvo en las últimas elecciones.

-¿Por qué?

-Pienso que la gente que no votó lo hizo principalmente por convicción, en su gran mayoría porque no perciben diferencias entre los candidatos. Se necesitan proyectos de gobierno en los que se represente con claridad una posición socialdemócrata y otra de centroderecha liberal. Allamand está mejor capacitado para ser el candidato de la Alianza, en el sentido que nos alejamos del canto de sirena del apoyo cortoplacista y populista.

-Pero Allamand ha demostrado no ser un buen candidato en elecciones anteriores…

-En primer lugar, no sería el primer presidente de Chile que pierde antes de ganar la elección. Lagos perdió. Perdió Sebastián Piñera. Y, por lo demás, las derrotas muchas veces enseñan y fortalecen. Adicionalmente uno no puede abstraerse de la coyuntura actual del país para definir si alguien es un buen o mal candidato.

-Hay que reconocer que Allamand también tiene debilidades…

-En el pasado se le ha criticado a Allamand de que se anticipa a los procesos que emergen políticamente. Él tuvo un costo por haber iniciado la política de los acuerdos, pero hoy todos reconocen que eso fue muy bueno para el país, porque en ese momento se hablaba de avanzar en la medida de lo posible por la sensación de fragilidad respecto a la institucionalidad recién instalada. Pero esta capacidad de anticipación que tuvo en el pasado hoy es una fortaleza necesaria, toda vez que hemos visto cómo los políticos se han quedado atrás de la dinámica social.

-Lo otro negativo es que en las encuestas le va mal.

-No soy experto en encuestas, pero lo que he leído es que no hay ninguna que le dé una probabilidad significativa a que alguno de los dos pueda ganar la elección presidencial. Esa “mala foto del momento” es válida para ambos candidatos. Por otro lado, las encuestas le dan un amplio apoyo a Allamand en su gestión como ministro. Adicionalmente, Golborne hace bastante rato que está haciendo campaña, y yo diría que Allamand todavía no entra en la contienda. El resultado de las elecciones destruyó a las encuestas.

-¿Cómo enfrentar el nivel de rechazo que genera?

-No creo que Allamand tenga un elevado nivel de rechazo. Aunque tiene más que Golborne, si él fuera candidato y se eleva el debate político, ese rechazo se transformaría en respeto. En las contiendas en las que se establecen con claridad dos proyectos de gobierno distintos para el país, las partes que compiten no son enemigas sino que adversarias.

-Algunos de la UDI prefieren ir con Golborne sin primarias ¿qué importancia le asigna?

-Si las primarias producen un problema en los partidos, la Alianza está destinada a desaparecer. La única manera que sea una fuerza política con proyección es que tenga un espectro amplio, donde se incorpore a mucha gente y las decisiones no sean copulares. Eso se llama primarias.

-Si Pablo Longueira compitiera en las primarias, ¿usted seguiría apoyando a Allamand?

-Lo seguiría apoyando, pero creo que sería muy positivo que Longueira también entre a la competencia. Creo que un debate entre Allamand y Longueira sería muy interesante, una buena oportunidad para asistir a una discusión sobre dos visiones y proyectos hacia el futuro. En todo caso, cualquiera sea el ganador de las primarias, debemos apoyarlo. Incluyendo a Golborne.

-En tiempos que se pide renovación, Allamand sigue representando a la derecha histórica. ¿Por qué sería atractiva hoy su candidatura?

-Que tenga experiencia no significa que sea un político tradicional. Allamand se pegó una travesía por el desierto por no ser histórico, inventó el concepto de los fácticos y se peleó en su momento con ellos, provocando conflicto al interior de la coalición.  Fue un actor clave en los acuerdos de la transición a la democracia y también era una minoría en su sector. Tampoco es un líder tradicional de la derecha porque es un liberal tanto en lo económico como en lo valórico, por ejemplo cuando propuso el Acuerdo de Vida en Pareja.

-¿Qué camino debe tomar Allamand para distanciarse de la baja aprobación del presidente Piñera?

-El gobierno de Piñera ha sido uno de los mejores gobiernos a la luz de los resultados y considerando la crisis internacional que nos rodea. A pesar de aquello, la paradoja está en que cuenta con un bajo apoyo de la ciudadanía.  Allamand defenderá con convicción aquellas políticas públicas que en el gobierno de Piñera han contribuido al progreso del país. En este sentido, Allamand va a ser el mejor vocero de los logros obtenidos por Piñera.

-¿Pero, de todas maneras, no debiera diferenciarse?

-Allamand le va a poner un sello propio a su gobierno: que tiene que ver con el desafío de incorporar y articularse con los distintos partidos políticos. Les abrirá los espacios de manera tal que la política no sea una respuesta cortoplacista a las demandas de la calle. Las características de Allamand son distintas a las de Piñera. Lo primero que tiene que hacer una coalición, si quiere reelegirse, es aceptar que los gobiernos no tienen por qué ser iguales. Sebastián Piñera ha sido un presidente principalmente orientado a la gestión y a la acción, Allamand es más estadista: es el Lagos de la Alianza. Si Allamand es presidente, es quien mejor va a visibilizar los logros de Piñera.

-¿Realmente cree que la derecha tiene posibilidades de ganar?

-Creo que en el escenario actual se ve muy difícil ganarle a Michelle Bachelet. Pero éste puede cambiar el próximo año, en la medida que se muestren los candidatos y sus programas. Pienso que para el país sería mejor que el candidato sea Allamand, porque van a haber quedado dos posiciones claras. Allamand sería un líder de oposición constructiva y eso le permitiría a Bachelet no verse obligada a gobernar compitiendo con medidas populistas.

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