Por Juan Pablo Sallaberry Noviembre 15, 2012

Cientos de manos haciendo el signo de la victoria, entre ellas la del propio precandidato Andrés Velasco. “Es la V de Velasco, de votar, de voz, de verdad…”, enumeran con entusiasmo en el comando del ex ministro de Hacienda -en calle Las Urbinas de Providencia- para explicar la nueva y masiva campaña publicitaria que se presenta este fin de semana y que busca dar un reimpulso a su candidatura presidencial. Las cifras no andan bien. Según los estudios que maneja su equipo, aunque el economista tiene un nivel de conocimiento cercano al 80%, sólo el 8% sabe que él pretende llegar a La Moneda. Esto pese a que fue de los primeros en sincerar sus ambiciones presidenciales -en una entrevista en Qué Pasa en julio de 2011-, y luego lanzó con todo su campaña en mayo de 2012. Para el comando, la encuesta CEP de agosto fue demoledora: Michelle Bachelet se consolidaba como la única carta de la oposición con posibilidades reales, mientras que Velasco con un 2% de menciones se perdía entre los otros nombres “chicos” de la Concertación, como José Antonio Gómez o Claudio Orrego.  El apoyo era esquivo, el candidato no prendía y la situación se volvía inquietante para sus asesores, al punto que el coordinador general del comando, Cristóbal Aninat, comentaba en privado el absurdo de visitar a su familia tras una extenuante jornada de campaña para que le preguntaran: “Oye, ¿y Velasco va a competir o no?”.

Por eso se definió que el nuevo eslogan de la candidatura es simplemente: “Voy”. La idea es enviar una señal clara que despeje todas las dudas sobre la voluntad del ex ministro de llegar a las primarias opositoras de junio de 2013 y que no se bajará de la contienda cuando Bachelet vuelva a Chile, como creen en el mundo político. En una fuerte arremetida mediática, el afiche con la nueva publicidad aparece a página completa a partir de este viernes en los principales diarios del país, y ya están en agenda frases radiales, avisos en la vía pública y varios videos difundiendo el mensaje, siempre realzando la figura del candidato e invitando a leer sus propuestas, aunque cuidando no infringir la ley electoral, que prohíbe llamar a votar antes del período legal de campaña.

Para desarrollar el concepto y la nueva imagen, Velasco reclutó a un selecto grupo de publicistas de nivel internacional: a la cabeza está el chileno Patricio del Sante, quien realizó su carrera en Argentina y es autor del comercial “Teletransporter” de cerveza Andes, ganador de un premio en Cannes el 2010. Junto a él, trabajó Carlos Müller, el director de arte a cargo de la parte gráfica; Felipe Zegers, especialista en publicidad urbana, y Sebastián Arteaga, director creativo asociado de la agencia Leche, quienes han estado afinando el proyecto durante los últimos dos meses.

Aunque en el comando no les gusta hablar de relanzamiento, el ex titular de Hacienda da este viernes el vamos a la segunda etapa de su candidatura en compañía de una treintena de colaboradores, que conforman su  equipo político y programático. La apuesta es que con la reciente salida de Laurence Golborne y Andrés Allamand del gabinete, se inició oficialmente la carrera presidencial y ahora sí la gente estaría dispuesta a conocer las distintas alternativas. En este escenario, Velasco tiene una nueva oportunidad.

 

Rediseñando al candidato

Con una ley de primarias recién despachada por el Congreso, que no contempla financiamiento público para las campañas, el equipo de Velasco ha debido hacer malabares para financiar el comando y el despliegue publicitario. Para ello, señalan en el círculo del candidato, cuentan con la asociación TierraFirme que promociona debates de políticas públicas y recibe aportes privados y de ONGs internacionales. El ex ministro también ha invertido de su propio bolsillo y recibió préstamos personales de sus amigos. Un rol clave en la campaña lo ha jugado el ex presidente de la CPC  y vicepresidente de la viña Concha y Toro, Rafael Guilisasti, que se ha transformado en el puente entre el candidato y el mundo empresarial. Sin embargo, el conseguir apoyo de privados presenta un nuevo obstáculo: algunos empresarios que simpatizan con Velasco se están inclinando más bien por respaldar a Andrés Allamand, ya que para ellos tiene un perfil muy similar al del ex titular de Hacienda: serio, de ideas liberales y con trayectoria.

Sin militancia política, el equipo de Velasco busca perfilarlo como un candidato del centro político, pero ya tienen una estrategia clara para remarcar las diferencias con las cartas de la Alianza. Además de reseñar su ADN concertacionista - participó activamente en la campaña del No y en los gobiernos de Patricio Aylwin y Bachelet, y su padre Eugenio Velasco fue un militante radical que vivió en el exilio-, buscarán mostrarlo como “el candidato de los contenidos”. Mientras Allamand y Golborne partieron la contienda subrayando sus diferencias de estilo, el precandidato opositor presentará el programa de gobierno en el que ha venido trabajando durante meses. Éste hace un diagnóstico de los cambios que ha experimentado Chile en las últimas décadas y las nuevas necesidades de una estructura social más compleja, y en particular de la clase media que, a juicio del candidato, los dirigentes políticos no han logrado entender. Así el programa contempla, por ejemplo, una política de superación de la pobreza más enfocada en el acceso al trabajo y la capacitación que en los subsidios. O, en vez de enfocarse en la creación de viviendas, presenta proyectos para mejorar los barrios con parques, seguridad, actividades culturales y deportivas. La gente hoy demanda calidad de vida, sostienen.

Para exponer las propuestas y recoger nuevas ideas reformaron la página web www.andresvelasco.cl, a cargo de la agencia de marketing digital Noise Media. El sitio cumplirá otra función: crear redes territoriales, de las que carece Velasco. La plataforma fichará a voluntarios y simpatizantes a nivel nacional, los que a través de aplicaciones móviles podrán ser georreferenciados para organizar actividades. En el comando señalan que la primera campaña interna de Barack Obama, en EE.UU. el 2007, se sostuvo casi por completo en las redes sociales mientras que su contendora Hillary Clinton contaba con el respaldo de los equipos en terreno del Partido Demócrata. En este caso, Hillary sería Bachelet, señalan, quien cuenta con la poderosa maquinaria territorial del PS y el PPD.

Desbacheletizar al electorado es una palabra que se repite en voz baja en el comando de Velasco. El análisis es que el votante opositor, pese a las críticas que pueda tener sobre la Concertación y la gestión de la ex mandataria, aún no se ha abierto a la posibilidad de contemplar otras opciones y por ello le dan un respaldo cerrado. Bachelet y su ex ministro de Hacienda ya no tienen una relación tan estrecha desde que éste lanzó su candidatura y no hablan por teléfono, como lo hacían antes. No obstante, Velasco mantiene conversaciones de coordinación con bacheletistas del PS como Camilo Escalona -su principal aliado durante el gobierno- y Francisco Aleuy. Aunque es independiente, según la nueva ley, para competir en primarias el ex ministro deberá crear un comité especial, que funcione al alero de la Concertación.

El análisis del comando es que necesitan comenzar a mostrar a Velasco como una figura presidencial. Según los estudios que han realizado, es percibido como un rostro que proyecta liderazgo y genera confianza. Por ello el mensaje que buscarán transmitir frente a la desafección hacia el mundo político no es el de “cambio”, como las campañas tradicionales, sino la idea de que él es el más capacitado para dirigir la política. “Súbete, yo manejo”, es uno de los eslóganes que contemplan. Tampoco evitará confrontar a figuras vinculadas a la izquierda de la oposición, como Francisco Vidal o Guido Girardi -con quienes ya ha tenido públicos desencuentros-, ni criticar a los que él considera líderes irresponsables en la región como el kirchnerismo.

Pese a que la campaña aún no ha sido capaz de conseguir muchos rostros famosos que apoyen al candidato, hay un nombre clave que esperan sumar más adelante: la esposa del candidato, la periodista Consuelo Saavedra. Al contrario de la animadora Karen Doggenweiler, que el 2009 se volvió un pilar fundamental en la campaña  presidencial de su esposo, Marco Enríquez-Ominami, la presentadora del noticiero central de TVN tiene ciertas restricciones contractuales para participar en actividades políticas, por eso deberán estudiar los plazos y fórmulas para concretar el desembarco.

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