Proclamación conjunta
En el Partido Socialista y en el PPD el apoyo a Michelle Bachelet ya es tema zanjado. Incluso se está planeando una proclamación conjunta, que dependerá de las próximas señales que envíe la ex presidenta.
El 1 de enero ONU Mujeres cumple dos años de funcionamiento y se cierra el acuerdo contractual que tiene la ex mandataria con el organismo. Si bien, su alto cargo comprende un periodo de cuatro años de mandato, ella acordó con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, poder dejarlo una vez cumplido el segundo año de gestión. A partir de esa fecha está en condiciones de renunciar a la entidad internacional, no sin antes realizar, en el transcurso del mes, su discurso con el balance de lo que ha sido la puesta en marcha y cumplimiento de metas de su equipo de trabajo. Aunque la fecha de su retorno a Chile es un secreto bien guardado en el bacheletismo, se estima que estas semanas podría dar los primeros indicios del anuncio, para volver definitivamente en marzo.
Detrás del cerrado apoyo del PS y el PPD a su candidatura -forzado por la alta posibilidad de Bachelet de ganar las próximas elecciones presidenciales- existe una soterrada disputa de las tendencias internas por asumir protagonismo en el futuro comando presidencial o por lograr una opción real de llegar al Congreso, que también se renueva el próximo año.
“El síndrome de la mujer golpeada”. Así han bautizado algunos dirigentes el ambiente que se respira hoy en el PS. “Todos cuestionan la conducción hegemónica de (Osvaldo) Andrade, (Camilo) Escalona y (Pancho) Aleuy, pero nadie se atrevió a enfrentarlos”, explica un dirigente socialista respecto al reciente acuerdo que permitió una nueva mesa unitaria, incluso incorporando a Alfonso de Urresti, el líder de los diputados más díscolos. Éste sepultó la posibilidad de una competencia real como la que había amenazado el llamado Grupo Pocuro, integrado por Ricardo Solari, Jaime Gazmuri y Ricardo Núñez, entre otros.
“El que se mueve no sale en la foto”, es una de las frases de Aleuy, quien era partidario, incluso, de no perder tiempo en un proceso eleccionario interno como el del 15 de diciembre pasado.
En el PPD pasa algo parecido, tras el acuerdo entre Francisco Vidal, Guido Girardi y Antonio Leal para apoyar a Bachelet, la única discusión interna hoy es qué hacer con los militantes que respalden la candidatura de Andrés Velasco, como José Joaquín Brunner y Pilar Armanet.
El abrazo comunista
El 12 y 13 de enero, la tradicional Fiesta de los Abrazos que realiza el Partido Comunista en el Parque O`Higgins tendrá un sello especial. En esa jornada el jefe de la colectividad, Guillermo Teillier, dará a conocer la hoja de ruta con los tres grandes ejes que deben zanjar en su acuerdo político-electoral con la Concertación: las bases programáticas, los cupos parlamentarios y el apoyo a un candidato que los represente en las primarias de la oposición.
El PC es un partido pragmático. Con la meta de aumentar su representación en la Cámara de Diputados y la posibilidad de tener ministros comunistas en un eventual gabinete de Michelle Bachelet, los dirigentes del partido no disimulan su simpatía hacia la ex mandataria, con quien han mantenido un afectuoso intercambio de cartas entre Chile y Nueva York. Aun así, la mesa señala que todavía no han definido a su precandidato y agendarán a partir de enero una ronda de conversaciones con todos los personeros de la oposición que estén dispuestos a competir en las primarias del 30 de junio. Desde el liberal Andrés Velasco hasta el candidato que defina la DC. Descartado Marco Enríquez-Ominami, quien ha decidido competir directamente en la primera vuelta. El PC indica que no tiene problemas en apoyar a alguien que no sea de sus filas, y así lo han hecho en la mayoría de las elecciones presidenciales desde los años 90: Jorge Arrate, Tomás Hirsch, Eugenio Pizarro, Patricio Aylwin.
La real preocupación del partido es la negociación parlamentaria. Los tres diputados, Teillier, Lautaro Carmona y Hugo Gutiérrez repostularán por sus respectivos distritos y buscarán garantizar comunas de altas posibilidades para las nuevas figuras de la tienda que postularán a la Cámara: Camila Vallejo, Camilo Ballesteros y Karol Cariola.
Sin embargo, la disposición a alcanzar acuerdos también genera ruidos internos en la militancia de base, que no ve con buenos ojos forjar una alianza con la DC. Así como el partido de centro ha exigido que no se hable de “nueva coalición” al referirse a los acercamientos con el PC, en la colectividad de la hoz y el martillo piden comenzar a ser tratados de igual a igual con el resto de los partidos de oposición. Tras el encuentro de las directivas de ambos partidos para comenzar a generar confianzas se decidió crear sendas comisiones conjuntas de derechos humanos y avances democráticos, en que participan abogados representantes de ambas colectividades.
El ajedrez de Gómez
El martes pasado José Antonio Gómez cumplió 59 años y sus colaboradores le regalaron un ajedrez, uno de sus deportes favoritos junto al karate, que practica semanalmente. Pero no era cualquier ajedrez: a un lado estaban las piezas blancas con las caras de los “personajes” que apoyan la candidatura presidencial del senador por Antofagasta. Simbólicamente estaban Pedro Aguirre Cerda, Salvador Allende, Pedro León Gallo, Giorgio Jackson y Kung Fu Panda, entre otros. Las piezas negras tenían los rostros de los adversarios del senador. Ahí estaban Michelle Bachelet, Camilo Escalona, Andrés Allamand y Laurence Golborne, entre otros.
Pero más allá del regalo y la humorada, en el último tiempo ha comenzado a surgir una creciente oposición a la opción presidencial de Gómez al interior del radicalismo, que estiman que el partido -al igual que el PS y el PPD- debe proclamar a Michelle Bachelet. Aquí está el ex ministro Isidro Solís, los ex subsecretarios Ricardo Navarrete y Patricio Morales , el ex embajador Carlos Parra y el ex intendente de la VII Región Alexis Sepúlveda, entre otros. Aunque todavía no existe una orgánica, los dirigentes han comenzado a interaccionar con el fin de citar a un consejo general para mediados de enero que frene la candidatura de Gómez.
“Creemos que la candidatura de Gómez no surge de una reflexión serena del radicalismo, sino más bien de una organización actual debilitada. No la compartimos, pero la respetamos”, señala Navarrete. El “Gato”, como es conocido en el partido, agrega que es un error que Gómez esté apostando por una izquierdización del PRSD: “No creemos en un Partido Radical izquierdizado y cimentado sobre la base de la ortodoxia socialista. No vamos a ocupar ese espacio en la política chilena, donde ya existen los partidos Socialista y Comunista”.
Al otro lado, los partidarios de Gómez señalan que la candidatura está viento en popa y preparan un gran acto de lanzamiento para el martes 15 de enero. Agregan que la disidencia no representa más del 5% del partido. En el último consejo, de 106 consejeros, sólo cuatro votaron a favor de la postura de Navarrete.
En las últimas semanas Gómez ha puesto algunas condiciones para participar en las primarias de la Concertación: una urna complementaria para votar por una asamblea constituyente y un compromiso por fortalecer la educación pública gratuita, entre otros temas. Estas exigencias han sido leídas por la disidencia como un arma para llegar a la primera vuelta, lo que a juicio de sus detractores podría quebrar la colectividad. Las últimas reuniones con Marco Enríquez-Ominami han alimentado esa tesis.
La toma de riesgos
“Después del 19 de enero hay que ver si perseveramos en la locura”. Así resume un vicepresidente de la DC la situación del partido: los rostros de la renovación, Ximena Rincón y Claudio Orrego, enfrentados en una dura contienda, que definirá ese día al precandidato presidencial en primarias abiertas. Aunque ninguno logra superar el margen de error en las encuestas, con las elecciones se busca remarcar la identidad de la tienda, reforzar los liderazgos y lograr un mejor pie de negociación para cuando vuelva Michelle Bachelet. Sin embargo, la estrategia se puede venir a pique si ese sábado de vacaciones sea tan poca la gente que concurra a votar que terminen proyectando una señal de debilidad.
El piso es que participen 20 mil personas, cifra que acudió a votar en los últimos comicios internos. Las apuestas de se inclinan hacia Orrego, quien cuenta con el apoyo de los miembros de la mesa Jorge Burgos, Fuad Chahín y Carolina Leitao, y la senadora Soledad Alvear, lo que fue interpretado como un gesto del gutismo, pese a que el ex diputado Gutenberg Martínez no tomará partido. También se mantendrá al margen el presidente DC, Ignacio Walker, quien se distanció de Orrego cuando éste lanzó su candidatura. Al frente, los simpatizantes de Ximena Rincón sostienen que ella puede dar la sorpresa si consigue que voten sus adherentes en el mundo sindical. Por su labor parlamentaria ha tenido mayor visibilidad y cuenta con el apoyo de los vicepresidentes DC Pablo Badenier y Víctor Torres, y el sector de los chascones.
La disputa ha sido agria. En Tolerancia Cero, Orrego enrostró a Rincón su paso como directora de AFP Provida, y ella el antiguo trabajo del alcalde en Sonda, empresa cuestionada por Transantiago. En ambos comandos señalan que están listos para pasar al ataque si la discusión sube de tono. El equipo de Rincón tiene preparado un dossier con críticas a la gestión de Orrego en Peñalolén en materia de erradicación de campamentos. A la senadora le ha jugado en contra el rol de su ex esposo, el ex timonel Juan Carlos Latorre, quien en la última Junta Nacional cuestionó la realización de primarias.
Un importante sector del partido considera que una vez que se defina el precandidato deben comenzar las tratativas para bajarlo a favor de Bachelet. Cercanos a Orrego quieren levantar un candidato a la directiva del partido para las elecciones del 17 de marzo, ya que les preocupa que un eventual triunfo de Aldo Cornejo, amigo de Bachelet, ponga fin a las posibilidades de la DC de llegar a las primarias. En el entorno de Rincón afirman que si pierde por estrecho margen frente a Orrego, ella misma podría salir a competir con Cornejo.