En el último mes, los días de José Ramón Valente (50) se reparten entre las calles El Golf y Burgos, donde están respectivamente su oficina de Econsult y el comando de Laurence Golborne. En noviembre, el economista fue anunciado como el coordinador programático de la candidatura. Y si bien plantea que la campaña defenderá las ideas de la centroderecha, también hace una crítica a la manera en que el sector ha difundido tradicionalmente sus puntos de vista.
-¿Cómo se va a armar el programa?
-Laurence tiene una idea, que yo comparto, que es que hay mucho conocimiento a nivel de la gente en la calle. Lo que quiere hacer es recoger no las propuestas, sino que la sensibilidad y sobre todo su experiencia. La persona que se ha dedicado a hacer pan durante 30 años tiene mucho que enseñarnos sobre cómo es ese proceso. Cuando vienen las propuestas solamente desde la cúpula, los “iluminados”, se produce una desconexión. Se habla de que, por ejemplo, este gobierno de repente tiene desconexión con la gente. Yo creo que parte de eso tiene que ver con esto.
-¿Y cuál va a ser la metodología?
-Definimos cuáles eran los ejes programáticos del gobierno, qué es lo que realmente quiere plasmar Laurence Golborne, su relato, y ésos son tres ejes: movilidad social, desarrollo humano y calidad de vida, y competencia, productividad e innovación. ¿Y qué significa, por ejemplo, movilidad social? No significa que no vamos a ver temas de educación o salud, sino que los vemos en el contexto de los ejes. Y el foco o la forma en que te aproximas es muy distinta.
-¿Cuáles son los énfasis diferenciadores de Golborne respecto a Andrés Allamand?
-Quizás por las mismas experiencias de vida distintas que tienen ambos, este énfasis que tiene Laurence Golborne en la movilidad social, en una mirada integral de las personas, yo creo que es muy propio de él.
-¿Cómo ven ustedes el rol del Estado?
-Tiene un rol muy preponderante en la sociedad. Normalmente se hace una caricatura de que la gente de derecha cree que lo mejor es que no exista el Estado. Hay un estigma que tiene, que lo ha generado la izquierda, de decir: “Los gobiernos de derecha quieren privilegiar a un cierto grupo”. No, aquí se trata de que no haya privilegios, de que ojalá ésta sea una sociedad para todos, inclusiva. En eso, el Estado tiene un rol en pavimentar ese camino para toda la gente.
-Otro punto que se ha criticado al gobierno es su aproximación al mundo empresarial. ¿Cómo ven esa situación?
-Esta candidatura está muy a favor de quienes quieran emprender, pero en contra de darles privilegios especiales a quienes ya están establecidos. Yo creo que eso los empresarios lo entienden bien.
-¿Y cómo afrontarán los temas valóricos?
-Los temas valóricos tienen que estar incluidos. Golborne ya ha hablado bastante de cuál es su posición y hubo una discusión bastante grande respecto de ese tema. Creo que no es mucho lo que puedo aportar hoy día a la discusión que ya hubo. Pero ciertamente hay un grupo que lo va a abordar.
-¿Tienen pensado dar a conocer detalles de medidas antes de las primarias?
-Tenemos una primera etapa que se cumple a principios de marzo, que es tener totalmente constituido el equipo y haber trabajado un conjunto de 50 comisiones. Estamos muy avanzados en eso.
-¿Cómo van a trabajar con las comisiones programáticas de la UDI, Chile Nuevo?
-Con Ernesto Silva, que está a cargo de ese trabajo por la UDI, nos juntamos en forma regular. Tenemos una reunión mensual; de hecho, nos juntamos la semana pasada. Ellos están haciendo su trabajo por su lado, nosotros por el nuestro. Pero en una fecha no muy lejana, el trabajo de la UDI va a ser presentado a la candidatura. La idea es incorporar sus propuestas en la medida de que a esta candidatura le parezcan atractivas.
-¿Se nota alguna diferencia en relación a que hoy hay un grupo más amplio de gente del sector que pasó por el gobierno?
-Sí, yo creo que se nota y es muy útil, porque los programas son un conjunto de ambiciones, pero al final están restringidos a lo que realmente se puede hacer. Un ejemplo respecto de eso es el tema de seguridad. Yo estoy seguro de que este gobierno no ha escatimado en los esfuerzos por cumplir con la promesa de un Chile más seguro, pero probablemente la gente siente que el gobierno no ha logrado su objetivo, que de alguna manera ha fracasado, no por falta de ganas ni de empeño, pero probablemente porque no logró dimensionar desde afuera el tamaño del problema. Entonces, en ese sentido, esta experiencia sirve muchísimo.
-¿Hay más exigencia ahora para la derecha que hace cuatro años?
-Yo creo que sobre todo desde el mundo de la derecha hay ciertas cosas, y no es ninguna novedad que te lo diga, que no le han gustado de lo que ha visto en este gobierno. Entonces, efectivamente el dar a conocer los temas centrales es importante para esa gente que dijo: “Bueno, yo voté por un gobierno de centroderecha y me da la impresión de que en algunas cosas este gobierno no ha cumplido con las expectativas que yo tenía de un gobierno así”.
-¿Y cree que se puede ganar con ideas de centroderecha?
-Mucha gente dice: “Chile es un país de izquierda. Y si uno no se mueve a la izquierda, nunca va a ganar una elección”. Lo que muestran las encuestas del CEP, del PNUD, las Adimark Bicentenario, es que la gente tiene a la meritocracia como algo importante: el surgir en base a su esfuerzo, estudiar, el desarrollarse. Ése es el pensamiento mayoritario de los chilenos, y son ideas de centroderecha. Por lo tanto, aunque la gente no lo sepa, es mayoritariamente de centroderecha. El error ha sido que los partidos del sector no han sido suficientemente hábiles para comunicar a la gente su verdadera filosofía. Pero si uno logra mostrarle a la gente que eso se encarna en los candidatos de centroderecha, debiera ser una elección ganada para un postulante del sector y particularmente para Golborne.