Por Juan Andrés Quezada Enero 17, 2013

¿Por qué compiten?

Tras la encuesta CEP de noviembre y diciembre de 2012 -que arrojó en primarias un 67% a Michelle Bachelet, seguida por Andrés Velasco con un 6%, Ximena Rincón con un 2%, Claudio Orrego con un 1% y con menos del 1% a José Antonio Gómez- para muchos las primarias de este sábado 19, en que la DC definirá su candidato presidencial, no tienen sentido.

No obstante, los equipos de Orrego y Rincón tienen razones de sobra para justificar esta apuesta. Es una forma de mostrar la identidad del partido, exponer sus ideas y posicionarse en el centro político. En las últimas semanas, ambos competidores han tenido presencia en la prensa y participado en cuatro debates presidenciales televisados. Además, hasta ahora la DC nunca ha estado sin precandidato presidencial: Andrés Zaldívar llegó a primarias en 1999 y Soledad Alvear se bajó en 2005 poco antes de la elección. Eventualmente a ambos candidatos también les servirá bajarse en favor de Bachelet y luego negociar cupos en el equipo de campaña y, si resulta ganadora, en el gobierno.

“Éste es el único partido del país que va a elegir y no designar a su candidato o candidata a través de una primaria abierta y vinculante”, afirmó el martes Ignacio Walker.

Número de votantes

“Lo vengo diciendo desde octubre: no votaré en las primarias. Y por una razón muy simple: en la campaña municipal le pedí a mi gente en Curicó, Hualañé, Molina… que votaran por los candidato DC para que después juntos trabajáramos por Bachelet. Y voy a ser consecuente”, dice el diputado Roberto León, precisando que todos los candidatos DC hicieron propaganda junto a la ex presidenta.  Efectivamente, antes de la campaña, el partido envió una pregunta a sus postulantes para definir la publicidad: ¿con quién le gustaría aparecer en su propaganda? Bachelet arrasó en las respuestas, seguida de lejos por Alvear y muy atrás por Orrego y Rincón.

Por éste y otros motivos como el calor, las vacaciones y la escasa publicidad que han tenido las primarias existe preocupación en la mesa y en los respectivos comandos. Al respecto, hay cierto consenso de que si llegaran a votar menos de 26 mil personas (universo de la última elección interna), sería un fracaso que podría acelerar el respaldo a Bachelet. Entre 30 mil y 50 mil sería un número razonable para legitimar al ganador. Y de ahí para adelante, toda cifra fortalecerá a la DC y a su candidato de cara a las primarias, definidas por ley para el  30 de junio.

Gana Orrego

Extraoficialmente, Orrego tenía contemplado 6 mil votos en Peñalolén (su ex comuna) y otros tantos en La Granja, donde cuenta con el respaldo del ex edil Claudio Arriagada y de su sucesor Felipe Delpin. Con estas dos comunas, su equipo estima podría sacarle ventaja suficiente a Rincón.

El plan posterior a un triunfo es un período breve de vacaciones y una gira con el fin de posicionarse como el candidato único de la DC. La estrategia no será enfrentar -ni criticar- a Bachelet, como por ejemplo lo hizo Velasco, sino que a Laurence Golborne y Andrés Allamand. El objetivo es subir varios puntos de cara al trabajo de terreno que hará la CEP en marzo, que permita enfrentar al bloque del partido que es partidario de no ir a las primarias de la Concertación.

Otro de los objetivos de los partidarios de Orrego será tener participación en la nueva directiva y, por ende, tener control del partido.“No queremos que nos pase lo que pasó el 2005 con Alvear y Adolfo Zaldívar, donde la mesa del partido tuvo un nulo respaldo a su candidata presidencial”, señala un miembro del equipo del ex edil. Para ello no está claro si se presentará un candidato o buscarán una mesa unitaria.

Consciente que la ventaja de Bachelet es amplia, el sector que apoya a Orrego también apuesta por tener poder al momento que la DC converse con la ex mandataria, tras las primarias.

Gana Rincón

Su equipo denunciará cualquier anomalía detectada en el proceso eleccionario de este sábado, más aún si las cifras son estrechas o se detectan acarreos de votantes. Apoyada por liderazgos regionales como Yasna Provoste, Martín Zilic y el diputado Víctor Torres, Rincón apuesta a la victoria gracias al respaldo de las regiones, el mundo sindical y los pescadores, de los que logró adhesión durante la tramitación de la Ley de Pesca.  De triunfar,  tiene planificada una gran gira nacional tras un período de vacaciones junto a sus hijos. Según señalan en la DC, durante la campaña interna y los debates en TV, la senadora ha registrado mayor  respaldo en los sondeos entre las personas que no militan en el partido. Por ello, su desafío es incentivar a este grupo a votar en las primarias. A diferencia de Orrego, apoyaría la opción de Aldo Cornejo a la presidencia del partido y buscará pactar con él llegar hasta las primarias de junio con el apoyo total del partido. Aunque ha sido cauta, Rincón es de las pocas figuras DC que no han temido deslizar críticas contra Bachelet.

Nueva directiva

Este jueves, en el Espacio Broadway será la proclamación informal de Cornejo como candidato a la presidencia del partido. Junto a Jorge Pizarro, el diputado por Valparaíso es uno de los parlamentarios más cercanos a Bachelet y ya cuenta con el respaldo de 14 de los 19 diputados.

Hasta hoy no tiene competidores para los comicios previstos para el 16 de marzo. Todo dependerá del resultado de este sábado, ya que el plazo de inscripción de candidaturas vence el 15 de febrero. Si Rincón llegara a perder, algunos estiman que se podría entusiasmar con la presidencia de la colectividad. En el mismo escenario, si Orrego lograra una victoria solida, en su equipo estiman que buscará impulsar una lista liderada por Alberto Undurraga. Otra variable por definir es si Walker buscará la reelección, apoyado por Gutenberg Martínez. Muchos interpretan sus críticas al PC como un gesto al sector  conservador del partido (los guatones) para que respalde su reelección. Una alternativa es que Orrego se sume al apoyo o a Walker o negocie una mesa unitaria.

CEP y Junta Nacional

Tres eventos -y variables- confluirán en abril para definir el rumbo del partido de cara a las presidenciales. A menos de dos meses de las primarias se publicará una encuesta CEP que, de repetir el bajo apoyo a Rincón u Orrego (según quien resulte electo este sábado), pondrá la “bajada” del candidato propio como tema en la junta DC prevista para mediados de mes. “Si la CEP viene mala, vendrá una andanada encabezada por diputados para bajar a Orrego, que tendremos que estar preparados para enfrentar”, señala un partidario del ex alcalde, confiado en un triunfo este sábado.

El factor PC

A principios de mayo, con la decisión presidencial resuelta, la DC deberá ratificar el pacto parlamentario con el PC, que dirige uno de los militantes más cercanos a Bachelet, Víctor Maldonado, y que será la antesala del acuerdo programático de la oposición.

El lunes, durante el relanzamiento de un libro de Carlos Ominami, Gutenberg Martínez advirtió que “si nosotros pretendemos ganarle a la derecha por la izquierda estamos cometiendo un equívoco monumental”. Días antes, Alejandro Foxley -durante un seminario organizado por la Universidad Miguel de Cervantes-  llamó con fuerza a defender las ideas del humanismo cristiano y cuestionó los llamados a cambiar las reglas del juego acordadas por todos los actores políticos. “Nuestro sello es resistir la tentación de cambiar esas reglas cada vez que exista una ventaja transitoria de poder”, dijo el ex canciller.

Es un hecho que en la DC existe división frente al pacto con el PC. Mientras el bacheletismo representado por Maldonado y la vicepresidenta, Laura Albornoz, entre otros, apoya decididamente pactar con Guillermo Teillier, Walker ha criticado en los últimos meses al comunismo.  “La DC no va a formar parte de una coalición política con el PC”, señaló a La Tercera a fines de noviembre. En diciembre ambas directivas acordaron la preparación de un seminario para abordar los derechos humanos en el siglo XXI. La idea del evento, que se realizará en marzo, es delimitar las diferencias y acuerdos que existen sobre el tema. Así se intentará que los asuntos conflictivos, como la situación de Cuba, vayan por un carril diferente a la relación institucional entre las colectividades.

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