Giorgio Jackson (25) aún no tiene candidato presidencial. No acepta que los partidos de la Concertación le pongan esa condición a Revolución Democrática -el movimiento que representa- para competir en las elecciones parlamentarias. Desde la vereda opuesta, Felipe Kast (35) ya entregó su apoyo a Andrés Allamand y disputará en las primarias de RN un cupo senatorial. Todavía no decide por dónde. En el consejo general de RN de este sábado fue invitado para explicar las ideas de Evolución Política, su nuevo movimiento.
En esta conversación, ambos representantes de la nueva generación discuten sobre programas, ideas y financiamiento de campañas. Además, critican a los políticos históricos y discuten sobre la urgencia de renovar la política.
-¿Por qué decidieron comenzar sus carreras políticas fuera de los partidos? ¿Desconfían de ellos?
-Jackson (J): Más que desconfianza, que es un tema transversal de la juventud hacia la política, generamos un referente para construir un lugar donde uno se sienta cómodo haciendo política. Los referentes que existen llevan muchos años de prácticas e ideas que no hacen eco con lo que estamos proponiendo desde nuestro movimiento.
-Kast (K): Hay una generación de personas que piensa que lo público es su lugar, pero por motivos históricos, programáticos y de forma sienten que la oferta política es limitada. No seguir la ruta lógica significa ayudar a que las dinámicas internas de los partidos se revisen a sí mismos. Esto es una crítica a muchos independientes que no han podido articularse. Uno tiene que asumir su responsabilidad y ella no pasa por adscribir a lo que existe.
-¿Esta nueva generación se cansó de la forma como se hace hoy política?
-K: Queremos articularnos sin tener que cargar con varias de las formas que tiene la actual oferta política. Los dos partidos de la derecha se gestaron en un Chile polarizado. Somos una generación más admiradora de lo que hemos construido, pero consciente de que con la política actual es difícil construir una sociedad justa, que requiere de ciertos acuerdos transversales que con los dogmatismos que tenemos es difícil que se produzcan.
-J: Nacimos el 2011, a partir de una experiencia: la frustración. El camino para muchos hubiera sido ingresar a un partido, pero nos encontramos con una pared para avanzar en los cambios que la ciudadanía demandaba. Generar una alternativa que nazca desde ese motor dice que el monopolio de la disputa por el poder no está sólo en los partidos actuales.
-Pero ustedes necesitan de ellos…
-J: Tenemos tres precandidaturas a diputado (Santiago, Providencia-Ñuñoa y Talca) y estamos invitando a competir y apostando a que en función de un programa común podamos romper los espacios del binominal. Eso implica un esfuerzo nuestro por acercarnos, y de los otros por abrir esos espacios. No estamos pidiendo nada regalado: queremos competir contra los partidos de la Concertación, en un bloque que tenga puntos comunes.
-K: Este sistema que criticamos tiene una válvula de escape, que pasa por dejar de decir que un cupo le pertenece a alguien, sino que está abierto a la competencia. Si yo no sintiera que es la derecha desde donde quiero construir no ocuparía este mecanismo. En RN estuvieron abiertos a abrir el binominal.
-J: Es legítimo que cualquier grupo organizado tenga visiones de disputa de poder. Será la gente la que evaluará si tienen legitimidad o no. Hasta ahora hemos dependido de la voluntad de los partidos y esperamos que no sea así, porque es una relación asimétrica, de dominación.
-Usted no va a aceptar -como lo hizo Kast- que lo condicionen al apoyo presidencial.
-J: Hemos planteado que si no hay un programa de por medio no hay posibilidad de discutir apoyo presidencial. Si no hay una discusión sobre el rol que debe asumir un gobierno es difícil poner un cheque en blanco, para mantener el statu quo. Si las condiciones que se ponen son de chantaje, nosotros vamos a ir por fuera.
-¿Qué tan avanzadas están sus negociaciones con los partidos?
-J: Han sido intercambios. Planteamos que hay un vacío político no sólo en gente que es independiente -y que nosotros tratamos que sean parte de un colectivo- sino que al interior de los partidos: muchos han encontrado que ya no tienen las convicciones que los movían antes. Creemos que podemos aportar mayor representatividad.
-K: Veo una inconsistencia entre querer participar con la Concertación, pero no ser parte del mismo lote. Llevan un año de vida y siento que han sido lentos en definir el eje programático y las condiciones para competir.
-J: Lo que queremos hacer no tiene que ver con la lógica de que ellos legítimamente puedan decirnos que no. De hecho, lo pueden hacer. Los estamos invitando a que sean oposición, y eso significa que tienen que abrirse más que sólo a quienes componen su coalición de gobierno. Para la coalición parlamentaria puede abrirse un espacio más grande y que después de las primarias o en segunda vuelta pueda converger hacia un apoyo presidencial.
-¿Y por qué querrían perder poder gratuitamente?
-J:Porque tienen una representación del 20% de Chile y tienen el 55% del Parlamento. Tienen una sobrerrepresentación gigantesca. Eso los hace ser inconsistentes con el espíritu democrático.
-¿Qué distinto ofrece Revolución Democrática a la oferta de la Concertación?
-J: Reformas políticas, modelo de desarrollo y ciudades justas. Queremos educación pública gratuita, de excelencia en todos los niveles y que el Estado intervenga mayormente en la política de suelos, entre algunos de los varios puntos que nos distinguen.
-K: En eso la Concertación está de acuerdo. En una votación sacarías mayoría.
-J: Ofrecemos un espacio de construcción colectiva que se basa en principios como la diversidad y la igualdad. La desigualdad no se da sólo en términos económicos, sino sociales, culturales y políticos. Debemos discutir una democracia liberal representativa versus una democracia participativa. Apostamos por la segunda. Para nosotros, el matrimonio igualitario es un tema de derechos humanos. Si tienen razones sicológicas para no adoptar, eso rige para parejas homo y heterosexuales. No hay ninguna evidencia de que eso afecte el desarrollo de los niños. El aborto no es un problema valórico, es sanitario. Muchos se dicen pro vida, yo no creo ser pro muerte por constatar que existe una cantidad de abortos ilegales gigantesca.
Las dos rutas
-Es curioso que varios de los que crearon Horizontal hoy sean candidatos de RN y no de Evolución Política…
-K: Es legítimo que haya personas que amplían la cancha con un nuevo referente y que haya otros que lo hagan al interior de los partidos, para que a través de ellos se abra espacio a gente nueva. Dentro de ellos, el poder lo tienen quienes han conducido la política los últimos 30 años.
-J: Nosotros tenemos un estatuto que lo construimos participativamente y lo votamos entre todos, y que parte del principio territorial con ciertos grados de autonomía. Eso es una gran diferencia con respecto al funcionamiento de los partidos. A mí me cuesta ver las diferencias entre Evolución Política y la oferta de la derecha. Nosotros tenemos un movimiento que es nacional, es un esfuerzo pequeño, somos de 3 mil a 5 mil, y los miembros activos que se juntan en comisiones a trabajar son entre 300 y 500. Yo peso lo mismo que alguien que esté en Magallanes o en Concepción.
-K: Nosotros somos distintos a los partidos de derecha. Tenemos una lógica de células regionales muy fuertes y autónomas. Parte de la desigualdad que existe se da porque las regiones se sienten postergadas. En los partidos, tampoco existe una visión clara respecto a lo que es una sociedad justa. Si miras el lenguaje que se ha ocupado en los dos partidos, sin desmerecerlos, ninguno ha planteado con claridad lo que es una sociedad justa y lo que nos falta para alcanzarla.
-J: ¿El sueño de la meritocracia?
-K: El sueño de una sociedad justa pasa por garantizar que los privilegios no se hereden y que se den las condiciones para que exista libertad. No ha existido en la centroderecha esa convicción, o al menos no se ha materializado en un proyecto político. Nuestro sector no ha logrado que la sociedad nos crea que la movilidad social es algo que estamos anhelando. Ello significa sobreinvertir en educación.
-J: ¿El gobierno de Piñera no lo ha hecho?
-K: El gobierno ha hecho muchas cosas interesantes -me parece excelente lo que ha hecho Harald Beyer, que es parte de nuestro movimiento- pero el camino a recorrer está lejos de estar concluido. El otro punto es que tenemos un sector que no ha manifestado pública y políticamente su aprecio por la diversidad. Nuestra generación tiene una particular sensibilidad frente a aquello. Hay personas en nuestro sector a las que el Acuerdo de Vida en Pareja no les acomoda. Eso es un error.
-¿Qué opina Evolución Política del matrimonio homosexual, del aborto?
-K: Hay muchas visiones, pero todas ordenadas por el valor de la diversidad. Nadie no está de acuerdo con el AVP. Espero que en la medida que nos vayamos consolidando podamos llegar a acuerdos más finos, como el matrimonio homosexual. En el caso del aborto, lo rechazamos, somos pro vida.
-J: Escuchándote, creo que tienen sólo diferencias de forma con los partidos de derecha…
-K: Son ejes distintos. Cómo organizas el poder. Y el sueño de la igualdad. Ciertas banderas se han diluido en el discurso de que el crecimiento económico soluciona todo. Ésa es la caricatura que hay de nuestro sector. Lo que más nos diferencia de los partidos de nuestro sector es la reflexión y las ideas. Hay una frustración muy grande cuando transformas la política en una máquina electoral. Nuestros políticos hablan muy poco de las convicciones y mucho más del efectismo: las elecciones se transforman en palomas y lucas. Toda virtud que tuvo en su minuto la UDI popular, que logró entrar con su mensaje y su reflexión a las bases, hoy se ha ido erosionando.
-¿El cambio no se puede producir desde adentro?
-K: No tenemos por qué hacerlo dentro de un partido, si no nos sentimos identificados con las formas. Estamos cansados que los privilegios se repartan por haber hecho la cola mucho tiempo y no de manera competitiva, y diferimos de muchas de sus ideas: me tocó procesar como ministro dos leyes muy importantes para hacer de Chile un país distinto: el Ministerio de Desarrollo Social y el ingreso ético familiar. De los dos partidos no existió una gran pasión por estos proyectos.
-J: De alguna manera y para no asustar, Evolución dijo que no eran un partido político. ¿Funcionan como movimiento o como red de contactos? ¿Cómo ven el dinero y la política? Uno de los factores que han afectado a la política chilena es la gran influencia que tienen los grupos económicos en ella. No veo que eso cambie en el grupo que está impulsando Felipe. Nuestro patrimonio son nuestras bicicletas. Queremos ejercer nuevas formas de financiamiento y eso exige creatividad: apostaremos por el crowdfunding, para que muchos aporten montos más bajos, no sólo porque es más participativo, sino porque no dependes de alguien.
-¿Pero en todas partes del mundo los candidatos pueden recibir aportes privados?
-J: El financiamiento debe ser transparente y eso es una exigencia que vamos a poner: uno regula el hecho de que las personas puedan ejercer presión sobre ti. Los políticos están muy influenciados por los donantes. Ésa es una nebulosa que Evolución debiera despejar.
-K: La clave es la transparencia. El modelo de financiamiento debe ser más parecido a una fundación, como el Hogar de Cristo. Que lo fuerte sea el crowdfunding, y eso permite ganar la independencia que se requiere. No creo que la idea sea que ningún privado pueda aportar, pero tiene que tener un tope.
-J: ¿Cuál es la justificación de que uno pueda tener más dinero que otro para competir si tiene las mismas firmas?
-K: Parte de la pega es convencer a ciudadanos comunes y corrientes, como lo hizo Obama en su campaña de 2010.
La poítica del miedo
-K: El país cumplió un ciclo. La generación que ha gobernado el país durante los últimos 30 años -Longueira, Insulza, Aylwin- construyó muchas cosas. Y la generación anterior a la mía no fue capaz: no ha tenido un recambio filosófico y conceptual importante. Esa generación no ha logrado revitalizar la política como un espacio en el cual confiamos para cambiar las cosas que no nos gustan y nos hacen desconfiar de nuestro modelo de desarrollo. Si esta generación no está a la altura, corremos un serio riesgo de que esa sensación de que veníamos construyendo grandes acuerdos se acabe. Ha habido falta de arrojo, falta de convicciones. Primó la política del piloto automático. No ha habido convicción de que la política social era la herramienta que teníamos para doblarles la mano a las injusticias de origen. Hay una deuda con lo social.
-J: ¿Lo dices porque Piñera prefirió blindar a Lavín llevándolo al ministerio que tu encabezabas?
-K: Lo que fue frustrante en esa salida es una cierta desconfianza en las nuevas generaciones. Me dolió porque sentí que se podía haber apostado a la nueva generación que estaba priorizando lo social como herramienta de construcción de legitimidad de nuestro proceso de desarrollo. Fui superado por lógicas de corto plazo y no de largo plazo.
-J: ¿No consideras autoritario que el presidente les haya prohibido a algunos ministros participar en el acto inaugural de tu movimiento?
-K: El presidente tomó una determinación que yo no comparto. En esta pasada yo no quería salir, pero el presidente me pidió que no trabajara para Evolución Política. Eso era traicionar un proceso.
-J: Nuestro movimiento quiere salir de la lógica de actuar con la política del miedo. Escuchando a Felipe siento que por su afán de construir es políticamente correcto. En su posición, yo tendría mucha rabia. Y a pesar de la convicción que tengo por construir un espacio de colaboración, considero que las identidades son importantes. Pertenezco a esa generación que perdió el miedo a esas disputas, a la confrontación, a decir las cosas aunque sean dolorosas. No ser amable con Piñera por sus últimos gestos no es algo nocivo. Permite construir lo que queremos en el largo plazo. En el corto, nosotros estamos dispuestos a asumir los costos. Eso es una diferencia muy grande entre Revolución Democrática y Evolución Política.