El próximo jueves 28, el Servicio Electoral hará llegar un documento a todos los partidos políticos. Ese día vence el plazo legal para que el organismo entregue su revisión de las rendiciones de gastos hechas en la campaña municipal de octubre del año pasado. E informará cuáles son las devoluciones que legalmente le corresponden a las colectividades y candidatos. Sin embargo, la fecha está lejos de ser esperada con alegría en las instituciones.
Aunque no se han dado a conocer aún las cifras oficiales, los cálculos indican que el aporte del Estado a las campañas bajará entre $1.400 millones y $1.700 millones con respecto a la anterior elección municipal, en que se recibieron $8.400 millones. Es más: algunos partidos ni siquiera recibirán un reembolso, y otros quedarán muy por debajo de los cálculos hechos previamente, con fuertes deudas que afrontar y de cara a un 2013 que nuevamente presenta gastos elevados, con campañas primarias, parlamentarias y presidenciales.
La cifra cobra relevancia al compararla con los $2.194 millones que resultan de los gastos declarados por las principales colectividades en 2010 al Servel. Es decir, equivale a entre el 60% y el 70% del financiamiento total del sistema en un año normal. Por eso, en las últimas semanas los tesoreros de los partidos han empezado a desplegar esfuerzos para contactar a militantes y donantes habituales, buscando fondos para paliar el déficit.
Aun cuando el tema se maneja con discreción, ha habido algunos gestos públicos. El más relevante fue el que dio en diciembre el presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín, cuando reconoció que su partido quedó con más de $400 millones de deuda tras la campaña municipal. Pero tras bambalinas, la preocupación es compartida. De hecho, varios presidentes de partido han sondeado la posibilidad de introducir reformas que apunten a un financiamiento permanente para los partidos.
Sin embargo, las señales apuntan a que no habrá modificaciones en el corto plazo. Mientras tanto, los partidos sacan cuentas y esperan a abril para cerrar sus balances. Éstos son los pronósticos reservados.
Error de cálculo
Cuando la directiva de RN hizo en agosto de 2012 el cálculo de cuánto dinero gastaría en las elecciones municipales pasadas, se puso en un escenario pesimista en relación a los dineros. Consideró que el partido mantendría su votación, pero que habría una baja de aportes privados a cerca de la mitad, por lo que calculó el mismo presupuesto que había ocupado para la elección de 2008, en torno a $1.500 millones.
Sin embargo, hubo un elemento que falló: su proyección indicaba que, en el peor de los casos, cerca del 60% del padrón electoral iría a votar; es decir, en torno a ocho millones de personas. Finalmente, votaron poco más de cinco millones y medio, el 40% del padrón y un millón menos que en la elección municipal previa. RN mantuvo su porcentaje de sufragios, pero bajó en su cantidad de votos por alcaldes y concejales en 200 mil y 150 mil, respectivamente. Osvaldo Carvajal, tesorero del partido, afirma que el error de estimación les costó cerca de $200 millones. “Pero si volviera a hacer el cálculo con los antecedentes que tenía en ese momento, volvería a caer en el mismo error”, dice.
Lo que pasó en RN es fiel reflejo de la situación de la mayor parte de los partidos. Esto porque la alta abstención fue un fenómeno imprevisto y que afectó directamente a las contabilidades. La explicación está en la fórmula para calcular los aportes del Estado a los partidos: un pago de 0,015 UF por cada voto recibido, que se entrega tras la aprobación de las cuentas por parte del Servel. Para esta elección, la cifra fijada fue de 338 pesos. Pero hay que restarle un anticipo que se da previo a de los comicios, de 0,01 UF ($225) por voto recibido en la elección anterior.
La abrupta baja de votantes provocó algo inédito: que algunos partidos tengan entre sus cálculos no recibir el reembolso, pues será inferior al adelanto. Ese escenario se reconoce en RN y en el PS. En este último partido, y pese a que subieron dos puntos en la votación de concejales, la diferencia entre la estimación inicial y los fondos que se percibirán finalmente ronda los $100 millones.
El partido más votado, la UDI, tampoco sacó cuentas alegres. En su directiva señalan que recibirán $200 millones menos de lo que pronosticaron. El tema fue abordado en la reunión de directiva de la semana pasada, y se acordó reforzar un plan de captación de fondos apelando a aportes de militantes y a donaciones.
Al otro lado del espectro político, en el Partido Radical afirman que su estimación se quedó corta en alrededor de $60 millones. En el PPD, las cuentas son un poco más alegres: plantean que la diferencia está en torno a los $40 millones, debido a que la directiva fue una de las pocas que trabajó considerando un escenario pesimista: cerca de un 15% menos de votantes que en la elección previa, cifra que igual se vio superada. Sin embargo, no se libran de los problemas económicos: en marzo, la colectividad se retrasó más de 15 días en algunos de sus pagos a colaboradores y personal. En el PC, aunque no dan cifras, miembros de su directiva reconocen haber vivido el mismo fenómeno de sobreexpectativas.
Por su parte, el secretario general del PRI, Eduardo Salas, dice que los 350 mil votos que obtuvo el partido en la elección de concejales le permitieron recuperar buena parte de los fondos invertidos, aunque reconoce que los cálculos internos pronosticaban que votara más gente y así llegar a los 500 mil sufragios, lo que les hubiera dado cerca de $40 millones adicionales. “El que está más feliz es el ministro de Hacienda, porque va a tener que pagar menos”, señala entre risas.
La única colectividad que afirma no tener un problema en relación con las expectativas de las rendiciones es la DC. Su secretario nacional, Víctor Maldonado, asegura que trabajaron bajo un escenario ultraconservador y en coordinación con los candidatos. “Puede que otros se hayan equivocado. Pero nosotros no nos pasamos películas”, es su síntesis.
El precio de competir
Los partidos no sólo se verán afectados por sus rendiciones de gastos directas. La ley de financiamiento de campañas estipula que los candidatos recibirán un reembolso de 0,3 UF ($677 en esta elección) por cada voto. Las colectividades pueden acceder a ese dinero mediante dos fórmulas: un poder del propio postulante que certifique que fue su partido el que corrió con los gastos de campaña, o la asignación de los excedentes en caso de que el aspirante haya gastado menos que el máximo fijado por ley para la devolución en cada comuna. Sin embargo, las colectividades afirman que esta última opción será prácticamente imposible por el nivel de gastos de la campaña. “Casi todos ocuparon más allá de su reembolso”, afirma un alto directivo de la UDI.
La anécdota refleja una preocupación que surgió a partir de los últimos comicios. Transversalmente, los partidos afirman que las campañas se volvieron más caras. Al cambiar del padrón antiguo al sistema de inscripción automática y voto voluntario, y debido al ingreso de cinco millones de nuevos votantes, el tope máximo de gastos que se fija para cada comuna se elevó enpromedio un 60%. De hecho, el total de gasto autorizado para los partidos fue de $72.977 millones. Pero la devolución de fondos se mantuvo exactamente igual. El cálculo es que alcanzará a cerca del 10% del total.
Morales hace un ejercicio: en 2008, Pablo Zalaquett ganó la elección en Santiago invirtiendo un promedio de $2.300 por cada sufragio, superando su límite de gasto (de $85 millones) en casi $30 millones. En la elección de 2012, y asumiendo que hubiese gastado el límite permitido por la ley, cada voto le habría costado $4.450. Casi el doble, y sin el resultado exitoso. “Como había expectativas de que iba a votar mucha más gente, los partidos empezaron a hacer campañas de forma mucho más masiva. Y el sistema estimula el clientelismo”, señala.
Sin cambios a la vista
Hace dos semanas, cuando el gobierno anunció que repondría la tramitación de la ley de partidos políticos, las colectividades recibieron una mala noticia: La Moneda no incluyó un apartado referido a su financiamiento permanente, algo fuertemente apoyado por las directivas.
En Palacio explican que tras realizar una ronda de consultas, se decidió que la administración Piñera no impulsará cambios para entregar fondos a los partidos. El análisis es que una medida de este tipo sería tremendamente impopular en un año electoral, y además jugó en contra que las colectividades no lograron llegar a un acuerdo sobre una fórmula que convenciera a todos, como quería inicialmente La Moneda.
Si bien dichos fondos no están directamente ligados con el financiamiento electoral, en los partidos se afirma que hay una necesidad de hacer cambios que abarquen ese ámbito. En las colectividades se comenta que salvo el PS y el PC, que han logrado administrar fondos propios de forma eficiente, el resto tiene fuertes deudas. Por eso se prevé que una vez que el proyecto esté en discusión, algunos parlamentarios buscarán que La Moneda incluya un cambio que vaya en esa línea.
De hecho, a mediados del año pasado los senadores Hernán Larraín (UDI) y Soledad Alvear (DC) solicitaron al Ejecutivo que incluyera el tema en el proyecto de partidos políticos. “Es indispensable legislar no solamente respecto a las campañas, que es lo que hoy día existe, sino respecto del funcionamiento permanente, porque permite tener partidos institucionalizados, más serios, y establecer mecanismos de transparencia y fiscalización. Y finalmente los hace independientes, porque ¿cómo funcionan hoy día? Pasando el platillo”, reconoce Larraín.
Alvear apunta a que “para muchos existe una caja negra. Existe un predominio del dinero, lo que no es justo ni bueno. Va en detrimento de candidatos sin recursos, no hay igualdad. Siendo impopular, creo que es importante”.
Ambos plantean que pedirán al Ejecutivo que patrocine una indicación, pese a que reconocen que es muy difícil un cambio a corto plazo. Larraín lo resume así: “No hemos tenido éxito en convencer al gobierno, en parte porque éste es un proyecto impopular. Todo el mundo reconoce su necesidad, pero nadie se atreve a dar el paso”.
Cifras
- RN: $300 millones es el déficit tras las elecciones municipales. Afirman que recibirán cerca de $200 millones menos de lo estimado de parte del Estado.
- UDI: $200 millones menos de la proyección es la cifra que manejan en el partido. Ya se empezó a hacer una campaña entre militantes y donantes.
- PS: $100 millones es la diferencia entre las estimaciones y lo que percibirán como aporte fiscal. De todas formas, las finanzas del partido son sólidas: tiene más de $6.000 millones en patrimonio.
- PRSD: $60 millones menos que el cálculo inicial recibirán en ese partido, según estimaciones internas que manejan miembros de la directiva.
- PPD: $40 millones es la diferencia que reconocen en la colectividad entre sus proyecciones y la devolución que recibirán en unas semanas.
- Aporte estatal: $7.000 millones será aproximadamente la devolución que hará el Estado a los candidatos. En la anterior eleccion municipal, la cifra que alcanzó el aporte a los postulantes fue $8.400 millones.