En el CEP esperaban que la visita cumpliera con el ritual de las antiguas campañas presidenciales, cuando los candidatos y sus equipos iban a pasar el examen de la elite económica. Pero se llevaron una decepción.
"Los economistas del CEP creían que iban a escuchar el programa de gobierno, eso es no entender de política. Las tropas no van a mostrar las estrategias de combate antes de ponerse de acuerdo con los aliados", señaló Patricio Hales.
“En una escala de 1 a 10, qué cree usted: ¿la principal responsabilidad por el sustento económico de las personas está en el Estado o está en las personas mismas?”. La pregunta descolocó a Alberto Arenas. Se le vio incómodo y titubeante y finalmente respondió sin jugársela por dar un número. El pasado 16 de mayo el jefe económico y programático de Michelle Bachelet dio una charla privada ante el auditorio repleto del Centro de Estudios Públicos (CEP); unas 200 personas, principalmente empresarios, economistas y académicos, que querían conocer de primera mano las definiciones de quien se menciona repetidamente como eventual ministro de Hacienda de un próximo gobierno. Pero el balance final de los asistentes no fue positivo.
“No dijo nada”. “Varios esperaban tranquilizarse con sus palabras, pero salieron más nerviosos”. “Fue políticamente correcto, mucho lugar común”. “Nos dio los títulos de las canciones pero no nos cantó la letra”. “No tiene el pedigrí académico de Velasco o de Eyzaguirre”. “Lo aplaudieron porque son caballeros, pero claramente no hubo cervezas después”. “Quedó al debe”. Estas son algunas de las apreciaciones de una decena de asistentes a la exposición que accedieron a evaluar -aunque sólo en forma anónima- la performance del economista del PS y ex director de la Dipres. Critican que Arenas en su conferencia “Desigualdad, gobernabilidad y crecimiento”, se apegó a un ceñido libreto, criticando a La Moneda, remarcando puntos de consenso, pero sin entregar definiciones sobre los planes para un gobierno de Bachelet.
El momento que reflejó la tensión de la jornada se vivió cuando el jefe del área de políticas sociales del centro de estudios, Sergio Urzúa -encargado de formular las preguntas- sorprendió a Arenas al plantearle el mismo cuestionario económico que realiza el CEP en su encuesta nacional y que obliga a tomar posición. “Queremos conocerlo mejor -le dijo-. Esto lo contesta la gente todos los años. Qué cree usted: ¿los ingresos deberían hacerse más iguales, aunque no se premie el esfuerzo individual o debería premiarse el esfuerzo individual aunque se produzcan importantes diferencias de ingresos? ¿Educación, trabajo duro o ambición, qué elementos son los más importantes para surgir en la vida? ¿Bonos o programas, cómo el Estado debe apoyar a las personas pobres?”. Las inusuales preguntas complicaron al economista, que no estaba preparado para una interpelación directa y optó por responder con cautela. “También puede contestar paso”, bromeó Urzúa.
EL ZORRO
Doctor en economía de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, Arenas es destacado entre los economistas como un técnico de primer nivel que se maneja a ojos cerrados en materia de finanzas públicas y en su área de especialidad, la previsión social. A diferencia de los ex ministros de Hacienda que ha tenido la Concertación como Andrés Velasco y Nicolás Eyzaguirre, que no tenían expertis político antes de llegar al gobierno, el economista que asesora a Bachelet tiene una larga trayectoria política, redes en los partidos y habilidad como negociador. “Ha sacado adelante unas 10 negociaciones presupuestarias”, dicen quienes lo conocen, ya que antes de ser director de Presupuestos en la administración bacheletista, colaboró con Mario Marcel en esa misma repartición. Entonces lo apodaban “el zorro”. Sus amigos decían que era el cuarto hombre más poderoso del gobierno, después de Ricardo Lagos, Eyzaguirre y Marcel. Militante de las Juventudes Comunistas en los años 80, desde los 90 se integró a las filas del PS donde se le reconoce como hombre de Camilo Escalona. En el gobierno de Bachelet se le calificó como el guardián de la billetera y uno de los artífices de la reforma previsional. Su doble cargo en el comando y su control sobre las 15 comisiones de Bachelet terminaron de empoderarlo.
Con ese currículum llegaba al CEP a validarse frente a sus pares. Allí, en tanto, esperaban que la visita cumpliera con el ritual de las antiguas campañas presidenciales, cuando los candidatos y sus equipos iban al CEP a pasar el examen de la elite económica y obtener su visto bueno. Pero se llevaron una decepción. “El problema fue que Arenas llegó a dictar cátedra y allí no les gusta eso”, señala uno de los economistas presentes. “Habrá un tiempo de más definiciones después de las primarias”, respondió el economista PS ante las insistentes preguntas que pedían anuncios concretos, como cuando José Antonio Guzmán, presidente de Habitat, le consultó sobre la AFP estatal, o cuando, al referirse a los proyectos energéticos paralizados, se limitó a decir que el gobierno “respetará la institucionalidad”. Lo mismo ante las dudas sobre la propuesta de reforma tributaria. Cuando el economista jefe de LarrainVial, Leonardo Suárez, lo interpeló para que aclarara si la mencionada reforma tocará el Fondo de Utilidades Tributarias (FUT), Arenas respondió con un seco “a usted no le voy a dar la exclusiva”.
Varios empresarios esperaban resolver esa tarde la interrogante sobre el FUT, una de las posibles medidas que más inquieta al sector. El mecanismo creado en los años 80 para postergar el pago de impuestos de los ingresos reinvertidos en las empresas, genera amplio debate en el área económica. Mientras sus detractores sostienen que es un sistema obsoleto que facilita la evasión tributaria, quienes lo defienden dicen que ha sido el motor de la inversión y el crecimiento de las últimas décadas y que cualquier modificación debe ser gradual y a futuro porque las empresas no tendrían caja para pagar esos tributos extra. “Los empresarios prefieren que les suban los impuestos a que les toquen el FUT”, señalan.
La exposición también estuvo marcada por un entredicho entre Arenas y el ex presidente del Banco Central, Vittorio Corbo. Ocurrió en momentos en que el vicepresidente de la Sofofa, Alfonso Swett, preguntó por las contradicciones entre la cifra de holgura fiscal entregada por Arenas al nuevo gobierno al dejar la Dipres, y la calculada por una comisión de expertos presidida por Corbo y que era mucho menor. Corbo y Arenas discutieron sobre la metodología para estimar dichas cifras. Según los presentes, el economista PS lo enfrentó de igual a igual.
Entre los asistentes se encontraban figuras como Eliodoro Matte, Jorge Errázuriz, Jorge Desormeaux, Lucas Sierra, Alvaro Fischer, Leonidas Montes, Fernando Alvear, Bernardo Fontaine, David Gallagher, entre otros. También Lucy Bennett, asesora de confianza del ministro de Hacienda, Felipe Larraín. Según uno de los presentes, fue Andrés Bianchi, director del BCI y empresas Copec uno de los pocos que al término del encuentro en forma cordial le hizo saber sus aprensiones a Arenas. “Bianchi le dijo, yo lo felicito, pero usted dijo cosas de consenso y no nos explicó lo importante, cómo se va a hacer”, sostiene un economista.
CÁLCULOS EN EL COMANDO
Arenas llegó al CEP acompañado por un importante contingente de figuras del bacheletismo, como Ricardo Lagos Weber, Andrea Repetto, Dante Contreras y Patricio Hales. El diputado PPD aclara que si Arenas no entregó definiciones concretas es porque no va a haber programa diseñado hasta después de las primarias, cuando se sumen al comando los equipos de Claudio Orrego, Andrés Velasco y José Antonio Gómez se acuerden las ideas en común para la candidata única. “Los economistas del CEP creían que iban a escuchar el programa de gobierno, eso es no entender de política. Las tropas no van a mostrar las estrategias de combate antes de ponerse de acuerdo con los aliados”, señaló. Según dijo, la charla de Arenas era para hacer un diagnóstico de la situación del país y sus necesidades fundamentales.
Fuentes del comando, aseguran que Bachelet ha mantenido una buena relación con el empresariado y realiza comidas periódicas y reservadas con pequeños grupos de ellos. Sin embargo, en el equipo bacheletista han tomado nota del recelo que pueda generar la figura de Arenas en algunos sectores, en momentos que se discute sobre una “izquierdización” de la campaña tras recibir el apoyo del PC e integrar a sus militantes a los equipos de trabajo. Un colaborador del comando agrega que aunque Arenas partió con fuerza, el nombre del posible ministro de Hacienda aún es un misterio que se empezará a despejar después de las primarias. En el comando dicen que a Arenas le juega en contra dedicarse a la microeconomía -es un presupuestista- al contrario de los tres últimos ministros de Hacienda, especialistas en macroeconomía y con estudios en Harvard. No obstante, analistas económicos creen que para llevar a puerto reformas complejas e importantes como la tributaria, educacional y previsional se requieren precisamente las habilidades de un microeconomista, más aún si tiene manejo político para conseguir acuerdos en el Congreso. En cualquier caso, en el entorno de Bachelet ya se barajan otros rostros posibles que generarían mayor respaldo como jefe económico entre los asistentes al CEP, como el de Marcel o el del ex presidente del Banco Central José de Gregorio (DC).
Según un economista que lo cuestionó en el CEP, “Arenas aún tiene cuenta corriente para pagar, siempre y cuando lo haga en el próximo par de meses y con propuestas claras y bien presupuestadas”. El mundo empresarial y académico está atento a los próximos pasos del comando de Bachelet como la entrega de los resultados de la comisión tributaria. Ahí, todos esperan que Arenas sea el protagonista.