Por Paula Comandari Julio 4, 2013

"Es primera vez que me toca una campaña de un democratacristiano cuya estructura comunicacional es decir que él es de centro. Cuando yo tengo que decir reiteradamente que soy algo es porque no lo represento".

Juan José Santa Cruz luce cansado. Aunque está feliz: dirigió la campaña de Andrés Velasco, que inesperadamente obtuvo un segundo lugar en el pacto Nueva Mayoría, alcanzando un 13% de los votos. Dice que espera que Michelle Bachelet los llame para escuchar sus propuestas económicas y educacionales. Porque, según él, es la única manera de crear una verdadera coalición de centroizquierda.

Mientras repasa lo que fue esta campaña, desliza una fuerte crítica contra la DC, partido al que oficialmente renunció en marzo, el que según él hoy representa a unos pocos y donde “existe una convivencia familiar interna con altos grados de violencia intrafamiliar”.

Este fin de semana Santa Cruz estará en Buenos Aires para tomar nuevos aires y volver a trabajar en la mejor fórmula para capitalizar el 13% de un electorado que para él “representa un mundo nuevo, moderno y más liberal”. La idea es partir con un movimiento que terminaría en un partido político.  

-¿Cuál es la mayor satisfacción después de esta campaña?

-El gran mérito es haber puesto un liderazgo en la órbita; instalar una forma de hacer política que encarnó bien Andrés Velasco, un candidato  que dice, con ánimo pedagógico, cosas impopulares que estimábamos correctas. Creo que eso se perdió: los políticos hoy van mucho más con la calle, con lo que dicen las encuestas.

-¿Cuáles fueron los puntos clave de esta campaña?

-Decidimos focalizarla  en las zonas urbanas grandes y botar las demás. No teníamos tiempo ni recursos para abarcar el resto. Parte de nuestro discurso  apuntó a representar “el nuevo Chile”: más joven, más moderno, más liberal. Lo otro que percibimos es que plagar las calles con carteles no funcionaba. Sirve cuando un candidato tiene bajo reconocimiento y necesita que la gente lo conozca, pero no genera adhesión. Esa forma descarada de hacer política, a la cual estamos acostumbrados en este país, ya no funciona. Lo que sí vale es que la gente lo lea, lo escuche y lo vea hablar.

-¿La alta votación en Santiago Oriente apunta a que intentaron persuadir a la elite?

-El discurso fue más percibido por profesionales jóvenes, el mundo de la educación superior y técnica. Ahí tuvimos sintonía. En la zona oriente (Distrito 23) obtuvimos 30 mil de nuestros 280 mil votos. Eso indica que el triunfo fue más allá de ese mundo.

-En el comando de Bachelet creen que gran parte de su electorado fue de derecha.

-De la Concertación nos acusan que gente de derecha, que ellos no quisieran, votó por nosotros. Ellos deberían estar agradecidos porque ampliamos la participación: gente que no votaba por este pacto sí lo hizo. Descalificar a un tipo de votante me parece una ceguera, una miopía.

-¿Subestimó Andrés Allamand la candidatura de Velasco? Finalmente, fue él quien se apoderó de sus votos…

-El de Allamand fue un discurso tradicional. Cometieron un error: que bastaba con el electorado duro de derecha para ganar la elección, y se olvidaron de que había un mundo nuevo que captar.

"VIOLENCIA INTRAFAMILIAR"

-¿Pensaron que alcanzarían el segundo lugar?

-Casi siempre pensamos que le íbamos a ganar a la DC. El partido dejó botado a un mundo que nosotros recogimos. Con el aprecio que le tengo, en parte yo renuncié a él porque sentí que no hacían esfuerzos por diferenciarse de la izquierda. Orrego tampoco lo hizo: es primera vez que me toca una campaña de un democratacristiano cuya estructura comunicacional es decir que él es de centro. Cuando yo tengo que decir reiteradamente que soy algo es porque no lo represento.

-En el espectro actual, él representa mejor al centro, ¿no?

-Me cuesta catalogar hoy a la gente como de izquierda, de centro o de derecha. Este país cambió y ahí yo creo que nosotros hicimos una lectura correcta. Hoy existe un sector con otro tipo de definiciones, que no tiene la carga ideológica del Sí y del No, que tiene aspiraciones distintas y una visión valórica menos conservadora. La DC no representa este mundo.

-Pero la DC nunca ha representado a ese mundo.

-Uno tiene que evolucionar con el tiempo. Si quieres representar a un mundo que se restringe cada vez más, tú también te restringes. Ése es un error de ellos. Hasta hoy se siguen mirando el ombligo y hablan entre sí sin mirar lo que pasó. Ése es un problema al que le veo poca solución. Quienes van a evaluar los resultados son los mismos responsables de las decisiones que se tomaron.

-¿Murió el centro democratacristiano?

-Es cada vez más reducido. Hoy existe un mundo más propio de la modernidad. Entre nosotros la mayoría somos católicos, pero valóricamente somos más abiertos, con una mirada menos prejuiciada y más afín con estos tiempos. Mi mayor tema con la DC es que, por complejo, dejó de lado a un mundo que le ha ido bien: la DC ayudó a que a mucha gente le fuera mejor, y el partido no quiso representar a esas personas con más recursos y más educación.

-Usted transitó desde la DC a un nuevo centro liberal…

-Se produjo una oferta que ampliaba los tradicionales ejes de la política.  Pero en esta sociedad, con mayor crecimiento económico -que ha permeado a más gente-, hay patrones culturales más diversos, y no tan compartimentados como antes. La DC le habla a su militancia dura. El error de ellos es que se puede tener discursos más abiertos sin transar valores.

-Orrego perdió en zonas  con importante representación parlamentaria. ¿Cree que la DC se jugó por él?

 -Parcialmente, como suele ocurrir. Esto no tiene nada de novedoso. Cuando yo apoyé a Soledad Alvear, la presidencia en manos de Adolfo Zaldívar señaló que no estaba cuadrado con ella. Existe una convivencia familiar interna donde hay grados de violencia intrafamiliar altísimos.

"CHOCLÓN DC"

-Velasco insistió esta semana en sus diferencias con Bachelet. Rechaza la gratuidad en la educación, la AFP estatal, la reforma tributaria. ¿Se desmarcó?

-Lo que se pretende es una gran coalición de centroizquierda -donde en estas primarias nosotros concertamos ese centro mejor que nadie- que considere algunas de nuestras propuestas. Si nuestras ideas no están presentes, el gobierno pasa a ser uno de izquierda.

-Desde el comando evalúan que Bachelet podría hacer guiños en temas valóricos y reformas políticas, pero no en económicos y tributarios. ¿Le basta para apoyarla?

-Esperamos que los técnicos del comando escuchen buenos argumentos. No puedo manifestar si eso colectivamente basta, en mi visión no. Si no podemos influir en materia económica, no apoyaría a Bachelet.

-Con su alta votación ella no tiene la necesidad…

-Sería sólo por voluntad. El apoyo de ella es tan masivo que tiene toda la libertad  de considerar o no otras opiniones. La adhesión ciudadana que ella concita, la concita ella. Por eso me pareció impúdico el choclón DC que llegó a su comando sintiéndose victorioso.

-¿Cómo capitalizarán este 13%?

-La idea es formar un movimiento que debiera terminar en partido político. Porque para proyectarse hay que hacerlo dentro de la institucionalidad. Aunque sin apuros.

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