Por Josefina Ríos Agosto 22, 2013

© José Miguel Méndez

"Marco me dijo que se estaba yendo más hacia la izquierda. Me quedó claro que yo no podía ir con él en esta pasada (...) Posteriormente, me llamó Lavín para invitarme a trabajar en el programa de Evelyn Matthei. Acepté encantado"


"La reforma tributaria también puede ser un instrumento de crecimiento. La mayoría de la gente cree que sólo sirve para recaudar más, pero ese es sólo uno de sus aspectos, además puede buscar eliminar distorsiones"


Las ideas económicas de Paul Fontaine han cambiado poco desde el 2009, año en que debutó en política cuando redactó de su puño y letra el programa de gobierno del candidato de centroizquierda Marco Enríquez-Ominami. Eso, sin embargo, no fue impedimento para que la candidata presidencial de la derecha, Evelyn Matthei, lo sumara al consejo multidisciplinario que está detrás de la confección de su propio programa. “La discusión y las diferencias de opinión son bienvenidas”, dijo la candidata de la Alianza al presentar al grupo de expertos la semana pasada, sentencia que el economista de la UC con un MBA en la UCLA se  tomó a pecho. Aclara que no está sólo para la foto y que quiere participar activamente en el trabajo que se realice en las comisiones de libre competencia, energía y reformas al sistema tributario y previsional. 

Fontaine no le teme a las desaveniencias con sus pares más ortodoxos y asegura que las medidas que se impongan en el programa no serán aquellas aprobadas por la mayoría del consejo, sino las que más le gusten a Matthei, con quien, admite, mantiene una gran sintonía ideológica.

-Sus ideas son parecidas al programa que presentó Andrés Velasco para las primarias. ¿Por qué decidió apoyar la candidatura de derecha y no la de la oposición?

-Debo hacer una regresión temporal. Me involucré en políticas públicas el 2008, porque era amigo de Marco Enríquez-Ominami. Elaboré un programa de gobierno para él, un documento que en mi opinión le aportó mucho a su candidatura por varios motivos: primero, porque era transversal, en parte porque yo tenía una imagen de un economista más de derecha. Segundo, el programa estaba bien hecho, eso fue reconocido por la gente de Frei y la de Piñera. Si miramos a Andrés Velasco en 2009, él no hablaba de las cosas que enarboló como banderas para las primarias. De hecho, los temas que él puso en el tapete este año son temáticas que propusimos desde la candidatura de Marco, por ejemplo los temas previsionales y la reforma tributaria. 

-En esta elección ME-O también compite. Llama la atención que no lo apoye y, en cambio, integre el equipo programático de la candidata de la derecha. 

-Hace como ocho meses me junté con Marco y me contó que estaba trabajando con un economista y que estaban ideando un programa que incluía el tema del impuesto a la riqueza, el IVA diferenciado y no sé que otros disparates más. Lo que le dije a Marco en ese momento fue que yo no iba a apoyar ninguna medida -porque yo no apoyo personas, sino que apoyo ideas- que no fuese razonable desde el punto de vista económico. Entonces él siguió con ese equipo trabajando en ideas distintas. 

-Pero las ideas son encarnadas por personas. Cuando hablamos de Evelyn Matthei, lo hacemos de una mujer que milita en la UDI. ¿Cómo llega a su candidatura?

-Marco también me dijo esa vez que se estaba yendo más hacia la izquierda. Me quedó claro que yo no podía ir con él en esta pasada. Después de eso recibí un llamado de Andrés Allamand: me pidió que colaborara con su programa económico. Le dije  que feliz, pero faltaban apenas dos o tres semanas para la primaria, por eso le comenté que era conveniente que entrara después de la elección al equipo definitivo. Pero eso no sucedió. Posteriormente, me llamó Joaquín Lavín para invitarme a participar en el programa de Evelyn Matthei. Acepté encantado. Días después me reuní con él, Jorge Desormeaux y la Evelyn a conversar.

-¿En qué términos fue esa conversación?

-Les dije que encantado los apoyaba y que entendía que podía ser bueno que una persona como yo participara en esa candidatura, pero que tampoco servía que yo los apoyara si las medidas que quedan finalmente yo no las avalo. No tiene sentido que sirva sólo para la foto, es nada creíble y poco sostenible en el tiempo. Pero en esa reunión vimos que teníamos varias coincidencias. Ahora lo que hay que hacer es ver qué es lo que sale finalmente de las comisiones de trabajo.

-Matthei dijo que las diferencias en su equipo son bienvenidas y promovidas. ¿Un equipo tan diverso será capaz de ponerse de acuerdo?

-No creo que sea imperativo llegar a acuerdo. Me imagino que este consejo debiera funcionar como opera un gobierno, en el que tienes un presidente, que en este caso es la Evelyn, y tienes un consejo de ministros que reciben propuestas de las distintas comisiones. Como en un gobierno, no gana la idea más votada, gana la idea que más le gusta al presidente. Los consejeros discutiremos las ideas, pero no creo que haya una votación: es la Evelyn quien va a elegir la que le guste y convenza más. 

-¿Siente sintonía ideológica con Evelyn Matthei?

-Con ella mucha. Igual como la sentí con Sebastián Piñera cuando nos reunimos tras la primera vuelta en 2009. Tengo mucha sintonía con el presidente y creo que las medidas que tomó finalmente su gobierno las tomó él, porque si fuera por Cristián Larroulet o Felipe Larraín no se hubieran tomado jamás. Las ideas que tomó el gobierno que en mi opinión son claves, como limitar depósitos convenidos y la reforma tributaria, las tomó el presidente. En estos momentos siento que con la Evelyn tengo una consonancia de ideas fuerte, con los demás  economistas pienso que vamos a hablar en términos técnicos, pero considero que esto no es un tema de mayoría, porque si fuera así sería muy bruto y si fuera por unanimidad sería imposible. 

 

"NO ME INTERESA SER UNO MÁS DEL GRUPO" 

Usted tiene vocación de díscolo: era de derecha con  MEO y progresista en el equipo de Matthei. 

-Sí, creo que el aporte real es bajo cuando todos piensan igual. A mí me gusta estar donde puedo aportar puntos de vista distintos, no me interesa ser uno más del grupo. 

-Uno de los temas que va a causar más debate en este grupo es la reforma tributaria: usted la defiende; Felipe Morandé dijo que es discutible, pero no  prioritaria; y a los representantes de LyD les gusta poco. ¿A cuál de estas visiones adhiere Evelyn Matthei?

-La Evelyn está abierta y de verdad va a revisar las distintas propuestas. Por ahora, no se ha inclinado por ninguna. 

-¿Sigue siendo partidario del flat tax como en 2009?

-Más que del flat tax, porque eso fue una simplificación del tema, lo que planteé fue un impuesto máximo a la renta equivalente al de las empresas y en 2009 lo propuse en 30% para los dos. Ahora puse un agregado que le copié a Warren Buffet y es que debería haber un impuesto a los ultrarricos que mantenga el impuesto en el 40%.

-¿Qué entiende usted por ultrarrico?

-Buffet lo delimita con ingresos a partir US$ 1 millón al año. Pero bueno, Evelyn está analizando todas estas ideas y ella no ha tomado una decisión al respecto.

-Matthei dijo que la reforma tributaria es una herramienta y no un fin en sí misma. Cuando usted habla pareciera que es un objetivo en sí mismo. Ahí hay una diferencia. 

- Sí, porque creo que la reforma tributaria también es un instrumento de crecimiento. La mayoría de la gente cree que una reforma tributaria significa recaudar más, pero ese es uno de sus aspectos. Ésta puede buscar además eliminar distorsiones, como impedir que las sociedades eludan y fomentarlas para que inviertan. O, por ejemplo, bajar el impuesto de timbres y estampillas, que es un impuesto al crédito, lograr tener un mercado de capitales más eficiente. 

-¿Y cuál es su opinión sobre la eliminación del pago del 7% en salud para los jubilados?

-Nunca estuve de acuerdo con esa política implementada por el gobierno de Piñera. Tampoco estoy de acuerdo con los seis meses de postnatal.

-Medida que impulsó con gran fuerza Matthei cuando fue ministra del Trabajo.

-Estoy en desacuerdo con esa política porque perjudica la empleabilidad de la mujer. Una de las ventajas que poseo es que soy empresario y tengo a más  de 500 empleados, trabajo en el mundo real y me junto con empresarios. La mayoría de ellos me dice que ahora es más complicado contratar a una mujer porque si se embaraza va a dejar más de siete meses el cargo. Pero bueno, ya está hecho.

 

SU PRIMERA PROPUESTA: IMPUESTOS NEGATIVOS

-¿Se considera un economista de derecha?

-Más que de derecha, soy un economista que promueve políticas económicas sanas. La economía tiene bastante de ciencia y hay muchas cosas que se demuestran con matemáticas y experiencia, son conocimientos robustos, especialmente en lo que es microeconomía. Soy un economista que entiende sobre los temas que llevan al progreso y sobre las distorsiones que no conducen a él. 

-¿A qué economistas sigue?

-Me gusta la Escuela de Chicago: Milton Friedman y Gary Becker, por ejemplo, son economistas muy buenos. Es importante esta base económica sólida y por lo mismo no estoy de acuerdo con algunas políticas económicas como las que impulsa Cieplan u otras que han aparecido en el comando de Bachelet de planificación industrial, yo no creo en eso. Creo en el mercado, pero que el Estado debe regular y corregir el mercado cuando es imperfecto, cuando falta competencia o existen abusos. También creo que en esta sociedad es importante que la gente que gana dinero producto del mercado, deba tener una carga tributaria que permita compensar y ayudar a la gente más desfavorecida del sistema.

-Entonces no comulga tanto con Friedman: él promovía la “teoría del chorreo”.

-La teoría del chorreo de Friedman en Chile ha sido mal entendida: él nunca dijo que ésa fuera la única vía de redistribución del ingreso. Él estableció que ese camino existe y eso es evidente: a mayor crecimiento todos ganamos. Pero él no dijo que esa fuera la única forma de lograr una sociedad más equitativa. Es más, una de las políticas que estoy proponiendo -y que Evelyn está analizando-, es aplicar una teoría de  Friedman que se llama negative income tax (impuesto negativo a la renta). Cuando la gente gana mucha plata paga un 40% de impuesto, cuando gana menos paga un 30% y así sucesivamente hacia abajo hasta llegar a 0% de impuesto. Pero cuando ganas muy poco sigues en cero, lo que propongo es que de un monto hacia abajo el impuesto sea negativo.

-¿Una especie de subsidio para la gente que gane menos de cierta cantidad?

-Claro, lo que propongo es un incentivo al trabajo. Es decir que el gobierno, por ejemplo a aquellos que ganen menos de $ 250 mil, les imponga su cotización de AFP. Porque hoy a una persona que gana $ 250 mil pesos le quitan el 12% de AFP más el 7% de salud, entonces están pagando un impuesto bastante alto, porque en todo el mundo  la seguridad social obligatoria es considerada un impuesto, y en estos casos es sobre todo su sueldo, porque las rentas altas pagan este porcentaje no por todo su salario, sino que hasta un tope. 

-¿Cómo fue recibida la idea en el equipo de Matthei?

-Es una idea innovadora, potente y de una justicia impresionante, pero hay que analizarla. Hoy trabajan comisiones programáticas en los distintos temas y aún la idea no está aprobada. No hay que olvidar que finalmente la candidata es quien va a aprobar y anunciar las diversas medidas. 

Relacionados