Los dirigentes del PC y la DC esperan que las negociaciones se cierren a la brevedad, ojalá antes de fines de septiembre. Y afirman que, tal como en 2009, el resultado influirá en la relación hacia el futuro.
En la DC plantean que es casi un hecho el respaldo a cuatro de los nueve candidatos del PC: Guillermo Teillier, Karol Cariola, Lautaro Carmona y Lorena Pizarro. Por su parte, los democratacristianos buscan apoyos para sus candidatos al Senado, como Soledad Alvear y Alberto Undurraga.
La cita del consejo comunal ampliado del Partido Demócrata Cristiano en Recoleta el pasado martes 27 de agosto tenía un punto principal en tabla. Los dirigentes debían decidir qué posición tomaría la colectividad en la contienda para diputado del distrito, ya que no lleva postulante. Las opciones eran dos: el PPD Óscar Santelices o Karol Cariola, dirigente de las Juventudes Comunistas y una de las cartas del PC para llegar al Parlamento. Pese a las antiguas diferencias entre ambos partidos, en la reunión se acordó un histórico respaldo a Cariola y el PC.
La declaración no quedó sólo en palabras. Los equipos de la DC en Recoleta ya están trabajando en la campaña, y el apoyo ya está internalizado en las directivas nacionales de ambos partidos. “La DC, no teniendo candidato en el distrito, mayoritariamente decidió apoyar la candidatura de Karol Cariola”, confirma el presidente comunal democratacristiano de Recoleta, Cristián Maureira. “No es ningún problema para nosotros. Hoy el PC es parte de la Nueva Mayoría y nosotros también”.
Para nadie es un misterio que la DC y el PC son partidos distantes en lo ideológico y en temas valóricos. Y que incluso algunos dirigentes democratacristianos, como el senador Patricio Walker, han puesto en duda que sea posible estar en una misma coalición de gobierno con los comunistas. Pero pese a eso, en los últimos cinco años han tejido una serie de vínculos políticos, que están a punto de concretar en algo que hace unas décadas habría parecido imposible: un pacto de apoyo mutuo a candidaturas parlamentarias en distintas zonas del país.
Hay un antecedente más. El acuerdo ya funcionó en la elección parlamentaria pasada, aunque bajo reserva. Algo que hoy reconocen todos los involucrados y que cimentó las bases para una buena relación mutua, más allá de las diferencias claras en el terreno político.
APOYOS CRUZADOS
A fines de agosto, se reunieron en Santiago representantes de las directivas de la DC y el PC. Pero mientras los democratacristianos estaban encabezados por su secretario nacional, Víctor Maldonado, los comunistas enviaron una delegación liderada por Juan Andrés Lagos y no por su secretario general, Lautaro Carmona. Querían dejar de lado cualquier sospecha, porque lo que se iba a conversar eran los apoyos cruzados en la elección de diputados y senadores. Y uno de los puntos que le interesan al PC es Copiapó, donde Carmona enfrenta una difícil disputa con Daniella Cicardini, la hija del alcalde de esa ciudad.
Quienes han estado al tanto de las conversaciones señalan que las pretensiones de ambos partidos están claras. La idea está basada en un principio pragmático: como apuntan a públicos muy diferentes, un pacto puede sumar fuerzas que de otro modo no estarían apoyando a los postulantes de cada lado. Aunque son cuidadosos en señalar que es un acuerdo “en proceso”, en la DC plantean que es casi un hecho el respaldo a cuatro de los nueve candidatos que llevan los comunistas: Teillier, Cariola, Carmona y Lorena Pizarro (Estación Central y Maipú), y que se está negociando el apoyo a Cristián Cuevas en Calama, aunque se reconoce que es más difícil, porque los democratacristianos también negocian respaldos del Partido Radical, y éste tiene allí al diputado que va a la reelección, Marcos Espinosa.
Por su parte, la DC busca apoyos sobre todo para sus candidatos al Senado. En esa lista, los que llevan ventaja son Soledad Alvear y Alberto Undurraga. La primera cuenta con el respaldo de la alcaldesa PC de Pedro Aguirre Cerda, Claudina Núñez, y el segundo ha realizado en las últimas semanas actividades con Pizarro, Cariola y el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue. “El PC podría apoyar a cualquier democratacristiano a lo largo del país, siempre y cuando sigamos construyendo en conjunto un proyecto para transformar Chile”, señala Jadue.
Otras candidaturas a la Cámara Alta que están en la lista son la de Carolina Goic y Gabriel Ascencio. Y en cuanto a diputados, el PC podría respaldar a varias figuras DC que han mantenido lazos con la colectividad, como Fuad Chahín (Victoria), Gabriel Silber (Pudahuel) y Claudio Arriagada (La Granja). También se evalúa apoyar a José Burmeister (Huechuraba), porque su rival es el PPD Daniel Farcas, a quien los comunistas critican por su rol en el caso de las Becas Valech.
Con todo, las negociaciones siguen abiertas. Por ejemplo, en el caso de Undurraga, en el PC reconocen que si bien lo ven con simpatía porque incorporó a la colectividad cuando era alcalde de Maipú, también hay un vínculo con su rival, Guido Girardi, uno de los promotores de ampliar la Concertación hacia los sectores de izquierda. Por eso, en las directivas se habla de que puede haber una situación intermedia: que en algunas zonas se deje la decisión a las directivas comunales o distritales.
En las colectividades aclaran que los pactos no son excluyentes y que son negociaciones similares a las que se dan con los otros partidos de la Nueva Mayoría. Por ejemplo, la semana pasada la DC y el PS anunciaron acuerdos de apoyo mutuo en las regiones de Valparaíso y Biobío. “Lo que nosotros tenemos que hacer primero, antes de decidir, es ver cuáles son los respaldos que vamos a recibir”, dice Lautaro Carmona sobre el PC.
Sin embargo, en los partidos también reconocen que por el hecho de ser entre dos partidos que han sido vistos como antagónicos la expectación puede ser mayor. En todo caso, ya hay un precedente que culminó con un buen resultado, y que, aunque nunca se reveló abiertamente, es un secreto a voces en la oposición.
LA NEGOCIACIÓN SECRETA
“Los lugares donde funcionó un apoyo del PC a candidatos de la DC no los podría especificar. Pero yo sé que funcionó y que jugó un rol bastante importante”. Así recuerda el hoy diputado Juan Carlos Latorre -presidente de la DC en 2009- lo que ocurrió en la elección parlamentaria pasada, la primera en que los comunistas llevaron candidatos al Parlamento al interior de la lista de la Concertación. Un pacto para el cual la venia de la DC fue fundamental, pero cuyos resultados estaban por verse.
Los comunistas llevaron seis candidatos. Y para ellos, una de esas postulaciones era especialmente emblemática: la del presidente del partido, Guillermo Teillier, quien competía en el Distrito 28 con el entonces diputado PPD Jorge Insunza. Aunque existía la posibilidad de doblar, también era una alternativa que uno de los dos quedara fuera. En esa encrucijada, los votos de la DC en la zona eran claves: la colectividad había obtenido 10,69% en el distrito en la elección de concejales de 2008 y tenía al alcalde de Lo Espejo, Carlos Inostroza.
Según dirigentes de ambos partidos, el PC y la DC llegaron a una fórmula que podía beneficiar a ambos: a cambio del apoyo a Teillier en el Distrito 28, los comunistas votarían por algunos candidatos de la DC en otras zonas del país. Entre ellos, Rodolfo Seguel en Calama, Eugenio Ortega en Renca y, el más importante, Andrés Zaldívar como senador por el Maule Sur. El principio partía de la base que ambos partidos no compiten por el mismo electorado y que, por ello, podían sumar fuerzas.
El entonces senador de esa zona por la Concertación, Jaime Gazmuri (PS), quien iba a la reelección, recuerda que en medio de su campaña había logrado sumar el apoyo de los comunistas locales, pero que un día antes de hacerlo oficial ellos se excusaron: le explicaron que había una orden distinta desde Santiago. “Y varios dirigentes comunistas hicieron después campaña por Zaldívar”, asegura.
El pacto quedó sellado, y tuvo gestos concretos. Por ejemplo, Teillier fue invitado a celebrar en San Miguel el aniversario 52 de la DC. Pero nunca se hizo oficialmente público. Ambos, el PC y la DC, coincidieron en que para los simpatizantes de ambos partidos podía ser difícil entender la naturaleza del acuerdo. No así para los militantes, que votaron en forma disciplinada: Teillier se impuso en San Miguel y Zaldívar en el Maule Sur.
En las directivas de ambos partidos hubo satisfacción. Según recuerdan, el éxito llevó a que el PC apoyara sin mayores complicaciones a Eduardo Frei Ruiz-Tagle en la segunda vuelta presidencial. El respaldo quedó en un bajo perfil, porque en esa época la Concertación estaba jugada a conseguir los votos de Marco Enríquez-Ominami. Pero el gesto no era menor: por primera vez el PC llamaba públicamente a votar por un candidato presidencial democratacristiano, tras omitirse en 1989 a favor de Patricio Aylwin.
En todo caso, entre los comunistas recuerdan que el partido históricamente ha estado dispuesto a pactos amplios, como el Frente Popular, que en la década de 1930 los unió con radicales y socialistas. Carmona lo define así: “El tema pasa por darse a la idea de que fuerzas políticas con miradas distintas tienen la posibilidad de coincidir y poner en el centro lo que une. Así se pueden lograr grandes avances”.
NUEVAS RELACIONES
El año comenzó tenso en las relaciones entre el PC y la DC. Claudio Orrego, el candidato presidencial del partido en las primarias opositoras, repitió en múltiples ocasiones sus diferencias con los comunistas, afirmó que no gobernaría con ellos de ser electo y los criticó por hacer una “oposición brutal” a la Concertación durante 20 años. A ello se sumaba la dura posición del presidente del partido, Ignacio Walker. “La DC no va a formar parte de una coalición política con el PC”, dijo en noviembre del año pasado, esgrimiendo -entre otros puntos- la posición comunista sobre el régimen cubano. Teillier contestó con un argumento que ha mantenido a lo largo de los últimos meses: “Muchos me preguntan cómo podemos pretender ir juntos con un partido que apoyó el golpe”.
El choque amenazaba con romper los vínculos forjados en los últimos años. En el PC, por ejemplo, no olvidan que Walker asistió al 24º Congreso del PC a fines de 2010, un hito en los lazos entre ambos partidos. A su vez, Teillier y el diputado Lautaro Carmona asistieron a la Junta Nacional de la DC. Y el ingreso de los comunistas al Congreso ayudó a forjar lazos entre parlamentarios.
Pero más allá de esos gestos oficiales, se tejió una relación a nivel de miembros de directivas. Por ejemplo, los secretarios de ambas colectividades, Carmona por el PC y Maldonado por la DC, mantienen un contacto fluido. Lo mismo ocurre con Juan Andrés Lagos, ex secretario general comunista y miembro de la Comisión Política, quien mantiene lazos con figuras como Eugenio Ortega, quien participa de un grupo de reflexión en el ICAL, el think tank del PC. A eso se suma que existe una generación de dirigentes de ambos partidos que se conocieron luchando contra el régimen militar cuando eran líderes estudiantiles, como Gabriel Ascencio, Fuad Chahín y Alberto Undurraga por la DC, y Daniel Jadue por el PC. En esa línea, las colectividades habían acordado realizar un seminario sobre derechos humanos donde se abordarían los temas conflictivos que los dividen.
Pero el amplio triunfo de Bachelet en las primarias cambió el escenario drásticamente. En la DC fue leído como “un error” de Orrego el apostar por una confrontación directa con el PC. Ignacio Walker y la directiva democratacristiana decidieron posponer el seminario hasta después de las elecciones y recomponer los vínculos con los comunistas, algo facilitado por el permanente contacto que mantuvieron Maldonado y Carmona. Así comenzaron los diálogos entre ambos partidos para lograr acuerdos de cara a la elección de noviembre. Incluso sobrevoló una fórmula que no se concretó: en agosto, la DC propuso incorporar al PC en la lista de Cores que estaba armando junto al PS. Y, aunque finalmente los comunistas optaron por sumarse al PPD y el PRSD en otra lista de consejeros regionales, las negociaciones parlamentarias siguieron en proceso. “En este momento, los partidos se orientan a conseguir el mejor resultado y a colaborar en la posibilidad de doblajes ”, dice Víctor Maldonado, el secretario nacional democratacristiano. “Ambas cosas necesitan buenas relaciones. Y con el PC, como con los otros partidos, tenemos muy buenas relaciones”.
Los dirigentes comunistas y democratacristianos esperan que las negociaciones se cierren antes de fines de septiembre. Y aunque aún está por verse si el acuerdo será público o no, reconocen que, tal como en 2009, el resultado influirá en la relación entre ambos partidos hacia el futuro. En especial ante un escenario que los podría tener por primera vez juntos en una coalición de gobierno.