Ambos movimientos acordaron trabajar en conjunto en temas legislativos. En ese ámbito jugará un papel clave Horizontal, el think tank dirigido por Hernán Larraín Matte, quien ha actuado de puente entre los dos grupos.
En su primer consejo ampliado, a fines de abril, Amplitud iniciaría los pasos para convertirse en partido. Para ese momento, además, Evópoli ya debería haber resuelto si se suma o no. “Tenemos muchas ideas similares, pero ellos obviamente tienen sus tiempos”, plantea Karla Rubilar.
El balneario de Las Tacas, en la Región de Coquimbo, fue el lugar escogido este año por Rodrigo Hinzpeter para pasar sus vacaciones. Tenía mucho que pensar. En las próximas semanas, el ministro de Defensa decidirá cuál será el próximo paso de su carrera política: si se mantiene en Renovación Nacional o se aleja del partido en el que se le considera la mano derecha de Sebastián Piñera. Pero en la colectividad hay un gesto que no pasó inadvertido: el ministro veraneó junto a la senadora Lily Pérez, cercana a él y uno de los rostros de Amplitud, el nuevo referente que la acoge a ella y a otros tres diputados que renunciaron a RN en enero.
En la derecha son días de espera. El regreso de vacaciones en marzo traerá una serie de definiciones en todo el sector. La salida de Piñera de La Moneda -y la resolución del lugar donde desembarcará para lo que todos pronostican como una carrera por repostular en 2017- provocará varias dudas en el escenario. Entre ellos, qué ocurrirá con Amplitud y con Evópoli, el movimiento liderado por Felipe Kast y Luciano Cruz-Coke.
Aunque todos dan por descontado el surgimiento de un tercer partido que se sume a RN y la UDI, la duda es si ambos movimientos lograrán confluir en una sola fuerza. A favor tienen una fuerte similitud ideológica; en contra, las dudas que existen, sobre todo en Evópoli, del verdadero rol de Piñera en la salida de los parlamentarios de RN y la posibilidad de que la nueva colectividad esté a su servicio. Si bien en Amplitud descartan ser un instrumento, sí reconocen que Piñera les ha hecho saber que apoya su proyecto. “Sabemos que él nos ve con buenos ojos”, afirma uno de los parlamentarios del nuevo grupo.
A eso se suma que ambos movimientos esperan nuevas incorporaciones tras el 11 de marzo. Mientras en Evópoli están enfocados en fichajes de profesionales jóvenes que hayan pasado por la actual administración, en Amplitud plantean que a lo menos un ministro y dos subsecretarios se sumarán al proyecto. A eso agregarán el desembarco de otras figuras, como alcaldes y concejales. Un nombre que suena es el del edil de Zapallar, Nicolás Cox. Además, ha habido conversaciones con diputados de RN, como Marcela Sabat y Diego Paulsen, aunque ambos han afirmado que por ahora prefieren permanecer en el partido.
LOS LÍMITES DE AMPLITUD
Un grupo de WhatsApp -creado unos días antes de que oficializaran públicamente su renuncia a RN- ha sido la forma en que los cuatro parlamentarios creadores de Amplitud se han mantenido coordinados durante febrero. El método ha servido para que el movimiento haya levantado vocerías en pleno verano sobre temas como el Acuerdo de Vida en Pareja o la crisis en Venezuela. Incluso en este último punto, con un comunicado cuyo borrador fue redactado por Karla Rubilar y luego visado por los demás legisladores.
El equipo ya se dividió tareas. Mientras Joaquín Godoy se ha hecho cargo de estudiar los pasos necesarios para convertir a Amplitud en partido político, Pedro Browne está a cargo de los temas parlamentarios y Rubilar se ha enfocado en el trabajo territorial. Lily Pérez, en tanto, ha desarrollado diversos contactos políticos.
El proceso ha sido seguido de cerca desde La Moneda. La buena relación de los parlamentarios con Piñera, Hinzpeter y la vocera Cecilia Pérez ha hecho que se mantenga una comunicación fluida. En Amplitud reconocen que además de ambos ministros, hay lazos con Juan Carlos Jobet (Trabajo) y Bruno Baranda (Desarrollo Social), todos ellos militantes de RN que han sido críticos de la conducción de Carlos Larraín. Si bien los cuatro secretarios de Estado se coordinaron en diciembre para responder a los ataques de Andrés Allamand a Piñera, cada uno resolverá por separado si se mantiene en el partido, se incorpora a Amplitud o renuncia para mantenerse como independiente. Con todo, ninguno comunicará su decisión hasta unas semanas después del 11 de marzo, por solicitud del propio mandatario.
En la agenda de Amplitud ya está fijado un hito: para el primer viernes de marzo, los cuatro legisladores iniciarán en una ciudad aún por definir una gira que los llevará durante ese mes a las 15 regiones del país. La cita marcaría su reaparición en conjunto. Sin embargo, los planes podrían cambiar. Por esas mismas fechas, Sebastián Piñera tiene contempladas varias actividades de fin de gobierno. Entre ellas, una cuenta pública para el jueves 6 de marzo. Y aunque ya se descartó invitar a algún representante de Amplitud para que participe en los comités políticos que quedan, en La Moneda reconocen que el mandatario podría hacer un gesto hacia el grupo en las ceremonias. “Vamos a asistir como bloque a todos los eventos que seamos convocados”, dice Pedro Browne.
El cronograma incluye un primer consejo ampliado, que se realizaría a fines de abril en el ex Congreso Nacional. Allí, Amplitud iniciaría los pasos para convertirse en partido hacia fines de año. Para ese momento, además, Evópoli ya debería haber resuelto si se suma o no a la propuesta. “Tenemos muchas ideas similares, pero ellos obviamente tienen sus tiempos. Ahora, nosotros desde el minuto 1 decidimos que íbamos a ser partido”, plantea Rubilar.
Durante febrero, un pequeño equipo recorrió desde La Serena hasta Concepción para reunirse con adherentes y simpatizantes. Además, los parlamentarios han tomado contacto con ministros, subsecretarios y profesionales del gobierno, además de reunirse con ONG como Iguales y la Fundación Amparo y Justicia. Sin embargo, en los primeros días de marzo los parlamentarios pretender dar un golpe de efecto: solicitarán reuniones con las bancadas de la Nueva Mayoría y con algunos ministros -entre ellos, Ximena Rincón, quien es la encargada de la coordinación con el Parlamento desde la Segpres- para marcar su independencia con RN y la UDI.
En ambos partidos han tomado nota de los movimientos de Amplitud. El análisis es que el peso del grupo se verá influenciado en gran parte por el rol que le entregue el nuevo gobierno, con la posibilidad de sumar votos que pueden ser necesarios para las reformas con quórums más altos. Sin embargo, un factor que se evalúa es que Michelle Bachelet y la Nueva Mayoría podrían abrir negociaciones directas con los partidos tradicionales de derecha, lo que complicaría el margen de acción del nuevo bloque.
EVÓPOLI EN LA ENCRUCIJADA
El 12 de abril es la fecha clave para Evópoli. Ese día, su consejo general deberá definir el rumbo del movimiento. Sobre la mesa está la propuesta de Amplitud de fusionarse y constituir un partido político único. Sin embargo, quienes están al tanto del debate interno afirman que el camino es muy incierto.
El temor en el bloque que lideran Felipe Kast y Luciano Cruz-Coke es que una eventual unión puede terminar desperfilando las ideas del movimiento. En varios correos que han circulado entre los cerca de 200 consejeros de Evópoli se plantea que no está claro el nivel de coordinación entre el presidente y los integrantes de Amplitud. Más aún, en las últimas semanas algunos militantes han advertido que sumarse a Amplitud sólo terminaría siendo una plataforma para que Piñera lanzara desde allí su candidatura en 2017.
Más allá de que Kast y Cruz-Coke fueron ministros del gobierno y que ambos valoran la obra de la administración Piñera, la relación de La Moneda y Evópoli en los últimos meses ha sido tensa. En el equipo político se les critica un exceso de personalismo y una “mirada elitista”. Por su parte, en el movimiento fueron muy críticos de la actitud del mandatario durante la elección parlamentaria y presidencial pasada, en que se le culpó de no apostar todas sus fichas pensando en una futura apuesta personal. Y entre sus líderes reconocen que si la idea fuera ser un partido instrumental para el actual presidente, “la negativa sería rotunda”.
Otro elemento que provoca recelo es que, aunque Amplitud tiene un mayor peso político -con cuatro parlamentarios contra uno de Evópoli-, el movimiento de Kast y Cruz-Coke tiene mayor presencia de base y planes para seguirse expandiéndose. Para este año está planificado el desembarco en universidades, y se está trabajando en construir una red de profesionales con experiencia en el actual gobierno que colaboren con el grupo. Junto con eso, hay interés por ampliar vínculos con otros movimientos más allá de la Alianza, como Red Liberal y Fuerza Pública -que lidera Andrés Velasco-, algo en lo que se diferencian de Amplitud, que ya declaró que su domicilio político es la actual coalición.
Con todo, en Evópoli ven con simpatías a varios de los integrantes de Amplitud, como Rubilar y Browne, con quienes Kast y Cruz-Coke trabajaron durante la campaña de Evelyn Matthei. Y, más allá de la eventual fusión, ambos movimientos acordaron trabajar en conjunto en temas legislativos. En ese ámbito jugará un papel clave Horizontal, el think tank dirigido por Hernán Larraín Matte, quien ha actuado de puente entre los dos grupos. Además, el comité ejecutivo del centro de estudios reúne a gente de ambas partes.
Otro factor que pesa a favor de una fusión es que los bloques tienen una plataforma ideológica similar, en que se desmarcan del régimen militar, abogan por un recambio generacional en la centroderecha y apoyan proyectos valóricos liberales como el AVP. Sin embargo, en el entorno de Kast y Cruz-Coke plantean que la decisión final irá más allá de esos factores. “La pugna hoy está situada en la dimensión política, no en la ideológica”, explican.
Además, en Amplitud y Evópoli reconocen que también se deberá considerar cómo quedan constituidas las directivas de RN y la UDI, que se renovarán en mayo. Nombres como Cristián Monckeberg y Ernesto Silva tienen una relación más fluida con ambos movimientos que las actuales jefaturas partidarias. Desde el piñerismo ven con interés que se genere un bloque de dirigentes “sub 45” con un perfil de renovación en la derecha. De hecho, a inicios de febrero representantes de esa generación -incluidos miembros de los dos partidos tradicionales- se reunieron en Horizontal para analizar el próximo período.
Más allá de eso, las conversaciones entre los dos movimientos siguen su curso. Aunque la última reunión entre ambas partes fue a inicios de febrero en la casa de Luciano Cruz-Coke, el acuerdo es que se volverán a juntar la primera semana de marzo. Será allí cuando empiece a definirse si tomarán un camino conjunto u optarán por dos vías para ganarse su espacio en la centroderecha.