"Habría que recordarles a los asesores bolivianos que la excepción u objeción preliminar de la competencia de la corte, -a la que se acogió esta semana Chile- está contemplada en el estatuto de la misma corte y normada en el artículo 79 de su reglamento"
"Debo recordar que cada vez que al ex presidente Salvador Allende se le preguntaba sobre la aspiración marítima boliviana, él respondía con la frase del ‘respeto a los tratados’. Es decir, en esta materia se ha mantenido una política consistente a través de gobiernos de distinto signo político"
La larga experiencia de Heraldo Muñoz en relaciones internacionales ciertamente lo convirtió desde el principio en un fuerte candidato al cargo que hoy ocupa, el de canciller del gobierno de Michelle Bachelet. Pero también le ha resultado útil a la hora de involucrarse más en detalle en la discusión abierta por Bolivia con la presentación de su demanda contra Chile ante la Corte Internacional de La Haya, cuya competencia será objetada por nuestro país, según anunció la mandataria el lunes pasado. Muñoz comenta que en su propia investigación, que ha incluido la revisión de libros y documentos de historia chilena y boliviana, se ha encontrado con varias sorpresas. “Diversos historiadores y académicos bolivianos han escrito que el Tratado de 1904 no sólo no fue impuesto por Chile, sino que su contenido fue sugerido por Bolivia a través de su ministro plenipotenciario en Londres, Félix Avelino Aramayo, bajo las instrucciones del entonces presidente boliviano, José Pando. Su sucesor, Ismael Montes, enarboló el proyecto de tratado como bandera de su candidatura presidencial, la cual ganó en mayo de 1904 por abrumadora mayoría. Más aún, el presidente Montes defendió el tratado durante la clausura del año legislativo 1904, diciendo que éste había asegurado -y leo textual- la ‘soberanía aduanera’ de Bolivia, agregando que ‘lo más distinguido de la sociedad boliviana, el pueblo en sus diferentes clases, jefes de todos los partidos, y los principales y prestigiosos líderes de las agrupaciones políticas han manifestado una opinión favorable a él’”, cuenta el ministro para rebatir el argumento central de Morales en cuanto a que el Tratado de Paz de 1904 fue firmado bajo presión. “La violencia de la invasión no puede generar derechos indefinidos ni inmutables”, señaló el presidente de Bolivia el martes pasado, un día después de que la presidenta Michelle Bachelet anunciara al país, a través de una cadena nacional, su decisión de impugnar previamente a la corte, con lo que se suspende la tramitación de la demanda boliviana y se abre paso a una nueva etapa procesal.
El ministro cuenta, además, que en su biblioteca se encontró con un conjunto de libros y textos sobre política exterior que pertenecían a Salvador Allende, entre ellos algunos escritos por él ex presidente, obsequiados a él por la viuda de Allende, Hortensia Bussi, antes de morir. Tras leerlos ha confirmado su idea, en cuanto que “ha existido una política consistente en esta materia bajo gobiernos de distinto signo político”.
-Varios dirigentes de izquierda han señalado que este gobierno tenía una oportunidad histórica e inmejorable para resolver el tema de la salida al mar de Bolivia. ¿Cuál es su opinión al respecto?
-Fue Bolivia quien demandó a Chile en la Corte Internacional de Justicia. Nosotros teníamos la mejor disposición de reponer el diálogo sobre la agenda de 13 puntos de la primera administración de la presidenta, pero la demanda, acompañada por una fuerte retórica del gobierno boliviano en contra nuestra, cuando apenas habíamos llegado al gobierno, puso obstáculos innecesarios al diálogo. Pese a todo, he reiterado que estamos disponibles para conversar, con respeto mutuo, sobre integración económica, transportes, cooperación cultural y turística, y tantos otros temas de interés común.
-Un grupo de parlamentarios de la Nueva Mayoría está a favor de buscar una salida al mar para Bolivia, ¿se escuchará esta opinión?
-Bolivia tiene acceso al mar. Chile le concede el más amplio y libre tránsito por nuestro territorio y puertos, otorgándole autonomía aduanera en Arica y Antofagasta, almacenamiento gratuito hasta por un año para sus importaciones y 60 días para las exportaciones, exención de gravámenes a la carga en tránsito y del IVA a los servicios prestados a esa carga, además de haber construido el Ferrocarril Arica-La Paz y el oleoducto Sica Sica- Arica, todo lo cual representa condiciones privilegiadas de acceso al mar y beneficios que ni empresarios chilenos ni de terceros países tienen. Estos beneficios para Bolivia le cuestan a Chile cerca de 100 millones de dólares anuales. Ahora, si se trata de una salida soberana para Bolivia, eso está cerrado. No es que yo lo diga. Así lo estableció el Tratado de 1904, y así ha sido durante 110 años. Como usted me preguntó sobre el apoyo a la aspiración marítima boliviana de ciertos parlamentarios de la Nueva Mayoría, varios de ellos de izquierda, debo recordar que cada vez que al presidente Salvador Allende se le preguntaba sobre la aspiración marítima boliviana, él respondía con la frase del “respeto a los tratados”. Es decir, en esta materia se ha mantenido una política consistente a través de administraciones de distinto signo político.
-El miércoles, el canciller boliviano, David Choquehuanca, insistió en acusar a Chile de “vulnerar” el Tratado de 1904, dando varios ejemplos, entre ellos la privatización chilena de los puertos de Arica y Antofagasta a partir de 2004. “¿Dónde está ese libre tránsito en todo momento y sin ninguna restricción?”, se preguntó el diplomático.
- Si Chile supuestamente no cumple con el libre tránsito establecido en el Tratado de 1904 como alega el canciller Choquehuanca, entonces por qué Bolivia ha incrementado el uso de los puertos de Chile para el movimiento de su carga de poco más de un millón de toneladas en 2009 a dos millones 700 mil toneladas en 2013. Las cifras hablan más fuerte que los discursos.
"TENEMOS QUE ANTICIPARNOS A LA CAMPAÑA BOLIVIANA"
-¿En la decisión de objetar la competencia de la corte primó un aspecto más político, en cuanto a dar una señal de dureza frente al gobierno boliviano?
-No, no hubo intención de mayor o menor dureza respecto al gobierno boliviano. La presidenta tomó en cuenta razones jurídicas y políticas, habiendo escuchado a los más amplios y representativos actores políticos. Lo fundamental fue la necesidad de comunicar inequívocamente que en este caso está en juego el principio de respeto a los tratados de límites, elemento central de la política exterior chilena y del derecho internacional, como está establecido en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados.
-Morales acusa de contradicción a Chile, de que se proclame como un país respetuoso del derecho y los tratados, pero rechace la competencia de La Haya.
-Esta afirmación resulta inexplicable. Habría que recordarles a los asesores bolivianos que la excepción u objeción preliminar de la competencia de la corte está contemplada en el estatuto de la misma corte y normada en el artículo 79 de su reglamento.
-El ex canciller Mariano Fernández en una entrevista en Pulso dijo que él creía que era mejor presentar el tema en la contramemoria por el riesgo de que si la corte rechaza esto ahora, Chile parte el juicio perdiendo.
-Había buenos y diversos argumentos respecto a la oportunidad de presentar las objeciones de competencia, ya sea de manera preliminar hasta el 15 de julio o bien junto a la contramemoria hasta el 18 de febrero de 2015. Como dijo la presidenta, no hubo argumento que no se haya sopesado u opinión que no haya sido examinada.
-El mandatario boliviano también ha sido insistente en criticar a Chile por no acceder a negociar con Bolivia.
-El presidente Morales no habla de cualquier negociación. Plantea que Chile está en la obligación de negociar una salida soberana al mar. Es decir, considera que estamos obligados a cederles territorio. No conozco ningún país del mundo que haya estado dispuesto a aceptar algo semejante. Eso está fuera de consideración.
-Usted anunció hace algunas semanas una campaña comunicacional para defender la posición chilena en el mundo, ¿existe temor frente a la arremetida de Bolivia?
-No hay temor, pues la demanda boliviana no tiene sustento jurídico. Pero al ser eminentemente política y comunicacional, creemos que hay que ir más allá de los sólidos argumentos jurídicos y anticiparnos a esta campaña de Bolivia. Estamos realizando algunas acciones con la debida reserva, y otras que son parte de la necesaria diplomacia pública que seguiremos desarrollando.
-¿Qué postura tendrá la Cancillería con Bolivia mientras esté presente el tema de La Haya?
-No hablaremos de la aspiración marítima de Bolivia, pero esperamos avanzar en los diversos temas de interés común en un marco de convivencia pacífica y cooperativa.
-En una entrevista, Marco Enríquez-Ominami ofreció su buena relación con Morales a la Cancillería para acercar a las partes, ¿qué le parece?
-Todo aporte para acercar a los dos países, excepto en el tema de la aspiración marítima que Bolivia decidió radicar en La Haya, es bienvenido. Hemos conversado al respecto con Marco. Espero se produzca el momento propicio, para que, sin agresiones verbales que no ayudan, podamos reponer un diálogo bilateral sobre aquellos asuntos donde podemos avanzar.
-¿Qué le pareció que el ex presidente Piñera solicitara públicamente que Chile impugnara la competencia de la Corte?
-No me parece que deba decirle al ex presidente cómo canalizar sus opiniones sobre este asunto. Este es el momento de la unidad nacional. No responderé a críticas hacia el ex Presidente Piñera y su gobierno en materia de política exterior, pues se trata de un asunto de Estado.