En el transcurso de sólo 17 días, ha tenido seis actividades públicas con la mandataria, quien no duda en abrir un espacio de su agenda para el más político de sus tres hijos. A varios llamó la atención que tras la CEP, Bachelet rechazara hablar con la prensa, pero sí lo hiciera Dávalos.
La fiesta de Navidad es una tradición de las primeras damas. Por años ellas han sido las encargadas de preparar el show infantil que se realizaba en el Estadio Nacional o en la Plaza de la Ciudadanía. Pero Sebastián Dávalos, el primer hombre en ocupar el cargo de director del Área Sociocultural de la Presidencia, decidió imprimir su sello personal al evento y le pidió a la asesora de confianza de su gabinete, la cantante Denisse Malebrán, organizar dos actividades masivas en el Parque O’Higgins el 20 y 21 de diciembre, donde los principales invitados sean las comunidades de inmigrantes y los menores del Sename, y el plato fuerte una inédita opera-rock para niños.
Después de nueve meses trabajando en silencio en su oficina en el ala nororiente del palacio de La Moneda, el primogénito de la presidenta Michelle Bachelet comenzó a adquirir protagonismo, exhibir los primeros resultados de su gestión y dar cuenta de un particular estilo, que está desempolvando la labor de fundaciones que solían pasar desapercibidas. En el transcurso de sólo 17 días ha tenido seis actividades públicas con la mandataria, quien no duda en abrir un espacio de su agenda para el más político de sus tres hijos. A varios llamó la atención que el pasado 3 de diciembre, cuando se dieron a conocer los malos resultados de la encuesta CEP, Bachelet rechazara hablar con la prensa, pero sí lo hiciera Dávalos, quien estaba junto a ella: “Uno no puede determinar el programa de trabajo de acuerdo a las encuestas. Nosotros creemos que hay lineamientos que están dados por la presidenta y vamos a seguir trabajando en eso”.
En el entorno del cientista político y magíster en Gerencia Pública (quien milita en el PS, aunque sin hacer vida partidaria), señalan que él no tiene problemas en hablar abiertamente de contingencia, y así lo ha hecho en su recorrido por el país. Con la próxima inauguración de un jardín infantil en La Araucanía va a haber visitado las 15 regiones de Chile, viajes que son acompañados con una fuerte agenda de medios, que incluye citas en la televisión local, entrevistas radiales y que ya registra más de 300 artículos en la prensa regional. Con su reciente participación en la Teletón como arquero en un partido de famosos -en que sacó mano a sus habilidades de cuando era cadete de la Universidad Católica- volvió a estar en el primer plano. En La Moneda comentan que si en marzo o abril nadie lo reconocía en la calle, de a poco se está convirtiendo en una figura pública con peso político propio.
En el oficialismo sorprendió la forma en que se ha ido empoderando de su cargo. Al contrario de las ex primeras damas, que dedicaban buena parte de su tiempo a las labores protocolares, como acompañar a los presidentes al extranjero, él no ha viajado afuera con Bachelet y sólo ha tenido dos actividades protocolares, por expresa petición de Cancillería: en junio recibir al príncipe Harry de Inglaterra, y la semana pasada acompañó a la primera dama de Canadá, Sharon Johnston, tras lo cual el gobernador general de Canadá, David Johnston, publicó en su Twitter: “A Sharon le encantó su reunión con Sebastián Dávalos”.
Lejos de las cenas y recepciones, la prioridad de Dávalos ha sido más bien entrar de lleno a la coordinación y funcionamiento de las siete fundaciones que preside (Prodemu, Integra, Fundación de la Familia, Chilenter, Orquestas Juveniles, MIM y Artesanías de Chile), todas entidades privadas, pero financiadas mayoritariamente por el Estado. Decidió intervenirlas de plano, poniéndoles metas altas, ordenando su administración y reenfocándolas bajo los lineamientos del gobierno. “Nunca nadie se había metido tanto en las fundaciones. Les está sacando trote”, dicen en La Moneda. Aunque su tarea no ha estado libre de polémicas.
LAS SIETE EN LA MIRA
Al asumir el cargo, Dávalos ordenó a todas las fundaciones hacer una lectura crítica del programa de gobierno, para definir cómo reorientar el trabajo de éstas hacia el cumplimiento de los compromisos de campaña. En concreto, si el programa anuncia la capacitación Sence de más de 300 mil mujeres y jóvenes, se ordenó a Prodemu hacerse cargo de buena parte de este compromiso. Si el programa contempla la construcción de 4.500 salas cuna y 1.200 niveles intermedios, se mandató a la fundación privada Integra, hacerse cargo de esto al mismo nivel que Junji, que depende del Ministerio de Educación. Esta decisión reavivó la antigua rivalidad entre Junji e Integra que disputan el control sobre la educación preescolar, y Dávalos ha debido hacer malabares para mantener el equilibrio entre ambas y en sus viajes a regiones visitar sedes de las dos entidades. Con una invitación a La Moneda y un protocolo de acuerdo, consiguió desactivar por el momento las protestas de los funcionarios de Integra, que exigen las mismas condiciones laborales que tienen los de Junji.
También intervino la Fundación de la Familia. Promovió cambiarle el nombre a Fundación de las Familias para darle un carácter más inclusivo y revaluó todos sus talleres y programas para adultos mayores y jóvenes (como clases de danza árabe, fabricación de mandalas o huertos caseros) para así darles un sello social, apuntando a que a las actividades de esparcimiento se sume información ciudadana durante las clases, que permita a las personas saber cómo acceder a beneficios sociales.
En lo que fue un “gallito” con el Ministerio de Desarrollo Social, Dávalos logró quedarse con el popular programa Fútbol Calle que supervisaba Fosis. Lo rebautizó como “Futbolazo” y reinventó el campeonato donde participan jóvenes vulnerables, agregando un “tercer tiempo”, donde se les da a los participantes ayuda de asistentes sociales e información para que se conviertan en “sujetos de derecho”.
Asimismo bajó su línea en fundaciones como Tiempos Nuevos, de quien depende el Museo Interactivo Mirador, invirtiendo en mejor infraestructura y pidiendo renovar la muestra, enfocándola hacia el área de la ciencia y la tecnología y retirando la exposición de la ex primera dama Cecilia Morel sobre el programa Elige Vivir Sano. En Orquestas Juveniles pidió ampliar el repertorio, que estaba centrado en la música clásica, hacia temas populares y que respondan a la identidad de cada región. Su plan es crear una academia para que los niños puedan dedicarse profesionalmente a la música o que su participación en las orquestas se les reconozca a nivel académico en las universidades.
Su mayor controversia la tuvo con la Fundación Todo Chilenter, que busca reciclar computadores para habilitarlos en organizaciones sociales y disminuir la brecha digital. Dávalos descubrió un desorden y abandono total en la organización, falta de inventarios, fallidas líneas de trabajo y bodegas con carcasas de computadores apiladas hasta el techo. De inmediato ordenó una auditoría a la entidad, que quedó bajo observación.
Aunque en administraciones anteriores se ha evaluado la conveniencia de seguir manteniendo estas fundaciones bajo el alero de la Presidencia y si no sería mejor distribuirlas en los distintos ministerios, los cercanos a Dávalos dicen que él tiene “corazón humanista, pero cabeza tecnócrata”, y en este sentido prefiere potenciarlas, ya que valora especialmente la eficiencia que pueden alcanzar estas entidades privadas para cumplir funciones públicas sin enredarse en la burocracia.
Desde las fundaciones, en tanto, comentan que si bien los funcionarios se sienten más exigidos, con mayor carga de trabajo, por otra parte destacan el que nunca antes habían sido considerados como parte del gobierno y responsables del programa y eso les genera un nuevo espíritu de cohesión.
MUESTRAS DE PODER
Un hecho que demuestra el poder que tiene Dávalos es el importante incremento de presupuesto para el 2015 que consiguió para sus fundaciones. En sus negociaciones con la Dirección de Presupuestos, obtuvo un aumento del 24,4% del financiamiento público para la fundación Integra respecto a 2014. La Fundación Artesanías Chile subió en un 28,8%, la Fundación Tiempos Nuevos en un 25%, para Orquestas Juveniles se pidió un incremento del 15,53% -que aún está siendo revisado por el Ministerio de Hacienda-, mientras que Prodemu y Fundación de las Familias tuvieron el reajuste real del 3%. Sólo Chilenter, que depende de un convenio bianual del programa Enlaces, bajó su presupuesto para el período 2015-2016 un 6,6%.
Aunque él es cauteloso en las reuniones de trabajo de ocupar el nombre de su madre -se refiere a ella como “la presidenta”, “la jefa” y sólo en muy contadas ocasiones como “mi mamá”-, en La Moneda reconocen que Dávalos goza de cierto poder o le abren más fácilmente las puertas por ser hijo de la mandataria. Así lo ha notado por ejemplo en sus viajes por el país cuando pide reunirse con intendencias, municipios o las Fuerzas Armadas para conseguir terrenos fiscales que puedan servir para la construcción de los nuevos jardines infantiles. Sus gestiones también lograron rescatar el antiguo Palacio Velasco de calle Santo Domingo, donde funcionaba el Tribunal Constitucional, para poder agrupar allí las direcciones de varias de las fundaciones que dirige, lo que a la larga significará un ahorro para el Estado.
En lo que va del año, prácticamente todos los ministros del gabinete ya han pasado por su oficina para coordinar programas conjuntos. Según el protocolo de La Moneda, son ellos los que deben acudir al Área Sociocultural y no al revés.
Fuentes de gobierno dicen que él no ha buscado tener mayor capital político, pero que esto se ha ido dando naturalmente y que podría aumentar si logra resultados exitosos para fundaciones a las que nadie prestaba atención. No obstante, hasta el momento no le han escuchado hablar de tener ambiciones de postular a algún cargo de elección popular y mantener el apellido Bachelet en política. Por el contrario, en su círculo dice que espera volver a la academia y al mundo privado y que el ser “hijo de”, le ha traído más costos que beneficios porque sus acciones son observadas con mayor celo, por lo que tiene prohibido cometer errores.