Por Juan Pablo Sallaberry Diciembre 23, 2014

1. "LA JEFA": Reuniones varias veces a la semana, telefonazos diarios, pero sobre todo numerosos mensajes de texto acerca de los más diversos temas es la forma de comunicarse entre Rodrigo Peñailillo y Michelle Bachelet. Como ministro del Interior logró mantener e incrementar la sintonía que tiene con ella desde que era su jefe de gabinete en el primer gobierno y luego su jefe de campaña. La mandataria valora su perfil ejecutivo, sus soluciones rápidas y que es de los pocos ministros que le dicen las cosas con franqueza y sin rodeos. Él no es un intelectual -dicen en el gobierno-, no se va a sentar a reflexionar con la presidenta sobre el futuro del país, sino que es un hombre de acción, que se sabe empoderado y que se mueve con autonomía. Pero también tiene presente que buena parte de su capital político se debe precisamente a su cercanía con Bachelet. 

2. GABINETE: Tomó el control absoluto del comité político. Dio a entender que hablar con él es como hablar con la presidenta.  Distribuyó a su gente de confianza -el grupo G-90 del PPD- en cargos clave de todos los ministerios. Y comenzó a involucrarse y vigilar las tareas de las otras carteras. En el gobierno dicen que la personalidad y acciones de Peñailillo pueden resultar avasalladoras para el resto del gabinete, pero es así como él entiende la política y que su prioridad es sacar adelante el programa y defender la figura de Bachelet. El diseño de La Moneda ha impedido que se forme una dupla fuerte. Desde la Segpres de Ximena Rincón observan cómo Interior tomó las riendas en temas que eran propios de esa cartera, como la reforma electoral o las relaciones con la Iglesia. Mientras que la Segegob de Álvaro Elizalde perdió influencia y hoy se limita a realizar vocerías coordinadas por el principal asesor de Peñailillo, Robinson Pérez. Frente a las crisis sectoriales, el titular de Interior ha debido intervenir directamente carteras como Educación, Hacienda, Transportes y Salud.

3. PARTIDOS: Manejar las diferencias entre los siete partidos que componen la Nueva Mayoría ha sido una de las tareas más complejas de Interior. Desde que asumió el ministerio dio la orden de tener las puertas abiertas y recibir a cualquier parlamentario que pida una audiencia, tiene encuentros semanales con los jefes de las colectividades y ya ha hecho en el Congreso dos rondas de reuniones con cada una de las bancadas del sector. Su objetivo es mantener ordenada a la coalición y ya consiguió despejar el temor que existía en las  dirigencias a inicios de año respecto a que él no daba el ancho para el cargo. Aunque logró disciplinar las distintas corrientes internas de su partido, el PPD, estrechando sus lazos con figuras desde el girardismo hasta el laguismo, y también domar a los díscolos tradicionales como el senador Alejandro Navarro del MAS, para Peñailillo fue un golpe personal que el presidente de la DC, Ignacio Walker, y del PS, Osvaldo Andrade, criticaran la “conducción política” del gobierno.

4. EXPOSICIÓN: Durante los ocho años que trabajó con Bachelet en las sombras, no daba entrevistas, su nombre era apenas conocido por la ciudadanía y muy pocos identificaban su rostro o su voz. Pero desde que asumió su nuevo cargo debió dar un giro extremo para salir del anonimato. Al contrario de anteriores ministros del Interior, que hacían un trabajo más privado y sólo hablaban con la prensa en casos excepcionales, Peñailillo tiene un agenda abierta de medios, opina de todos los temas y hace vocerías varias veces a la semana. El esquema de La Moneda apunta a dividirse las funciones con Elizalde. Mientras el primero sale a hablar de los temas de agenda y a “morder” a la oposición, horas más tarde Peñailillo emite la visión más institucional. En caso que haya una crítica directa a la presidenta, es Peñailillo quien sale a defenderla. 

Para darse a conocer también ha reforzado su agenda en terreno con visitas a sectores populares, como la fiesta de La Tirana o recientemente Bajos de Mena, donde entra a las casas y se tomas selfies. Sin embargo, dicen en el gobierno, es un área en la que no se siente del todo cómodo ya que él es de trato formal y la gente lo percibe como muy ordenado y serio. Más a sus anchas se ha mostrado en el manejo de crisis, como el terremoto de Iquique o el incendio de Valparaíso. Según la última encuesta CEP, registra un 58% de conocimiento  y subió cuatro puntos, a un 42% de aprobación, siendo una de las siete figuras mejor evaluadas, con bajo nivel de rechazo (21%) y con amplio margen para crecer.

5. FUTURO: El ministro tiene preparada una importante agenda de anuncios para el primer semestre de 2015. En enero se aprobará la reforma al sistema binominal, que ha sido su proyecto estrella en el que visó personalmente el diseño de los nuevos distritos y circunscripciones.  Para regular los temas de seguridad , uno de los flancos más débiles del gobierno y que impacta directamente la gestión del ministro, presentará la primera semana del año la nueva Ley de Control de Armas, que aumenta las penas y sanciona hasta con tres años las muertes por “balas locas”. Asimismo activará la agenda corta de seguridad que limita los beneficios carcelarios a los reincidentes. También se abocará  personalmente a los temas de educación y salud, ya que en La Moneda sostienen que los dos primeros años son para sacar adelante las reformas y los siguientes para cortar cintas y repuntar en aprobación.

Su corriente interna del PPD lo tiene como eventual carta presidencial y analizan, según las encuestas, que él podría tener apoyo en los sectores más fuertes del bacheletismo (mujeres de estratos populares).  Sin embargo, en su entorno dicen que con 41 años aún puede esperar su mejor momento y que se ordenen las múltiples cartas del oficialismo. No obstante en la Nueva Mayoría tomaron nota de la entrevista que dio el 16 de noviembre en Canal 13, donde consultado por sus ambiciones dijo: “Sobre la proyección política uno nunca sabe. Lo único que sé es que yo a los 18 años tenía claro que me iba a dedicar a la política. Eso está en mí, no lo puedo evitar, no lo puedo dejar en la casa”.

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