Por Juan Andrés Quezada y Juan Pablo Sallaberry Julio 23, 2015

En las últimas cinco elecciones presidenciales se ha marcado un patrón común: el candidato que resulta electo es el mismo que lideraba las principales encuestas en el mes de abril del año anterior a los comicios.

Acá no existen las sorpresas; según los expertos, el elector chileno es estable y no cambia su voto con facilidad.

De hecho, ningún candidato aparecido a última hora ha tenido éxito. Por eso, la fotografía que se tome el primer trimestre de 2016, probablemente será la definitiva.

Y los equipos de los presidenciables y futuros candidatos lo saben bien. Ya tienen diseñada la estrategia política y la arremetida mediática para conseguir posicionarse y ganar puntos en lo que resta del 2015.

Y aunque no está bien visto proclamarse candidato con anticipación o adelantar la contienda, ya sonó el disparo de largada.

 


SEBASTIÁN PIÑERA

Preparando la campaña municipal
Agosto sacará un poco a Sebastián Piñera del disciplinado bajo perfil que ha mantenido durante este año. El domingo 2 de agosto asistirá al lanzamiento de la película Los 33, centrada en la tragedia que vivieron 33 mineros en el 2010. También será entrevistado por un par de medios internacionales sobre el exitoso rescate que dio la vuelta al mundo y que ubicó a Piñera en el peak de su popularidad. En la página oficial del ex mandatario se publicó esta semana un especial conmemorativo —con videos e imágenes— del quinto aniversario del rescate.

Para septiembre, Piñera también agendó actividades públicas, como por ejemplo, su participación junto a Ricardo Lagos en un seminario sobre tecnología de la información.

Paralelamente continuará con su agenda internacional visitando Bogotá, Ciudad de México, Madrid y Washington.

Piñera ya informó a sus más cercanos que en marzo próximo —o a más tardar en abril— decidirá si volverá a ser candidato presidencial. Es decir, este semestre irá amoldando su decisión, aunque todos sus pasos apuntan hacia allá. Su equipo político —integrado por sus ex ministros Andrés Chadwick, Cristián Larroulet y Cecilia Pérez, además de Gonzalo Blumel— trabaja en las oficinas de Apoquindo 3000 para que el ex presidente regrese a La Moneda en 2018.

Los tres ex ministros políticos ya han recorrido prácticamente todo el país (les faltan dos regiones) reuniéndose con las bases de RN, UDI y el PRI, y activando contactos con los ex funcionarios del gobierno, además de alcaldes y concejales. Todos los lunes en la mañana el equipo se reúne con Piñera para tomar el pulso a la contingencia.

"Está feliz, está más tranquilo, está escuchando más y mucho más preparado que en la campaña anterior", señala un cercano a Piñera, quien da por seguro que será el próximo presidente de Chile.

Mientras tanto, el ex mandatario continúa con su estrategia inalterable. Poca exposición pública (sin dar entrevistas ni comentar temas de contingencia) y  participación en seminarios e invitaciones puntuales.

Aunque el lunes pasado no asistió al lanzamiento en el ex Congreso del nuevo referente de centroderecha con el que RN, la UDI, el PRI y Evópoli buscan reemplazar a la Alianza, Piñera jugó un rol clave en su gestación. Es más, él mismo ha comentado que las conversaciones comenzaron el año pasado en la reunión que su fundación organizó en Ranco, donde se invitó por primera vez al PRI y a Evópoli.

A lo que Piñera se opone y encuentra poco factible es a la posibilidad de formar un partido único. Así se lo ha manifestado al impulsor de esta idea, el senador Andrés Allamand. “Él no se imagina a la UDI y al PRI en un mismo partido”, comenta un cercano a Piñera, quien agrega que el ex presidente ha recordado la mala experiencia que fue un partido único de derecha en los 80 que terminó con la dramática división entre RN y la UDI.

Sin duda, una de las noches negras de su gobierno fue la del 28 de octubre de 2012, cuando los resultados municipales arrojaron una dura derrota de la centroderecha, perdiendo municipios emblemáticos como Santiago, Concepción y Providencia. Es por eso que Piñera se encuentra trabajando para que esa historia no se vuelva a repetir, o, mejor dicho, se repita a la inversa. Su fundación Avanza Chile, está realizando una recolección de antecedentes en materias como educación, salud, infraestructura, etc, en cada una de las 346 comunas del país. Con esas cifras se realizará una ficha de cada municipio, que se pondrá a disposición de los partidos. Así se lo hizo saber el propio Piñera en una reciente reunión con los encargados municipales de la UDI, Mario Olavarría, y de RN, Felipe Guevara.


MARCO ENRÍQUEZ- OMINAMI

Con el foco en el crecimiento económico
La prioridad de Marco Enríquez-Ominami este semestre será la economía y el anuncio de medidas que fomenten el crecimiento económico en nuestro país. Consciente de una eventual disputa presidencial con Piñera, el líder del PRO se está preparando en este ámbito. Para ello, escogió como referente al ministro de Economía francés, Emmanuel Macron, a quien está estudiando.

En el último tiempo se ha reunido con economistas y tomado nota en todos los países que ha visitado, y para fin de año, la Fundación Progresa, think tank liderado por el candidato, prepara un libro sobre los desafíos económicos de Chile, que es financiado por la Fundación Ebert. El texto se centra en tres ámbitos: crecimiento económico, desigualdad y economía sustentable; y en él trabajan Luis Eduardo Escobar, ex asesor de Hacienda; Gonzalo Martner,  director del Departamento de Gestión y Políticas Públicas de la Universidad de Santiago; Andrés Solimano; ex director de Flacso y el Banco Mundial, entre otros.

Aparte de este, ME-O se encuentra trabajando en otros dos libros: uno sobre la postergada Asamblea Constituyente, que escribirá junto a Rafael Gumucio, y una autobiografía que le encargó una editorial internacional.

La ruta para lo que resta de este año está trazada: navegar con prudencia y evitar choques con sectores de la Nueva Mayoría, especialmente de la DC, que vayan minando la posibilidad de participar en las primarias del bloque de gobierno. Al contrario, la estrategia del PRO es ir poco a poco convenciendo a sectores de la NM de que ME-O es el candidato más competitivo para enfrentar a Piñera, situación que confirman todas las encuestas y que ha  demostrado que la vinculación de su ex mano derecha, Cristián Warner, con los dineros de SQM no le ha hecho el daño que algunos esperaban.

Según un analista, ME-O y Piñera son los menos afectados por los casos de corrupción. “Su estrategia de victimización, al decir que está siendo atacado por sectores conservadores,  le ha servido”, señala. Sin embargo, el escenario podría cambiar si es que  fuese citado a declarar.

En el equipo de ME-O no descartan que el PPD, el PR o algún sector del PS le abra las puertas para ser candidato. Sería una dulce venganza de Guido Girardi y Jaime Quintana, entre otros, tras la reciente decisión de Bachelet de frenar al impulso reformista prometido en su campaña. Justamente la apuesta de ME-O será retomar las reformas incumplidas. Los partidos de la NM ya barajan dos escenarios: el menos probable es que la DC y el PS acepten que Enríquez compita en las primarias; el segundo es que sectores del PPD rompan con la NM y apoyen a ME-O en una primera vuelta.

En paralelo a los coqueteos con el PPD y los radicales, el PRO mantiene sus acercamientos a los partidos chicos de la centroizquierda, como el Humanista, el Liberal y el MAS.

El plan de acción de Enríquez es mantenerse activo participando en seminarios, programas radiales y realizando conferencias. Sin embargo, pese a su ubicación en la pole position, ME-O no posee una estructura de campaña demasiado organizada y su debilidad sigue siendo su falta de equipos.  Sin sede ni oficina, sus reuniones las realiza en el segundo piso del centro cultural Casa Sol, en Recoleta.

Por ello, otro eje para este semestre es la consolidación de la Coordinadora Estudiantil Progresista (CEP) que agrupa a más de cien jóvenes, y  la red de profesionales Araucaria, que trabaja en 24 áreas programáticas.

Al igual que el resto de sus competidores sabe que las elecciones municipales del próximo año serán claves para la presidencial. El objetivo es mantener los siete municipios que posee el PRO (Arica, Tocopilla, Calama, Pozo Almonte, Galvarino e Isla de Pascua) y marcar presencia en 70 comunas estratégicas.


ISABEL ALLENDE

A.C como bandera de lucha 
El 24 de septiembre próximo, en pleno centro de la ciudad de Copiapó, se instalará una pantalla gigante y se improvisará un cine. Cuando caiga la noche, los primeros fotogramas proyectados mostrarán al ex presidente Salvador Allende. Aunque a esa altura la película Allende mi abuelo Allende ya se habrá estrenado en salas nacionales (el 4 de septiembre), la función será especial pues en primera fila estarán la realizadora, Marcia Tambutti, y su madre, la senadora por Atacama y presidenta del PS, Isabel Allende. El ritual se repetirá en varias ciudades de Chile durante ese mes en que se cumplen 42 años de la muerte del presidente socialista. Serán días simbólicos y también cruciales para la líder del PS, quien podría convertirse en la opción socialista con más opciones de suceder a Bachelet en La Moneda. Posicionada en la última CEP como la figura mejor evaluada de la política nacional (45%) y manteniendo alta popularidad en diferentes sondeos de opinión, la senadora ha optado por enfocar todas sus energías en tener un buen arranque al asumir la dirección del partido. Y es que, según comentan sus cercanos, pese a todo lo que se teje respecto de su figura, es en su intimidad donde aún no ha alcanzado el convencimiento de enfocar su camino hacia La Moneda. Es precisamente su hija, Marcia, la menos entusiasta con una carrera presidencial, según quienes la conocen.

De momento, la senadora se encuentra enfocada en conducir al partido y brindarle soporte a la nueva agenda del gobierno, sin descuidar su alta figuración, cuestión en la que trabajan sus colaboradores más cercanos. Aunque dicen que su principal desafío es convertir el apoyo en intención de voto, algo que no siempre está asegurado. Comentan en su entorno que mantiene un diálogo fluido con estrategas como Ricardo Solari y Enrique Correa; e incluso a través del senador Alfonso De Urresti, quien se ha convertido en su aliado clave en el Senado, ha tejido una relación de complicidad con el vocero de gobierno, Marcelo Díaz.

Es precisamente De Urresti uno de sus brazos armados. El presidente de la comisión de Constitución del Senado anunció hace unos días, junto a su homónimo de la Cámara, el también socialista Leonardo Soto, la confección de una propuesta de cambio constitucional a través de una asamblea constituyente. El documento llegó a manos del comité político de La Moneda, y Allende lo hizo suyo. La estrategia no queda ahí: el PS creará una comisión que recorrerá el país recogiendo la opinión del socialismo sobre la nueva Carta Fundamental. La idea es que dicho proceso culmine a fines de enero de 2016 con la presentación de un libro que será votado en el congreso del partido, máxima instancia de resolución interna.  “Más allá de proponer un mecanismo, que es la Asamblea Constituyente, queremos darle contenido y forma a una propuesta para una nueva Constitución”, cuenta De Urresti. La ofensiva puede traer problemas si La Moneda se inclina por congelar el proceso constituyente anunciado para septiembre.

En esa instancia, donde habrá una medición de fuerzas internas, los partidarios de Allende buscarán como objetivo máximo que se proclame a la senadora como la candidata única del PS. Siempre y cuando mantenga su alta popularidad y no se configure un cuadro distinto, como sería la irrupción de otras figuras como José Miguel Insulza –quien ha transmitido interés al interior del PS– o el ex presidente Ricardo Lagos Escobar. Sus colaboradores y dirigentes cercanos están convencidos de que su ventaja con estos últimos, es el espacio de crecimiento.


RICARDO LAGOS ESCOBAR

Tentado por La Moneda otra vez 
Está a la espera. No lo descarta. Está evaluando el escenario. Ricardo Lagos Escobar se convirtió en la gran incógnita para la elección de 2017, pero varios personeros que han conversado con él en el último tiempo, coinciden en que el ex Presidente está cada vez más abierto a la posibilidad de ir por un segundo mandato. Detrás de su fuerte arremetida mediática de este año –con el lanzamiento de una plataforma web para una nueva Constitución, tuiteos sobre temas de coyuntura como la despenalización de la marihuana y reuniones con variados dirigentes partidarios– está el crítico diagnóstico que Lagos tiene de la crisis política actual. Considera que si se mantiene la falta de rumbo y liderazgo y no surgen cartas que den confianza, él está en condiciones de asumir un desafío presidencial. Su mayor preocupación es que en el desconcierto actual se abran espacios para que surgan populismos y es lo que espera evitar.

Sabe que su edad puede ser un tema que genere reparos. Tiene 77 años y de llegar a La Moneda lo haría con 80, convirtiéndose en el Presidente de mayor edad en la historia de Chile. Pero al mismo tiempo, se encuentra en buen estado de salud y ha mantenido una activa agenda de viajes y foros por el mundo, sin complicaciones. La otra preocupación en dañar innecesariamente su legado presidencial, poniendo el foco en su gestión (2000-2006), volviendo a enfrentar cuestionamientos por temas como el diseño del Transantiago o el caso MOP-Gate. En ese sentido, está cómodo en su condición de ex presidente y sin mayores ansias de poder, pero entiende que puede ser requerido por la Concertación, donde los “laguistas” cruzan todos los partidos. Por ello, observará con atención si logra prender realmente la opción de Isabel Allende en el PS, si el PPD encuentra un abanderado –tras la caída de Rodrigo Peñailillo y la indefinición de Carolina Tohá– y qué tan amenazante para la centroizquierda se vuelve el regreso de Piñera.

En cualquier caso, en la Nueva Mayoría estiman que Lagos sólo aceptaría volver bajo las mismas condiciones que puso el 2008: esto es, ser proclamado por la mayoría y llegar a un consenso para evitar las primarias. Ese año se habló de que se debía realizar una “procesión a Caleu”, su casa de descanso, para ir a buscarlo.


ANDRÉS VELASCO

Crear un nuevo partido para el centro político 
El lunes Andrés Velasco llegó a Chile. Había estado en el parque Yellowstone en el foro de Google Ideas donde conversó con el senador demócrata Cory Booker, considerado el nuevo Obama. Antes había estado en Inglaterra, en el  Policy Network, un centro de estudios del sector más progresista del Partido Laborista, y también en un encuentro de economistas europeos en Aix-en-Provence, en Francia. Ya en Santiago los asesores de mayor confianza del ex ministro de Hacienda –Juan José Santa Cruz, Sebastián Sichel y Rafael Guilisasti– tuvieron una conversación clave con él: le pidieron que este semestre limitara su agenda de viajes y se quedara la mayor cantidad de tiempo posible en el país, asumiendo un mayor protagonismo. Saben que son meses estratégicos para que se vuelva a posicionar como opción presidencial.

La carta de navegación ya está trazada. El 15 de agosto se reunirán los miembros de su movimiento, Fuerza Pública, para votar su transformación en partido político, el que podría constituirse en enero en la capital y algunas regiones. La idea es dar una plataforma institucional al proyecto y comenzar a definir candidatos municipales y parlamentarios. La apuesta es que con el fin del binominal existe una posibilidad real de cumplir con el anhelo de crear un centro político fuerte. Paralelamente se reforzará el think tank Plural –a donde podrían migrar miembros de Fuerza Pública que no quieran militar en el partido como Mariana Aylwin y José Joaquín Brunner– y desde allí nutrir con propuestas en áreas programáticas como las reformas constitucionales, laboral y tributaria. Velasco buscará instalar el concepto de que no hay un problema con la velocidad de las reformas, como ha dicho el gobierno, sino que con el contenido. Y que si Marco Enríquez representa un populismo de izquierda y Sebastián Piñera el orden y el crecimiento, él podría perfilarse como el candidato del “reformismo responsable”.

Aunque ante la opinión pública resultó ser una de las figuras más dañadas en su imagen por el caso Penta, que lo mantuvo retirado de la actividad pública este año, en su entorno confían en que esto se irá revirtiendo, ya que judicialmente no quedará en nada, y que a la larga el episodio permitió que Velasco pasara de ser un técnico y un académico a pisar la arena política real.


MANUEL JOSÉ OSSANDÓN

El autoflagelante de la derecha
Hace unas semanas, el senador RN Manuel José Ossandón visitó la ciudad de Arica junto a Marcela Sabat, interesada en postularse al Senado por esa zona. Días después, la diputada recibió una llamada desde la oficina de Sebastián Piñera. La rápida reacción del equipo del ex mandatario sorprendió a Ossandón y sus colaboradores, pues según estos últimos, demuestra que Piñera está “preocupado”.

El senador y ex alcalde de Puente Alto está convencido de que será el próximo presidente de Chile. Y está trabajando para ello. Cree firmemente, según sus cercanos, que enfrentado en una primaria con el ex mandatario, puede derrotarlo. Su argumento es que pese a estar debajo de Piñera en las encuestas, este último posee un 98% de conocimiento frente al 50% suyo. “Tengo mucho más margen para crecer”, repite el ex alcalde de Puente Alto. Su estrategia es de presencia total: responde a todas las entrevistas que le solicitan, ya sea radio, diarios y revistas, y de preferencia televisión. También ha fortalecido su presencia en redes sociales, gracias al apoyo de un equipo de no más de cinco personas. “Está obsesionado y sabe que el objetivo está cada día más cerca. Aprovechará todos los espacios”, insisten en su entorno.

En cada una de esas intervenciones remarca sus diferencias con Piñera: que él representa a la derecha social, mientras el ex gobernante está vinculado a la derecha económica. Dicen que ha tratado de establecer un diálogo con él, que incluso le pidió una reunión, pero no ha recibido respuesta. Es por ello, cuentan sus cercanos, que desconfía de Piñera, pero también de Andrés Allamand, con quien pese a compartir complicidades en el Senado, sabe que también está interesado en La Moneda. Con todo, Ossandón se está preparando para ser presidente y ha leído sobre  la experiencia de Lula en Brasil y la de José María Aznar en España, con quien compartió hace unos meses en Madrid.


IGNACIO WALKER

Realista, pero sin renunciar 
Ignacio Walker no necesita un relato. La coyuntura política juega a su favor: el “realismo sin renuncia” de la presidenta Bachelet, que también ha sido interpretado como un giro hacia el “centro” o una “moderación” del programa, le ha permitido al senador DC   navegar sobre aguas conocidas. Lo siente como un triunfo, como una consagración de su idea de que el tranco reformista de La Moneda necesitaba “matices”. Ha dicho a sus cercanos que está convencido de que el próximo gobierno será el de una opción de centro. Su problema son las encuestas. A más de 20 puntos de los mejores evaluados en la última CEP, su talón de Aquiles es el conocimiento, que alcanza un 50%, el que se torna dramático en los sectores medios y bajos, según mediciones internas.

Pese a ello, sus focos apuntan hacia el interior de la DC: se fijó como deadline el mes de diciembre para aunar voluntades  y “construir” una opción presidencial, y evaluar con “realismo” su viabilidad.

Aunque se lanzó a recorrer el país y ya visitó tres regiones (Los Lagos, Arica y Parinacota, y Tarapacá), sus encuentros son mayoritariamente con militantes. “Necesitamos levantar un proyecto colectivo”, ha dicho a sus cercanos, argumentando que quiere evitar lo ocurrido con Claudio Orrego en 2013, cuya opción fue resistida internamente y terminó tercero en la primaria de la Nueva Mayoría, detrás de Bachelet y Velasco.

Su plan es conseguir el respaldo del partido antes de marzo de 2016, para enfrentar las municipales como candidato, con una DC unida detrás. Esa, ha dicho a sus cercanos, es la única opción que tiene el partido de vencer en una primaria, donde ven como posible un triunfo sobre la carta del PS Isabel Allende. De momento, ha buscado influir en las decisiones de gobierno a través de sus cercanos en el gabinete, como el ministro del Interior, Jorge Burgos, y mantiene diálogo permanente con el ex ministro René Cortázar, y los economistas José De Gregorio, Ricardo Ffrench-Davis, y José Pablo Arellano, entre otros. El jueves presentó su libro, La Democracia Cristiana que queremos, el Chile que soñamos, donde le habló nuevamente a los militantes, apelando a una renovación del humanismo cristiano, basando su discurso en conceptos que el papa Francisco plasmó en su encíclica ambiental “Laudato Sí”.


ANDRÉS ALLAMAND

Ser el mejor segundo
Andrés Allamand no renuncia a la posibilidad de ser presidente y ya cuenta con un elaborado plan de acción. El senador de RN no competirá contra Piñera y tampoco contra Ossandón. Con el primero, ha comentado, sería una “guerra civil” y no tiene ninguna opción de ganarle. Con el ex alcalde, en cambio, tiene un pacto de no agresión y acuerdo simple: si no va Piñera, el que está peor en las encuestas apoya al que está mejor.

En este escenario, la opción de Allamand es ser el mejor segundo, apostando a que Ossandón no logre perfilarse con fuerza en las encuestas y no pueda convencer la resistencia en la élite de la derecha empresarial y política.

Los puntos a favor del histórico dirigente son que no tiene problemas con boletas y que su resultado senatorial de 2013 desmintió que no era buen “campañero”. No obstante, la principal apuesta de Allamand para este segundo semestre es que la opinión pública busque liderazgos alejados  de todo populismo y que aporten seriedad.

Por ello, sigue un mismo libreto: mantiene todas las redes en regiones, las que aumentó el año pasado con su liderazgo en la reforma educacional; ser el más jugado por la unidad de la derecha con su tesis del partido único y fortalecer su influencia en el mundo empresarial y de las pymes con el tema laboral. Es por esto que no fue casual que escogiera las comisiones de Educación y Trabajo.

Dentro de sus cálculos, un punto clave es la UDI. Allí su apuesta es parecida: en caso de que Piñera no sea candidato, cree que él conseguirá más apoyo en ese partido, porque sería su última opción, en cambio Ossandón, de no ganar, quedaría perfilando para la próxima presidencial, impidiendo una vez más el surgimiento de un candidato de la UDI.

Por ello, cada vez que le preguntan a Allamand por una candidatura presidencial contesta que “no está en carrera”, pero luego agrega que “diga lo que diga, igual me van a poner en la lista”.

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