"Ayer uno de los primeros llamados que recibí fue del canciller (Heraldo) Muñoz y tuve el privilegio de que la Presidenta (Michelle Bachelet) me llamara un poco más tarde. Eso hace que en mi perspectiva de la relación entre Argentina y Chile esté vista a través de mis ojos y mis relaciones personales", el diálogo de Susana Malcorra, recientemente designada canciller de Argentina por el presidente electo de ese país, Mauricio Macri, con radio Cooperativa este miércoles, es revelador. El llamado no fue casual, en los códigos diplomáticos no es habitual que un presidente se relacione con el canciller de otro país, por lo que, más que protocolar, la llamada telefónica de la presidenta Bachelet, fue personal.
Así lo confirman en el entorno íntimo de la mandataria, donde recuerdan que la relación entre ambas se forjó desde la cotidianeidad del trabajo en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, durante todos los dos años y seis meses que Bachelet ejerció como directora ejecutiva de ONU Mujeres. Malcorra ejercía como subsecretaria para las Operaciones sobre el Terreno y secretaria general adjunta del organismo, es decir, como reemplazo del secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, cuando éste se ausentaba o se encontraba de viaje por el mundo. En esos momentos, comentan, Bachelet tenía línea directa con Malcorra, espacio al que no todos accedían.
La visibilidad de ambas al interior del organismo multilateral se fue construyendo en paralelo. De hecho, ambas aparecieron en mayo de 2011 mencionadas en un listado de la revista Forbes sobre las mujeres más poderosas de la ONU: Bachelet detentaba el segundo lugar, Malcorra el séptimo. Un dato adicional: hasta hace poco ambas seguían sonando en círculos diplomáticos internacionales como candidatas a suceder a Ban Ki Moon, quien termina su mandato el próximo año.
La nueva canciller argentina reemplazó al secretario general de la ONU en la ceremonia de cambio mando, en marzo de 2014, cuando asumió por segunda vez la presidencia del país. Malcorra tuvo una participación especial más allá de las actividades meramente protocolares: asistió a una mesa de alto nivel sobre el desarrollo de América Latina y el Caribe que se realizó en la CEPAL junto a la propia Bachelet, el entonces presidente de Uruguay, José Mujica, y la secretaria ejecutivas de la CEPAL, Alicia Bárcena.
La ex Jefa de Gabinete de Ban Ki Moon jugó un rol clave también en la organización de un encuentro mundial de ONU Mujeres en Santiago en febrero pasado, al que asistió participando activamente junto al secretario general del organismo.
En círculos cercanos a la mandataria califican la relación entre ambas de "mucha fluidez, sintonía y afinidad" y destacan además que Malcorra llegará a hacerse cargo de las relaciones diplomáticas de la Casa Rosada con la mirada de las relaciones internacionales de la ONU, lo que significará un inevitable impulso a una nueva relación entre Buenos Aires y Santiago. Este punto será clave dentro del complejo escenario vecinal que ha atravesado Chile en los últimos años en sus relaciones con los otros países limítrofes: Perú y Bolivia.