“Con toda franqueza hubo algunos que tenían la expectativa y pusieron ahí la vara del éxito de que el juicio se tenía que terminar en esta etapa. Otros vivieron la sentencia como un marcador llevando la contabilidad de los votos en circunstancias que era fundamental ver qué había resuelto la Corte”. Las palabras de Felipe Bulnes, ex agente de Chile ante La Haya quedaron resonando con fuerza en el salón Rojo de La Moneda, ante rostros de evidente incomodidad.
Bulnes renunció a su cargo mediante una carta que le entregó a la presidenta Bachelet el 11 de noviembre pasado, sin esconder su molestia y asumiendo directamente el costo de la decisión de presentar las "excepciones preliminares" que buscaban que la Corte se declarara incompetente de conocer la demanda. La decisión del tribunal internacional de continuar con el juicio rechazando la argumentación chilena golpeó al equipo liderado por Bulnes, pese a que han insistido en que la Corte terminó "minando" la propia demanda de La Paz.
Con todo aquí las claves del el arribo de José Miguel Insulza al equipo de defensa de Chile ante La Haya.
El enojo de Bulnes
Al renunciar, el ex ministro de Justicia y Educación del gobierno de Sebastián Piñera no escondió su incomodidad. Se sintió criticado y poco respaldado por el mundo político y diplomático. Las críticas más fuertes vinieron el mundo parlamentario, donde Bulnes y el equipo jurídico enfrentaron a encendidos diputados y senadores quienes desde las sesiones de las comisiones de Relaciones Exteriores expresaban su rechazo a las decisiones del equipo. La definición de recurrir a las excepciones fue el punto más resistido, pues varios consideraban que Chile había entrado perdiendo al juicio de fondo, como si se tratara de un partido de fútbol en el estadio Hernando Siles de La Paz.
"Le comenté en su momento a la presidenta y al canciller, que me parecía que tenía que trabajar con un efecto que se había producido, se había perdido la cohesión al respaldo del equipo jurídico", dijo el ex agente, utilizando el argumento que "faltó más unidad" en la posición chilena.
Sale un jurista, entra un político
Felipe Bulnes era el rostro de la defensa jurídica de Chile, no sólo por su expertise, sino también por sus buenas relaciones con el equipo internacional de abogados que defiende a Chile, transformándose muchas veces en el nexo con los juristas liderados por el francés Pierre Marie Dupuy y el inglés Samuel Wordsworth, entre otros. El arribo de Insulza representa una segunda etapa, donde la propia presidenta lo señaló, se privilegiará la política. "José Miguel Insulza no sólo tiene el mérito y los conocimientos para representarnos muy bien, sino que tiene una red de contactos a nivel mundial que merece ser aprovechada por nuestro país. Él es una personalidad en sí mismo y sin duda que le va a dar mucho más realce y claridad política a la defensa de nuestro país", dijo el presidente de la DC, Jorge Pizarro, explicando esta nueva dimensión que tomará el proceso.
Peso político-comunicacional
"Alguien de la trayectoria y el peso de José Miguel Insulza...me refiero al peso político e intelectual", dijo entre risas Bulnes, en el único momento de distensión en la rueda de prensa de esta tarde. Una de las claves del movimiento de piezas es precisamente el tonelaje político que le aporta el ex secretario general de la OEA, quien pese a haber abandonado el organismo multilateral en medio de fuertes críticas a su gestión, cultivó relaciones de alto nivel en todo el continente, en particular con la Casa Blanca. "Evidentemente pasamos a una dimensión político-comunicacional", dijo a CNN Chile el ex canciller, Ignacio Walker, dando cuenta que el arribo del "panzer" no requiere mayores interpretaciones. Pese a ello, Insulza arrastra el peso de sus últimos años en Washington.
"Por fin, después de una década con un liderazgo timorato que la condenó a la irrelevancia, la Organización de Estados Americanos (OEA) volvió a la vida esta semana, con una carta valiente de su secretario general, Luis Almagro, en la que denunció el intento del gobierno venezolano de robarse las elecciones legislativas del 6 de diciembre", escribió la semana pasada Andrés Oppenheimer aludiendo directamente a la gestión de Insulza en una columna que tituló: "Despertó la OEA".
Conoce la Cancillería
Fue ministro de Relaciones Exteriores durante más de diez años continuos. Antes, siempre estuvo ligado a la Cancillería, como embajador para la Cooperación Internacional, director de Asuntos Económicos Multilaterales de la cartera y vicepresidente de la Agencia de Cooperación Internacional (AGCI), durante el gobierno de Patricio Aylwin. Sin duda el episodio más complejo que tuvo que vivir fue la detención de Augusto Pinochet en Londres en 1998 por orden del juez español Baltazar Garzón. Por esos días tuvo que enfrentar la resistencia de los sectores más de izquierda de la Concertación y de su propio partido, el PS, defendiendo la posición oficial del gobierno que buscaba juzgar a Pinochet en nuestro país. Esta experiencia, sumado a su "exilio" en la OEA durante poco más de diez años, hacen que Insulza conozca la Cancillería y su entorno "al revés y al derecho". Tiene particular sintonía con los agentes Claudio Grossman y Alberto Van Klaveren, con éste último coincidían permanentemente cuando este era embajador mientras Insulza ejercía como canciller. Con Grossman el vínculo es mayor: ambos coincidieron en la capital estadounidense durante años, mientras el coagente ejerció como decano de la Washington College of Law en la Universidad Americana.
El dilema presidencial
No es sencilla la tarea que se le avecina a Insulza, pues debe liderar la preparación de la contramemoria chilena que debe ser entregada antes del 25 de julio de 2016. Junto con la entrega de la contramemoria, ambos países deberán acordar si presentan una réplica y una dúplica para así concluir con la fase oral del juicio. Los más optimistas estiman que en la misma fecha pero de 2017 ya estaría resuelta la demanda. El resultado final y los plazos serán clave para Insulza, quien hace rato que busca una opción para construir una candidatura presidencial, hasta ahora esquiva, pues no cuenta con el respaldo de las encuestas. Está demás decir que un rechazo de la demanda por parte de La Haya podría catapultar al "panzer" hacia un eventual camino a La Moneda. Pero, todo dependerá de los plazos y resultado de la demanda para Chile. De todas maneras, la designación llegó en un momento justo: con vasta presencia en medios de comunicación desde que se instaló en el país, el ex secretario general de la OEA lejos de convertirse en un líder del socialismo, se encontraba marcando el paso. Varios dirigentes socialistas puntualizaron en lo "deslavado" del discurso del ex ministro del Interior en el comité central del PS, hace más de una semana, siendo aún considerado por sus pares como el second best después del ex presidente Ricardo Lagos.