– En la opinión pública hubo reproches y sospechas porque se iba a sacar a (Carlos) Gajardo…
– A mí me parece que no es bueno que se personalice la investigación. Por eso me gustan más los fiscales de bajo perfil que los fiscales de alto perfil.
El diálogo es del cuerpo de Reportajes de El Mercurio del domingo con el flamante fiscal nacional Jorge Abbott. El nuevo jefe del Ministerio Público bajó la línea sobre el estilo que buscará imprimirle a su gestión y lo que espera de los fiscales y funcionarios de la institución. Pero lo dice en tiempos complejos, en que inevitablemente el Ministerio Público ha estado en el ojo del huracán a propósito de las investigaciones sobre financiamiento irregular de campañas políticas.
Y donde su antecesor, Sabas Chahuán, fue protagonista y cerró su gestión con un alto perfil. Al igual que el fiscal Carlos Gajardo, el primero en descubrir la hebra, la primera pista, sobre la relación entre grandes empresas y campañas políticas, lo que inevitablemente lo llevó a las primeras planas.
Gajardo cultivó lo que Abbott llama un “alto perfil”: se convirtió en uno de los fiscales más “mediáticos” de la institución al convertirse en el foco de los reclamos por su estilo y carácter al investigar y ser el centro de las acusaciones de “filtraciones” y “sesgo”.
A todo eso le hizo frente Gajardo en una extensa entrevista con revista Qué Pasa el viernes pasado, donde señaló que más que un estilo de investigar lo suyo tenía relación con una expertise en delitos de corrupción y que los reclamos de imputados e investigados no son distintos a los de un “traficante de La Legua o un estafador de La Dehesa”.
Pese a ello, Gajardo reconoció que el hecho de estar involucrado en este tipo de investigaciones de alto vuelo impacta directamente en las aspiraciones de ascenso de funcionarios, haciéndose cargo de su propia situación: las Corte de Apelaciones de Santiago y San Miguel no lo consideraron en la terna para fiscal regional Oriente.
“En octubre de 2014 me preguntaron qué iba a significar este caso en mi carrera cuando estaba partiendo. Yo contesté que si uno tenía intenciones de ascender en la Fiscalía, probablemente no era bueno tener una investigación de este tipo. La experiencia ha demostrado que los fiscales que han llevado investigaciones relevantes no han logrado posteriormente acceder a cargos más altos en la institución. El caso más relevante, creo yo, es el del fiscal Xavier Armendáriz, que justamente ha sido uno de los profesionales que más han guiado en la manera en que he actuado”, dijo Gajardo.
En la entrevista el fiscal jefe de la Unidad de Alta Complejidad de la Fiscalía Oriente, ahora dirigida por Manuel Guerra, quien lo confirmó en su cargo hace unos días, también se explayó sobre el destino de las causas Penta y SQM y si la condena a Jovino Novoa significaba una línea de acción que había que seguir con el resto de los imputados.
“Hay un desafío de poder tener el mismo éxito investigativo y luego judicial en los tribunales, en la causa Penta con la causa SQM. Es un desafío muy importante para la Fiscalía, porque creo que, razonablemente, si la Fiscalía no tiene éxitos semejantes en Penta y SQM se pueden levantar sospechas acerca de un trato desigual a distintos sectores políticos, lo que no es ni de cerca algo que a nosotros nos interese como institución”, respondió Gajardo.
Consultado por ambas afirmaciones en la entrevista con El Mercurio, Abbott hizo un largo silencio antes de señalar: “No quisiera opinar de un fiscal por los medios, porque no me parece”.
Pese a ello, ya señaló que le gustan fiscales de bajo perfil, lo que será un desafío para su gestión. De momento, en todo caso, Gajardo junto con ser confirmado en su cargo, recibió otra misión de alta exposición: justo cuando se especulaba sobre las tratativas de Sergio Jadue con la justicia estadounidense y no se conocía si realmente había viajado a Estados Unidos a entregarse y colaborar con la investigación del caso FIFA, en Chile rondaba la pregunta de por qué no se le investigó cuando estaba en suelo nacional.
Para despejar todas las dudas, Manuel Guerra, jefe de la fiscalía donde había supuestamente una investigación secreta y de bajo perfil contra Jadue, decidió pasarle la causa a Carlos Gajardo. El fiscal del caso Penta se demoró menos de 12 horas en decretar el allanamiento de la sede de la ANFP, el departamento de Jadue en Vitacura y las oficinas de Amicorp, empresa que le gestionó al ex jefe del fútbol chileno cuentas offshore en paraísos fiscales.